Desfalco en el área de Tesorería
Las defensas de Néstor Pérez y Pedro Pomés satisfechos con la actuación de la Justicia
“Mi cliente pudo beneficiarse con la prescripción de la causa. Porque la figura en la que está imputado prescribe a los dos años y esto data de 2005 y se elevó a juicio en 2008. Pero por expreso pedido de él, se decidió renunciar a ese derecho y someterse hasta el final al veredicto de la Justicia”. Quien lo dice es el doctor Félix Castillo, abogado defensor junto a su hijo Sebastián de Néstor Pérez.
“Esta causa afectó a mi cliente en lo profesional, en lo económico, en la salud y en lo familiar”. Quien lo señala es el abogado defensor de Pedro Pomés, Gustavo Rivas, cuya defensa la comparte con la doctora Celia Borro.
Ambos abogados lo dicen en el marco del juicio oral y público que se sustancia en la Cámara del Crimen de Gualeguay vinculado al desfalco en el área de Tesorería Municipal denunciado por el entonces intendente Daniel Irigoyen en julio de 2005.
Esta causa, que ha conmocionado a la comunidad, tiene como imputado por el delito de peculado doloso en 91 hechos reiterados por un monto aproximado a los tres millones de pesos al ex tesorero, Ángel José Giménez.
También está imputado el propio Néstor Pérez (ex secretario de Hacienda), pero por el delito de peculado culposo reiterado en 18 hechos; al ex intendente Irigoyen por la misma figura pero en nueve hechos y al ex contador general de la Municipalidad, Pedro Pomés, por su responsabilidad como funcionario público.
Tanto Félix Castillo como Gustavo Rivas dialogaron ayer por la tarde con EL ARGENTINO, repasando lo sucedido desde la denuncia en sede judicial en 2005 hasta la finalización de las audiencias orales del viernes pasado.
Dejaron sus estudios y los 32 cuerpos con sus 6.500 fojas, dado que se encuentran en plena tarea preparatoria de los alegatos previstos –en sus casos- para el viernes 11 y se acercaron a dialogar con EL ARGENTINO, para dar cuenta que esta causa no sólo es compleja en términos judiciales y traumática en lo social, sino que también ha tenido una gran significancia en lo personal, “dado que nadie ha vuelto a ser lo que era”.
“Pomés fue contador municipal en seis gestiones de gobierno. Y encontrarse imputado le ha significado un inmenso dolor en lo personal… Pero ahora, especialmente luego de declarar y al ver cómo se sustanció el juicio, se encuentra tranquilo y en paz. Sabe que la verdad asociada con la Justicia lo reivindicará”, dice Rivas para dar cuenta del infierno que se debió atravesar durante estos siete largos años.
Incluso, Rivas recuerda que la primera vez que fue a declarar en la Justicia de Instrucción, pensaban que lo iban a hacer para defenderse de una acusación “culposa”, es decir, ajeno a los hechos… pero se encontraron que la figura era “dolosa” y estaba vinculada a su responsabilidad como funcionario público. “Recuerdo que nos dieron cinco minutos para deliberar y en ese escaso tiempo, Pomés prestó declaración porque su tranquilidad de conciencia le indicaba que tenía que colaborar con la Justicia y la verdad”, dice Rivas.
Castillo relató un sentimiento similar con respecto a su defendido, “porque Néstor Pérez, que ya era un empresario exitoso y estaba dedicando su última etapa de la vida a un compromiso colectivo, de pronto se vio envuelto en un caso tan conmocionante para su comunidad. Por eso para él no era lo mismo que la causa prescribiera, que someterse al veredicto de la Justicia”.
Obviamente, ambos abogados amparan y patrocinan la inocencia de sus defendidos. AL principio con cierta soledad, más tarde con mayor comprensión colectiva y en los últimos años con un acompañamiento más colectivo de esa certeza. Pero el diálogo gira de pronto hacia otros contenidos, trasversales, de esta causa.
“Se trata de dilucidar hechos de corrupción ocurridos en el ámbito público y que fueron denunciados desde el sector político. Al revés de lo que los argentinos estamos acostumbrados, que es un político el denunciado por un caso de corrupción”, refiere Rivas, quien junto a Castillo coinciden en destacar “la honorabilidad de la dirigencia local que siempre estuvo predispuesta para colaborar para que se supiera la verdad en todos sus ángulos”.
