Hacia un turismo sustentable

Si bien aún falta mucho para consolidar el concepto de que se necesita vivir del turismo y no del turista, la constancia en la participación entre el sector privado y el público ha sido positiva. No es casual que la actividad turística sea hoy considerada como gravitante en materia económica ya no sólo en la ciudad sino también en la provincia y el país. Junto a este crecimiento, recién ahora se cuenta con un Ministerio específico, lo que permite dar otra jerarquía institucional a su programación.
La otra cuestión vinculante con el turismo en la ciudad, es que se trata de una actividad que es multifacética, puesto que si bien el Carnaval sigue siendo el mayor atractivo y lo que más identifica a Gualeguaychú, es indudable que también hay otros productos que vienen creciendo de manera interesante.
No es casual que aquí se pueda ofrecer turismo de aventura, el rural, el cultural, el religioso, el recreativo con las playas, el de pesca, las termas, entre otras propuestas que tiene un público fiel e incluso que se renueva.
El otro aspecto que no ha sido suficientemente analizado, es que la actividad turística no es solamente un beneficio para el visitante o el viajero, sino fundamentalmente para el vecino, dado que las mejoras en materia de infraestructura urbana se disfrutan durante todo el año.
¿Qué tan sustentable es la actividad en materia ambiental? Aquí las certezas ya no pueden ser expresadas de manera contundente, lo que pone al descubierto un frente colectivo que es necesario establecer para evitar que la misma actividad atente contra sí misma.
Y cuando se habla de turismo sustentable no se debe limitar solamente a cuestiones de protección del medioambiente, sino también al desarrollo socioeconómico y cultural de la comunidad, además de democratizar la distribución de la riqueza que se generan por estas actividades.
Es de vital importancia que se minimicen los impactos negativos del turismo en aspectos económicos, ambientales y sociales. Simultáneamente, gestionar para que los beneficios permitan generar un mayor bienestar en la comunidad receptora. Para ello es indispensable involucrar a las poblaciones locales, especialmente a la hora de adoptar decisiones que afectarán su vida.
La accesibilidad es un canon que jerarquiza a la ciudad y en esta materia son más las cuestiones pendientes que los logros. En este marco, tener una política de precios al consumidor que no discrimine a quien viene de otras localidades con respecto al vecino, dado que ello espanta al más leal de los públicos.
Nunca es fácil traducir en hechos las propuestas. Máxime en un campo donde se debe trabajar mucho para lograr actitudes de responsabilidad social empresaria.
Pero mas allá de ello, es necesario promover la conciencia del tema tanto de las autoridades locales, de la provincia, de las instituciones de la ciudad y del sector empresarial privado (incluyendo gremios de trabajadores) y la de los propios turistas.