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Ciudad

Juicio por el desfalco en Tesorería

Pirovani con mucha solvencia técnica comprometió aún más a Ángel Giménez

Pirovani con mucha solvencia técnica comprometió aún más a Ángel Giménez

La octava audiencia de debate en el juicio oral y público que se desarrolla en la Cámara del Crimen de Gualeguay por el desfalco en la municipalidad, tuvo ayer un significativo avance con el testimonio coherente con su actuación como auditor del contador Oscar César Pirovani; mientras que la testigo Stella Maris Bentancour (tía de Giménez) quedó al borde de la detención por falso testimonio en flagrancia.


La audiencia de ayer tenía previsto también escuchar el testimonio de Sergio Varone (vinculado a Giménez) y pese a que estaba notificado de manera fehaciente, no cumplió con su deber de colaborar con la justicia ignorándose los motivos.
El primero en declarar fue el tío político del ex tesorero, Mario Grégori (esposa de Stella Maris Bentancour) y lo hizo a las 10:15. Contó su parentesco con Giménez y que era también primo hermano de Varone, por parte de madre.
Dio precisiones de cómo estaba compuesta la empresa TPV (implicada en el destino de parte del dinero del desfalco en Tesorería) al contar que era una firma dedicada a la compra y venta de aparatos de computación y que estaba integrada por Carlos Troncoso (casado con Elizabeth Varone, también pariente de él), Mariano Porreca y el ya nombrado Varone. Cabe aclarar que en la séptima audiencia se esperaba el testimonio del matrimonio Elizabeth Varone y Carlos Troncoso, pero la Policía Federal no pudo dar con el domicilio real de ellos, dado que el que se tenía hacía como cinco años que ya no vivían y hasta ayer se desconocía su paradero. De todos modos, Grégori indicó que no tiene ya relación con ellos pero que se sabe que están separados e ignora sus domicilios.
Ante el Tribunal indicó que a pedido de Ángel José Giménez le prestó su cuenta de Ahorro del Banco Francés para realizar unos depósitos (en total fueron dos) y que fue su esposa (quien luego declararía en segundo turno) quien retiró ese dinero (se habla de una cifra muy importante y significativa) pero que él no tuvo nada que ver. “Estoy acá por haber prestado de buena fe mi cuenta bancaria. No estoy enojado (con Giménez), estoy defraudado”, aseveró.
Este testimonio finalizó a las 10:30 y dio lugar a su esposa Bentancour, que se presentó ante el Tribunal a las 10:50.
El Tribunal le explicó que estaba comprendida en las generales de la ley al ser tía de Giménez, pero que la misma ley le da el derecho de declarar o no contra su sobrino.
Ella reconoció que fue en dos oportunidades a retirar dinero de la cuenta de su esposo en el banco Francés, pero no se acordaba de la cifra que había retirado.
Seguidamente, se le hizo escuchar dos cintas grabadas con sendas escuchas telefónicas ordenadas en la Instrucción, que se hicieron utilizando la línea de teléfono de su domicilio.
En la primera cinta dijo que no reconocía como propia a la voz que se escuchaba. Y lo mismo aseveró sobre la segunda, que era el diálogo que mantenía una tal “tía” con “Walter” (hermano de Ángel Giménez). En ambas oportunidades negó ser ella quien hablaba.
Paso seguido, el doctor Alberto Bovino (abogado del ex intendente Daniel Irigoyen) pidió su detención por falso testimonio, postura a la que adhirió de manera simultánea el fiscal Dardo Tórtul “por falso testimonio en flagrancia”.
De inmediato a este pedido y sin que el Tribunal terminara de escuchar las mociones, la tía de Giménez se desdijo y aseveró que era ella la que hablaba en la segunda escucha telefónica y que tal vez podría reconocerse en la primera. De este modo, el Tribunal no hizo lugar a la detención en el momento, pero lo tendrá en cuenta al finalizar el juicio, lo mismo que en los alegatos de las partes.
Con este testimonio se concluyó la ronda de la mañana y el Tribunal estableció un cuarto intermedio hasta las 13:30.

