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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Editorial

Un modelo incompleto

Un modelo incompleto

El modelo de producción –en particular en el sector agropecuario- es incompleto, a pesar de que ese sector le aporta al Estado millonarios recursos, especialmente a través de las retenciones y los diversos impuestos.


¿Por qué es incompleto? Porque existen políticas sectoriales erráticas, pero también porque se eternizan los conflictos políticos sin solución en el mediano plazo y, claro está, por la falta de una definición estratégica y de un plan políticamente respaldado por todos los actores. En otras palabras, porque el gobierno no ha sabido construir una política de Estado.
Es indispensable que el país satisfaga cuanto antes la necesidad de un acuerdo de desarrollo integral, que permita unir de manera definitiva los intereses del campo, los de la industria y especialmente la de los trabajadores.
El primer gran obstáculo para el desarrollo rentable de la producción no es otro que los llamados comodities. La comercialización de los productos en las condiciones establecidas por los mercados internacionales, al menos deben tener tres variables para mejorar un negocio: costo, volumen y precio. Pero, la producción agropecuaria argentina sólo puede operar sobre dos: costo y volumen.
No obstante, y a pesar de lo que se suele decir o pensar, pocos sectores de la economía nacional han sido más permeables y dinámicos a la incorporación de nuevas tecnologías que el agropecuario. Esto se debe tal vez a una de las consecuencias de la propia crisis y también seguramente a la influencia de organismos públicos como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Pero lo cierto es que los productores han venido incorporando todas las novedades tecnológicas disponibles: fertilizantes, herbicidas, sistemas de riego y técnicas de siembra directa, para nombrar sólo a algunas.
Otro grave problema que afecta al sector es la falta de financiamiento y, cuando lo hay, el problema es la usura que los bancos aplican al costo del dinero. Como un agravante, los bancos no privilegian a las economías regionales. Otro factor importante a tener en cuenta es la política fiscal, que ameritaría una columna Editorial en sí misma.
¿Por qué exportar trigo en lugar de fideos? ¿O algodón en fardos en lugar de exportar prendas de vestir? ¿O por qué seguir exportando cueros crudos en lugar de zapatos?
La desaparición de la Junta Nacional de Granos, que con su sistema de remuneración del acopio estimuló durante muchos años la construcción de plantas de silos, dejó un vacío no cubierto por ninguna política nacional o provincial.
La integración tal como está planteada no es imposible, a pesar de que el país tiene los recursos tecnológicos e intelectuales para impulsarla. Es imperioso un gran acuerdo estratégico y para ello hay que pensar a quince o veinte años, caso contrario los avances nunca serán significativos, como en estos últimos quince años.


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