Continúan los reclamos por el traslado de Molinos Ross
Esta noche se reunirán para conformar una asamblea y darle identidad a los reclamos de relocalización del Molino, que hoy representa el mayor problema ambiental y de conflictividad social en potencia de la ciudad.
Hoy a las 20:30 en España 545 (casi Goldaracena) los vecinos lindantes a Molinos Ross y el barrio de La Estación, se reunirán para conformar una asamblea, que inicie en conjunto con el municipio el proceso del traslado definitivo de la planta, que pese a las advertencias y actas de infracciones realizadas por Inspección General, la empresa sigue causando problemas ambientales.
El miércoles pasado, nuevamente los vecinos advirtieron la presencia de material particulado en sus patios y techo, además de sufrir problemas alérgicos y afecciones respiratorias producto del constante polvillo que genera la planta.
En los últimos 60 días el municipio tuvo que labrar al menos tres actas de infracción por el mismo problema.
Las familias lindantes a los silos de Molinos Ross, padecen desde hace tiempo el constante encierro al no poder abrir sus aberturas, el taponamiento en los desagües pluviales, olores nauseabundos por la fermentación del polvillo que queda como remanente de la producción de alimentos balanceados y el constante peligro a incendios..
Sin embargo para Molinos Ross no será fácil poder resolver el problema del traslado, debido a que necesitará financiamiento externo para poder terminar su nueva planta productora de alimentos para ganado en la parcela que tiene en el Parque Industrial.
La cuestionada planta no puede parar de producir, debido a que abastece a feedlot y tambos que requieren un suministro diario de alimento balanceado.
No obstante los habitantes de la zona están cansados de esperar. La apertura del nuevo edificio escolar del Club Pescadores, en marzo del año que viene, que está frente a los galpones de acopio del Molino, generará más presión a los empresarios de Molinos Ross y al municipio que en todo momento intentó oficiar de mediador, empleando la misma metodología que le resultó exitosa con la relocalización de Urbanotec en el barrio Molino de Viento en 2011 y la Arrocera que recientemente anunció la finalización de su plan de mudanza en el predio de ruta 14. Además, también se medió con los directivos de Cotagú, para que hagan tratamientos acústicos en los sectores donde están las calderas, que causan ruidos molestos a los frentistas.
El año pasado se intentó hacer lo mismo con Molino Ross, pero curiosamente no se llegó a buen término.
En ese rol de mediador, el Ejecutivo municipal firmó la resolución N° 11/2012, el 5 de marzo del año pasado en la cual se le solicitaba a la empresa: “La presentación de un plan integral de traslado y desmantelamiento, concedido para ello un plazo de treinta días corridos que comenzará a computarse a partir de la notificación de la presente. En tanto el plazo total del plan a presentar por la Empresa no podrá exceder el de 180 días corridos contados de igual manera, para su relocalización definitiva, todo ello bajo apercibimiento de proceder a la clausura del establecimiento”.
La resolución fue entregada a los vecinos por el propio intendente Juan José Bahillo, pero pasado los plazos estipulados en el documento, la planta nunca fue clausurada.
El miércoles pasado, nuevamente los vecinos advirtieron la presencia de material particulado en sus patios y techo, además de sufrir problemas alérgicos y afecciones respiratorias producto del constante polvillo que genera la planta.
En los últimos 60 días el municipio tuvo que labrar al menos tres actas de infracción por el mismo problema.
Las familias lindantes a los silos de Molinos Ross, padecen desde hace tiempo el constante encierro al no poder abrir sus aberturas, el taponamiento en los desagües pluviales, olores nauseabundos por la fermentación del polvillo que queda como remanente de la producción de alimentos balanceados y el constante peligro a incendios..
Sin embargo para Molinos Ross no será fácil poder resolver el problema del traslado, debido a que necesitará financiamiento externo para poder terminar su nueva planta productora de alimentos para ganado en la parcela que tiene en el Parque Industrial.
La cuestionada planta no puede parar de producir, debido a que abastece a feedlot y tambos que requieren un suministro diario de alimento balanceado.
No obstante los habitantes de la zona están cansados de esperar. La apertura del nuevo edificio escolar del Club Pescadores, en marzo del año que viene, que está frente a los galpones de acopio del Molino, generará más presión a los empresarios de Molinos Ross y al municipio que en todo momento intentó oficiar de mediador, empleando la misma metodología que le resultó exitosa con la relocalización de Urbanotec en el barrio Molino de Viento en 2011 y la Arrocera que recientemente anunció la finalización de su plan de mudanza en el predio de ruta 14. Además, también se medió con los directivos de Cotagú, para que hagan tratamientos acústicos en los sectores donde están las calderas, que causan ruidos molestos a los frentistas.
El año pasado se intentó hacer lo mismo con Molino Ross, pero curiosamente no se llegó a buen término.
En ese rol de mediador, el Ejecutivo municipal firmó la resolución N° 11/2012, el 5 de marzo del año pasado en la cual se le solicitaba a la empresa: “La presentación de un plan integral de traslado y desmantelamiento, concedido para ello un plazo de treinta días corridos que comenzará a computarse a partir de la notificación de la presente. En tanto el plazo total del plan a presentar por la Empresa no podrá exceder el de 180 días corridos contados de igual manera, para su relocalización definitiva, todo ello bajo apercibimiento de proceder a la clausura del establecimiento”.
La resolución fue entregada a los vecinos por el propio intendente Juan José Bahillo, pero pasado los plazos estipulados en el documento, la planta nunca fue clausurada.
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