El testimonio de Pirovani

El testimonio del contador Oscar César Pirovani fue el más esperado, dado que realizó la primera auditoría municipal que permitió hoy llevar a juicio oral y público al desfalco en el área de Tesorería.
El actual contador municipal llegó a la audiencia rodeado por el afecto de su familia e incluso más tarde se acercaron compañeros de trabajo en la comuna. Pero también llegó “dolido moralmente” porque la defensa de Giménez lo había denostado por varios medios de comunicación e incluso el propio ex tesorero lo había sindicado como parte de la conspiración en su contra.
Pirovani inició su testimonio a las 13:57 y finalizó minutos después de las 20:30. En esas casi seis horas y media la defensa de Giménez no pudo encontrarle una sola fisura ni demostrar por qué lo habían acusado de ser parte de la conspiración.
En cambio, el contador dio un testimonio técnico muy pedagógico acerca de algunas de las maniobras que realizó Giménez para apropiarse de dinero público, contó con detalles muy significativos cómo realizó la auditoría municipal y principalmente narró cómo se constituyeron en el área de Tesorería, barriendo de un plumazo toda noción “de asalto” que había intentado instalar la defensa de Giménez. Eso no es todo, también Pirovani describió cómo eran las operaciones complejas, y destruyó la teoría de la responsabilidad que tenían supuestamente el contador municipal de entonces y el secretario de Hacienda de esa época, Pedro Pómes y Néstor Pérez, respectivamente. Del mismo modo fue contundente al señalar que Giménez actúo sólo.
Cabe aclarar que Pirovani es empleado municipal desde 1979 cuando ingresó a Rentas por concurso y ejerció el área de Contaduría desde agosto de 2005, luego de que la Municipalidad acusara el golpe del faltante de dinero en el área de Tesorería.
También fue muy minucioso al contar que el 30 de junio de 2005 estaba almorzando en su casa y que a las 13:30 de ese día había recibido una llamada del intendente que quería hablar de manera urgente. Así acordaron encontrarse en la casa de Daniel Irigoyen aproximadamente a las 17 de ese día. A esa reunión concurrió también Pérez y Mariela Watters, la empleada de Tesorería que hacía las conciliaciones bancarias y que fue la primera en denunciar el desfalco en sede administrativa.
Luego de interiorizarse del grave problema dijo que no podía creer lo que estaba escuchando. “Para mí (Ángel) Giménez era una persona buena. Un cristiano comprometido que daba la Palabra en la Parroquia San Juan Bautista. Un hermano en la fe”, dijo Pirovani muy acongojado y con un nudo en la garganta al revivir esas horas.
Luego se trasladaron a Tesorería para comprobar lo que se estaba describiendo a través de la documentación y dijo que jamás ingresó al despacho de Giménez y fue la propia Watters, “con su llave personal quien abrió la puerta”.
Que él se sentó en el segundo escritorio y a esa mesa le iban trayendo la documentación que fue solicitando, documentación que sólo se encuentra en Tesorería. En este marco, sostuvo que emitir y pagar es una tarea exclusiva del tesorero.
En este momento del relato, Giménez acentúo su tic de tocarse la oreja, mientras su abogada iba tomando nota de cada relato que se describía con detalles muy precisos.
El testimonio de Pirovani no tuvo ninguna fisura con el voluminoso informe que está agregado a la causa sobre la auditoría que realizó y pudo describir las diferentes modalidades para extraer dinero que utilizaba Giménez.
Entre esas modalidades subrayó la de cobrar cheques, aprovecharse de los llamados cheques por compensación que se hacía entre la Municipalidad y alguna empresa como la Cooperativa Eléctrica, las transferencias bancarias y especialmente los falsos depósitos, entre otros. Ninguna de estas operatorias pudo ser derribada por la defensa como tampoco aportó absolutamente nada que indicara que Pirovani fuera parte de un gran engranaje que se movió para comprometer a Giménez.
Pirovani en varios pasajes se mostró dolido porque “la defensa de Giménez me ha imputado cosas y me ha causado un daño moral”, le advirtió al Tribunal a manera de desahogo.
Ante una consulta precisa del fiscal, Pirovani aseveró que aparecieron algunas operaciones entre la Municipalidad y la empresa TPV, y según su relato esa ficha fue confeccionada por Giménez, dado que no hay ninguna documentación en Contaduría u otra área reconociendo una operación con esa firma.
También sostuvo que en agosto de 2005 se hace cargo de Contaduría (hasta ese entonces a cargo de Pomés) y que no encontró ninguna irregularidad y que sus registros estaban no sólo al día sino que también le permitieron luego avanzar en profundidad con la auditoría que descubriría uno de los mayores desfalco en la historia de Gualeguaychú.
Al final de la declaración, la defensa de Giménez pidió al Tribunal que se tenga en cuenta la animosidad de Pirovani contra Giménez, porque en algunos pasajes de su exposición sostuvo que “Angelito” era en realidad un “diablito”. Obviamente, el Tribunal desestimó el pedido y en todo caso le dijo a la doctora que lo expusiera en el momento de los alegatos.
La audiencia finalizó con un auditorio muy cansado, en otra jornada agobiante y donde las certezas iniciales se van confirmando y las enmarañadas acusaciones generales no encuentran asidero de realidad ni verdad.

¿Cómo sigue?

Hoy la novena audiencia es incierta, dado que el propio Tribunal reconoció que no han podido dar con el paradero de Carlos Troncoso y Elizabeth Varone y que tampoco sabía si iría a declarar –pese a estar notificado- Mariano Porreca.

Por Nahuel Maciel
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