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Diario El Argentinojueves 25 de abril de 2024
Editorial

Reforma del Código Penal

Reforma del Código Penal

El Código Penal argentino será reformado de manera íntegra, según anunciaron las máximas autoridades nacionales. Se trata de un Código que fue aprobado en 1921 y es lógico sostener que se encuentra desactualizado.


En cuanto a las modificaciones, desde entonces ha sufrido más de mil “parches” pero ninguna reforma integral como la que ahora se propone.
Al respecto, es importante señalar que quienes llevarán adelante este proceso representan un arco ideológico plural. La comisión estará presidida
por el juez de la Corte Suprema de la Nación, Eugenio Raúl Zaffaroni, por el ex camarista León Arslanian, más tres representantes del sector político como el diputado radical y ex camarista Ricardo Gil Lavedra, el diputado de PRO Federico Pinedo y la ex diputada del Frente Amplio Progresista, María Elena Barbagelata.
La idea del proyecto borrador es modificar el Código Penal, especialmente para que las penas puedan tener un mayor equilibrio o proporcionalidad como así también establecer nuevos topes para penas mínimas y máximas.
La reforma, atento que han transcurridos casi nueve décadas, también asumirá el desafío de incorporar nuevas figuras delictivas, especialmente las que están tipificadas de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, como la de genocidio y desaparición forzada de personas. En este marco, también se propone integrar regulaciones que están dispersas en leyes especiales como los llamados delitos aduaneros, los de drogas y hasta los delitos penales en materia ambiental. Incluso, algunos analistas no descartan incluir o diseñar un sistema de penas alternativas a la cárcel.
Con buen criterio y asumiendo el sentir de la mayoría de la sociedad argentina, desde el Ejecutivo Nacional se puso un límite a la reforma integral del Código Penal y es el tema vinculado con la despenalización del aborto.
La reforma integral al Código Penal es oportuna, porque el que está vigente no representa la actualidad del delito y en materia de penas tampoco las exigencias del conjunto de la sociedad.
La reforma al Código Penal es una tarea titánica. Por eso es saludable –tal como se hizo en 1921- que haya una gran proporción de integrantes que representan a la oposición. En la década del veinte, el Código Penal tuvo esa impronta plural y fue, mientras estuvo actualizado, una muy buena herramienta. Por eso es oportuno saludar que esa metodología no haya cambiado en su espíritu.
Todos los especialistas –independientemente de su ideología- coinciden en a necesidad de una reforma es imprescindible e incluso no son pocos los que se han ofrecido a trabajar en un ante proyecto.
Volviendo a los temas que seguramente serán introducidos, se encuentra el e la violencia de género como los delitos contra la libertad sexual y entre los que todavía se excluye la violación en el matrimonio.
La sociedad argentina está viviendo dos procesos que están llamados a marcar un “antes” y un “después” en materia de servicio de Justicia: la reforma al Código Civil y ahora está reforma al Código Penal. Que prevalezca el sentido común, la responsabilidad de tamaña empresa, la pluralidad y fundamentalmente que se haga pensando que debe ser perdurable en el tiempo.


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