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Editorial

Día de las Bibliotecas Populares

Día de las Bibliotecas Populares

El 23 de septiembre de 1870, la ley 419, creó la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares. Desde entonces han pasado 142 años y el objetivo sigue siendo el mismo: fomentar la creación y el desarrollo de estas instituciones, constituidas por asociaciones sin fines de lucro y con la finalidad de difundir el libro y la cultura en todo el país.


Cada vez que se piensa en una Biblioteca Popular hay que pensar en personas que tienen la cálida vocación de ser solidarios con el saber, la educación y la cultura. Se trata de vecinos que llevan adelante una proeza cotidiana, la mayoría de las veces en silencio.
Hay más de un motivo para sumarse a estas celebraciones. Es que una Biblioteca Popular es indispensable para toda comunidad, porque es un espacio plural, donde la expresión y el desarrollo de la educación y la cultura abrevan para que las personas alimenten su espíritu de libertad y su capacidad crítica y reflexiva.
Es oportuno recordar que el Día de las Bibliotecas Populares se instituyó en 1990, en honor a que fue un 23 de septiembre pero de 1870 cuando el presidente de la República, Domingo Faustino Sarmiento, promulgó la ley 419 que creó la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares (Conabip).
Casualmente Mariano Moreno nació el 23 de septiembre de 1778 (murió en alta mar el 4 de marzo de 1811), fue 1fundador de la Biblioteca Pública, hoy Biblioteca Nacional.
Las Bibliotecas Populares representan un movimiento único en el mundo. De acuerdo a la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, existen más de 30 mil voluntarios en las casi dos mil bibliotecas que alumbran el saber a lo largo y ancho del país.
A lo largo de esta experiencia, las Bibliotecas viven diversas experiencias de acuerdo al humor del gobernante de turno: a veces se sienten fortalecidas, otras padecen el abandono y el desinterés, cuando no fueron perseguidas por gobiernos dictatoriales que han visto siempre un peligro en los libros.
En Entre Ríos hay una tarea inconclusa para con las Bibliotecas Populares por parte del poder político. Reglamentar la Ley que da amparo a estas Bibliotecas y con esa reglamentación evitar que todos los años deban peregrinar por el merecido subsidio que está establecido por la Legislatura. Pueda ser que estos tiempos sean propicios para que el Estado entrerriano de el paso final para inaugurar una nueva etapa en la vida de estas instituciones culturales.
Las Bibliotecas Populares, más allá de la base de sustentación que puedan obtener de sus asociados, siempre están innovando, incorporando tecnologías, servicios y una esmerada atención al público. Sus esfuerzos siempre tienen el objetivo de estar a la altura de las circunstancias en una época donde la demanda de usuarios es cada vez más presente.
La necesidad de incrementar el patrimonio bibliogáfico requiere que el Estado entrerriano termine de reglamentar la correspondiente ley y así ofrecer una herramienta que dará previsibilidad a las Bibliotecas Populares.
No hay mejor forma de celebrar este día que redoblar el compromiso y la responsabilidad para que este trabajo silencioso se vea robustecido en la perspectiva de una mejor inclusión con igualdad de oportunidades para todos.
Gualeguaychú tiene una fecunda tradición con sus Bibliotecas Populares. Algunas de estas instituciones requieren contar con más socios, cuya cuota siempre es accesible a cualquier presupuesto familiar. Hay que acercarse, hacerse socios, acceder a la lectura y con ella alimentar el espíritu crítico para forjar una mejor sociedad.


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