“Y así como Gualeguaychú siempre valoró ser una comunidad ordenada, ahora puede también jactarse de que tiene una dirigencia que no hace leña del árbol caído ni siquiera especula cuando se trata de honras ajenas”, recalcan.
Ellos no lo dicen ni siquiera se prestan a admitirlo. Pero luego de las audiencias orales en la Cámara del Crimen, hay soporte material –documental y testimonial- para abrigar la teoría de que finalmente no habrá pedido de condena para Irigoyen, Pérez y Pomés, y sólo quede condenado quien hoy está imputado por el delito doloso de peculado reiterado.
“Lo concreto es que la percepción de la sociedad ha cambiado desde que comenzó a ventilarse el juicio oral y público”, es lo único que admiten a decir en voz alta. ¿Cautela? ¿Recato? ¿Mesura? No. Nada de eso. “Respeto hacia todas las partes, especialmente la querella y la fiscalía”, vuelven a coincidir.
Ambos abogados también destacaron la importancia del proceso del juicio oral y público. “Porque las percepciones llegan por distintos sentidos y eso permite tener una mayor proximidad de la Justicia”, valoraron.
En ese marco, sostuvieron que hubieran preferido que este juicio se desarrollara en Gualeguaychú, aunque destacaron la muy buena predisposición del Tribunal “que siempre ha dado a todos el sagrado derecho a defenderse, sin retacear nada”.
Como ejemplo, subrayan la minuciosidad con que son redactadas las actas por parte del secretario del Tribunal, Pablo Guercovich, “con todos los detalles y de manera estricta a lo que ocurre en la sala”, reivindicaron.
La otra particularidad del juicio oral es que jornada a jornada, la verdad se ilumina de manera precisa. “Es como ir sacándole lustre a un elemento, que capa tras capa, exhibe todo su esplendor”, grafica Castillo.
El viernes 11 ambos deberán compartir la jornada de sus alegatos. Previamente habrán escuchado a la querella y a la fiscalía (será el miércoles 9) y a las defensas de Giménez e Irigoyen (el jueves 10). “Llegamos muy tranquilos y confiados, porque son muchos los elementos que prueban la inocencia de nuestros clientes y no encontramos ningún ataque concreto”, vuelven a coincidir.
-¿Está la sociedad preparada para recibir la noticia de que no serán condenados?
La respuesta es precedida por un silencio, no de duda sino de reflexión. Castillo dice: “La sociedad está preparada y espera que prevalezca la verdad y que se haga en consecuencia Justicia”. Dice Rivas: “Por supuesto que está preparada, porque nadie quiere venganza sino Justicia y sería injusto que se condene a un inocente”.
Ambos abogados lo dicen en el marco del juicio oral y público que se sustancia en la Cámara del Crimen de Gualeguay vinculado al desfalco en el área de Tesorería Municipal denunciado por el entonces intendente Daniel Irigoyen en julio de 2005.
Esta causa, que ha conmocionado a la comunidad, tiene como imputado por el delito de peculado doloso en 91 hechos reiterados por un monto aproximado a los tres millones de pesos al ex tesorero, Ángel José Giménez.
También está imputado el propio Néstor Pérez (ex secretario de Hacienda), pero por el delito de peculado culposo reiterado en 18 hechos; al ex intendente Irigoyen por la misma figura pero en nueve hechos y al ex contador general de la Municipalidad, Pedro Pomés, por su responsabilidad como funcionario público.
Tanto Félix Castillo como Gustavo Rivas dialogaron ayer por la tarde con EL ARGENTINO, repasando lo sucedido desde la denuncia en sede judicial en 2005 hasta la finalización de las audiencias orales del viernes pasado.
Dejaron sus estudios y los 32 cuerpos con sus 6.500 fojas, dado que se encuentran en plena tarea preparatoria de los alegatos previstos –en sus casos- para el viernes 11 y se acercaron a dialogar con EL ARGENTINO, para dar cuenta que esta causa no sólo es compleja en términos judiciales y traumática en lo social, sino que también ha tenido una gran significancia en lo personal, “dado que nadie ha vuelto a ser lo que era”.
“Pomés fue contador municipal en seis gestiones de gobierno. Y encontrarse imputado le ha significado un inmenso dolor en lo personal… Pero ahora, especialmente luego de declarar y al ver cómo se sustanció el juicio, se encuentra tranquilo y en paz. Sabe que la verdad asociada con la Justicia lo reivindicará”, dice Rivas para dar cuenta del infierno que se debió atravesar durante estos siete largos años.
