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Diario El Argentinojueves 18 de abril de 2024
Editorial

No al aborto

No al aborto

Cada tanto se presenta en algunas agendas políticas la necesidad de legislar a favor del aborto. Cada vez que se pone en agenda estos temas, hasta surgen nuevas argumentaciones para alentar esas iniciativas. Sin embargo, la única que se mantiene inalterable es la de oponerse al aborto, porque la defensa de la vida no necesita actualizaciones.


Ahora, en la Cámara de Senadores de la provincia se iniciará el debate sobre el aborto.
En rigor, se trata de analizar un proyecto de ley que prohíbe esta práctica desde la concepción hasta el nacimiento del niño.
Hay un antecedente que es muy oportuno recordar: el Senado provincial ya se pronunció –y por unanimidad- en favor de los derechos del niño por nacer.
El proyecto de ley en el Senado prohíbe de manera taxativa el aborto, aunque contempla los casos en los que la mujer sea “idiota o demente”. De todos modos, aún para esos casos exige que se constituya un gabinete interdisciplinario que pueda transmitir las consecuencias y las alternativas que existen en la práctica abortiva. “Consecuencias” y “alternativas”, porque ambas generan situaciones psicológicas y sociales que deben tenerse en cuenta, además de explicar –serían las alternativas- cuáles son las ayudas públicas disponibles para las mujeres embarazadas, la cobertura sanitaria durante el embarazo y el parto, entre otros puntos que incluyen la figura de la adopción.
El Senado también advierte en un articulado que “todos los profesionales de la salud que participen en un aborto procurado sin respetar las condiciones previstas en los artículos anteriores, serán sancionados administrativamente con la suspensión del uso de la matrícula”.
La vida es vida desde la concepción. Es el milagro de la vida y nadie, absolutamente nadie, tiene derecho sobre ella.
Hay que insistir: Si la evidencia científica muestra con claridad que la vida de cada ser humano comienza con la concepción, entonces se está ante una razón clara y poderosa para luego afirmar sin dudar que el aborto es un atentado contra la vida humana.
Por otro lado, no es solamente un problema científico, político, cultural o social, ni siquiera religioso. Es un problema moral.
Por eso es oportuno siempre defender la vida y la dignidad humana. Y en ese marco, procurar que las leyes no permitan la muerte violenta de seres inocentes e indefensos. Esta es la primer condición para construir un mundo justo.
Las agresiones a la vida humana, especialmente de los inocentes, han tenido siempre en la historia consecuencias dramáticas.
El arzobispo de Santa Fe y presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, lo dice claramente: “No existe motivo que justifique la eliminación de una vida inocente, ni siquiera en el caso lamentable y triste de una violación”.
La vida debe ser valorada como algo sagrado y eso es válido para el que tiene una fe religiosa como para aquel que la niega. Por eso siempre hay que proteger y fomentar la vida. Si por el contrario, se fomenta la distorsión de este valor, entonces se favorece la destrucción de los valores inherentes a toda persona, y lo único que se conseguirá será un mundo más deshumanizado.





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