Cuidar a los animales

No es otra cosa que comenzar a aplicar la Ordenanza 11417/10 -que regula los vehículos de tracción a sangre- y los alcances de la Ley Nacional Nº 13.346 de Protección Animal.
A pesar de que todavía dicha Ordenanza no se aplica en su integridad, la reunión del viernes entre esos protagonistas marca un camino que no debe ser abandonado: trabajar en red y de manera mancomunada.
Es oportuno recordar que la ley nacional 13.346 establece prisión de quince días a un año para aquellos que provocan malos tratos o actos de crueldad a los animales.
La falta de responsabilidad implica –entre otros gestos- no brindarles una adecuada alimentación, explotarlos laboralmente (con castigos innecesarios) y estimularlos con drogas sin fines terapéuticos… pero la lista es enorme.
La ciudadanía debe tomar conciencia que lastimar a un animal es un delito penado por el Código Penal y se trata de un delito de acción pública, es decir, que puede y debe ser denunciado por cualquier persona.
No hay mejor forma de seguir evolucionando y ser mejores personas que respetar la vida en su integridad, a la naturaleza como un Don y cumplir y haber cumplir las leyes.
Será con educación ciudadana cómo se podrá ser más eficaces para prevenir la crueldad hacia los animales.
En el caso de animales domésticos es importante incorporar el concepto de tenencia responsable.
A lo largo de la historia han existido grandes avances. Por un lado, los animales que son fuentes de alimentación del hombre, hoy requieren de un proceso tanto de producción como de sacrificio que evita la crueldad. No han sido cambios fáciles y han requerido de una profunda conciencia ciudadana. Por eso en la sociedad de hoy es importante darle espacios a los que lideran este cambio y que hoy reclaman una mayor participación de todos, justamente para lograr en la sociedad una adecuada relación entre el hombre y los animales que permitan vivir en una armónica convivencia.
No es desproporcionado sostener que la protección de los animales equivale a tener una cultura ambiental madura. No es casual que organismos como la Unesco y la Asamblea General de Naciones Unidas hayan sostengan como una premisa que todo animal posee derechos y, en particular, derecho a la existencia, al respeto, a la atención, a los cuidados y a la protección por parte del ser humano. La responsabilidad en el trato a los animales siempre será un indicador de la madurez moral de una sociedad.
Es que el compromiso con la dignidad de la vida y la de los seres vivos cuestiona los malos tratos y fundamentalmente el “todo vale” que siempre es insensible.
Por eso hay que celebrar que en Gualeguaychú las ONG vinculadas con la temática coordinen acciones públicas con los organismos del Estado pertinentes y entre todos colaborar para tener una mejor sociedad.
La elección es de Gualeguaychú: o forma parte de una sociedad que cuida la vida de manera integral o se arriesga a destruirse así misma destruyendo la biodiversidad. La esperanza está de nuestro lado, porque hay cada vez más conciencia de que es necesario construir un mundo más democrático y humanitario y ello comprende entre muchas otras relaciones cómo es nuestra relación con los animales, especialmente los llamados domésticos.