El décimo abrazo al río Uruguay

Hoy se realizará la presentación oficial de esta movilización, que este año tiene como lema “Sin fronteras, por la vida”.
El mensaje es claro: la contaminación que está generando la pastera del proyecto Orion, más conocida como Botnia aunque hoy su denominación sea UPM, no se detiene en la línea fronteriza; y por otro lado, la necesidad de que los pueblos y los gobiernos garanticen el desarrollo de la vida de manera armónica y sustentable.

¿Qué quiere decir sustentable? No es otra cosa que tener el tino, el cuidado de que las decisiones que se adopten en el presente no afecten las decisiones que puedan tomar las generaciones que vienen. Nada de esto se está haciendo en la cuenca del río Uruguay y por eso la contaminación año tras año se va agravando.

En rigor, ambos Estados en vez de controlar y evitar la contaminación la están generando con una actitud anti natural en el caso del Uruguay y una actitud demasiado pasiva en el caso argentino. Pareciera que se han puesto de acuerdo para garantizarle a la contaminante Botnia la impunidad necesaria para funcionar, aunque ello implique que los pueblos ribereños paguen las consecuencias.

La marcha del 27 de abril al puente internacional “General San Martín” marca un hito a escala planetaria, porque es en Gualeguaychú, en este punto del mapa, donde mejor se ha hecho honor al concepto de que es necesario tener una mirada integral y una actuación local.

Se insiste: han sido los gobiernos quienes no han sabido estar a la altura de las circunstancias; han sido los Estados quienes han dado desprotección a sus pueblos a cambio de que la pastera de la muerte pueda funcionar.

Alguna vez el canciller Héctor Timerman sostuvo que era momento de dejar a la ciencia que hable. Pero también el propio canciller ha sido un experto en esto de silenciar a la ciencia y por eso ha sido imposible conocer un informe de monitoreo conjunto entre ambos países e incluso se desconocen los resultados unilaterales de los ingresos a la planta después de las elecciones del 27 de octubre pasado. En materia ambiental es criminal pensar solamente en términos electorales en desmedro de la perspectiva generacional.

Uno de los mayores ecocidios que se están cometiendo en la región tiene nombre y apellido. Son los gobiernos que en materia ambiental se han mostrado demasiado liberales y para nada “progresista”. Son los gobiernos actuales del Uruguay y de Argentina que han ejecutado lo que los liberales en la década del ´90 apenas se atrevieron a anunciar.

Por eso son gendarmes del proyecto Botnia y la protección que le brindan a esta pastera implica dejar sin defensa a los pueblos ribereños.

El general de hombres libres que se llamó José Gervasio Artigas dijo a manera de legado: “No venderé el rico patrimonio de los orientales al vil precio de la necesidad”. En esta época el artiguismo se ha puesto de moda, pero en materia ambiental se lo está vaciando de contenido. Así también contaminan la mejor memoria de los pueblos.