Incluso, Rivas recuerda que la primera vez que fue a declarar en la Justicia de Instrucción, pensaban que lo iban a hacer para defenderse de una acusación “culposa”, es decir, ajeno a los hechos… pero se encontraron que la figura era “dolosa” y estaba vinculada a su responsabilidad como funcionario público. “Recuerdo que nos dieron cinco minutos para deliberar y en ese escaso tiempo, Pomés prestó declaración porque su tranquilidad de conciencia le indicaba que tenía que colaborar con la Justicia y la verdad”, dice Rivas.
Castillo relató un sentimiento similar con respecto a su defendido, “porque Néstor Pérez, que ya era un empresario exitoso y estaba dedicando su última etapa de la vida a un compromiso colectivo, de pronto se vio envuelto en un caso tan conmocionante para su comunidad. Por eso para él no era lo mismo que la causa prescribiera, que someterse al veredicto de la Justicia”.
Obviamente, ambos abogados amparan y patrocinan la inocencia de sus defendidos. AL principio con cierta soledad, más tarde con mayor comprensión colectiva y en los últimos años con un acompañamiento más colectivo de esa certeza. Pero el diálogo gira de pronto hacia otros contenidos, trasversales, de esta causa.
“Se trata de dilucidar hechos de corrupción ocurridos en el ámbito público y que fueron denunciados desde el sector político. Al revés de lo que los argentinos estamos acostumbrados, que es un político el denunciado por un caso de corrupción”, refiere Rivas, quien junto a Castillo coinciden en destacar “la honorabilidad de la dirigencia local que siempre estuvo predispuesta para colaborar para que se supiera la verdad en todos sus ángulos”.
“Y así como Gualeguaychú siempre valoró ser una comunidad ordenada, ahora puede también jactarse de que tiene una dirigencia que no hace leña del árbol caído ni siquiera especula cuando se trata de honras ajenas”, recalcan.
Ellos no lo dicen ni siquiera se prestan a admitirlo. Pero luego de las audiencias orales en la Cámara del Crimen, hay soporte material –documental y testimonial- para abrigar la teoría de que finalmente no habrá pedido de condena para Irigoyen, Pérez y Pomés, y sólo quede condenado quien hoy está imputado por el delito doloso de peculado reiterado.
“Lo concreto es que la percepción de la sociedad ha cambiado desde que comenzó a ventilarse el juicio oral y público”, es lo único que admiten a decir en voz alta. ¿Cautela? ¿Recato? ¿Mesura? No. Nada de eso. “Respeto hacia todas las partes, especialmente la querella y la fiscalía”, vuelven a coincidir.
Ambos abogados también destacaron la importancia del proceso del juicio oral y público. “Porque las percepciones llegan por distintos sentidos y eso permite tener una mayor proximidad de la Justicia”, valoraron.
En ese marco, sostuvieron que hubieran preferido que este juicio se desarrollara en Gualeguaychú, aunque destacaron la muy buena predisposición del Tribunal “que siempre ha dado a todos el sagrado derecho a defenderse, sin retacear nada”.
Como ejemplo, subrayan la minuciosidad con que son redactadas las actas por parte del secretario del Tribunal, Pablo Guercovich, “con todos los detalles y de manera estricta a lo que ocurre en la sala”, reivindicaron.
La otra particularidad del juicio oral es que jornada a jornada, la verdad se ilumina de manera precisa. “Es como ir sacándole lustre a un elemento, que capa tras capa, exhibe todo su esplendor”, grafica Castillo.
El viernes 11 ambos deberán compartir la jornada de sus alegatos. Previamente habrán escuchado a la querella y a la fiscalía (será el miércoles 9) y a las defensas de Giménez e Irigoyen (el jueves 10). “Llegamos muy tranquilos y confiados, porque son muchos los elementos que prueban la inocencia de nuestros clientes y no encontramos ningún ataque concreto”, vuelven a coincidir.
-¿Está la sociedad preparada para recibir la noticia de que no serán condenados?
La respuesta es precedida por un silencio, no de duda sino de reflexión. Castillo dice: “La sociedad está preparada y espera que prevalezca la verdad y que se haga en consecuencia Justicia”. Dice Rivas: “Por supuesto que está preparada, porque nadie quiere venganza sino Justicia y sería injusto que se condene a un inocente”.
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