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Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
Editorial

La inseguridad sin solución

La inseguridad sin solución

La inseguridad siempre es un tema muy sensible tanto en términos individuales como familiares y colectivos. Frente a este tema, en Gualeguaychú no se lo puede abordar disimulando coyunturas como cuando se argumenta “que de acuerdo a las estadísticas el delito ha disminuido”.


Un error conceptual que no permite tener un parámetro valedero para medir la realidad de todos los días. En todo caso, habría que cuestionar por qué la gente no realiza las denuncias y ahí la respuesta ubica al Estado como falta de respuesta y a la ciudadanía en un hartazgo por la falta de confianza.
Por otro lado, la inseguridad también debe ser abordada con sus consecuencias sociales, legislativas, policiales, judiciales, penitenciarias y claro está, políticas.
Es cierto que el tema de la inseguridad en Gualeguaychú no es novedoso. Pero hay que reconocer que de manera recurrente, de forma periódica, diaria, la realidad delictiva siempre se presenta como una preocupación y un problema que por el momento no encuentra solución acorde a la magnitud de los daños causados. Quedó demostrado también que fue un error político importante el argumento de las autoridades municipales que durante estos años no se involucraron con el tema seguridad, porque sostenían que era una cuestión de la Provincia. Los Municipios tienen mucho que aportar y lo peor que pueden hacer es sostener que como la Provincia es la responsable, entonces no requieren de otros aportes.
Ya sea porque la realidad delictiva a nivel local desborda a la policía, ya sea por la omisión funcional del Estado en su conjunto (con los tres Poderes), lo concreto es que en materia colectiva además de inseguridad se siente que hay un tejido social que se vulnera constantemente. Y para quienes sostienen que se trata de una sensación, hay que responderle que esa sensación no es artificial porque se mensura en las consecuencias reales que afecta a todos los vecinos.
No es casual que ante la inseguridad y la falta de respuesta, los vecinos busquen refugiarse conteniéndose entre ellos, organizándose en el barrio, invirtiendo en seguridad e incluso en otros casos tomando decisiones y acciones preventivas ante la falta de respuestas y así buscan mecanismos para protegerse entre ellos. O la marcha, la movilización para que las autoridades sepan que en esta materia son más las respuestas que adeudan que las que han dado. Esto es un reflejo concreto de que las actuales políticas de seguridad están fracasando. Y están fracasando a pesar de que el Estado posee herramientas de control necesarias y suficientes, pero no se aplican como corresponde.
Junto a la inseguridad también crece el concepto de que la impunidad tiene un amplio margen, lo que a su vez desalienta la denuncia.
Gualeguaychú experimenta un crecimiento en materia de inseguridad. No se trata del compromiso del Jefe de la Departamental de Policía. El problema no es ese, sino político y comprende más al ministro de Gobierno e incluso al intendente que debe gestionar para que esas respuestas lleguen a la ciudad.
El miedo es el peor rostro de la inseguridad… y es la clara expresión de que se está por caminos equivocados para prevenirla.
Lo otro que es necesario plantear es que no se entiende por qué las autoridades políticas provinciales y locales no atienden esta problemática con el concurso de distintos actores sociales, unidos, permitiendo que todos puedan aportar para tener una mayor y mejor seguridad. Los vecinos y comerciantes se ofrecen de manera permanente para colaborar, es otro error no abrir la participación en materia de prevención.


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