¡Me olvidé de Manolo!

Era de prever, empezó el Mundial y comenzaron los problemas. Debo reconocer que fue emocionante la primera jornada, me conmovió enormemente escuchar el Himno coreado por casi cuatro mil argentinos y, fundamentalmente, tomar conciencia de lo que estoy viviendo.
Sinceramente, entre los nervios previos al debut y al maldito cambio de horario que todavía me tiene con el sueño atrasado, la verdad es que hice poco en la ciudad, dejé la recorrida para el domingo después del partido, situación que comentaré en próximas ocasiones.
Fue toda una ceremonia la ida al Pabellón San Pablo, donde se juegan los partidos. Llegamos con la “Banda Entrerriana” que conformamos Cecilia Zacarías y Nico Deniz de Entre Ríos Básquet, más Pablo Rochi de El Diario y Canal Once de Paraná, lo dejamos a Seba Britos en su lugar de transmisión y nos acomodamos en la parte alta de la tribuna de prensa, cómodos y sin mayores problemas para poder trabajar.
De acuerdo a lo que comentaron muchos amigos que me vieron por tele, me ubiqué ahí “para robar cámara”. Encima fui con una nada discreta chomba bordó, que a la luz de mi patético estado físico, me hizo sumamente visible en varios ataques y recibí muchos mensajes, algunos publicables, otros no tanto, pero todos cargados de buena onda, cosa que valoro y agradezco.
Pero el quid de la cuestión no es ni mi chomba ni las esporádicas apariciones televisivas. Sino que de tanta emoción me mandé una chambonada difícil de remediar.
Ya ubicado en mi lugar de trabajo, me resultó particularmente emotivo ver banderas de Gualeguaychú en el Estadio. Un trapo de Racing colgado por Pablo, una linda bandera que portaban “Caña” y señora, Lucio y Pedro y del otro lado de la tribuna rebatible, se encontraba una buena banda gualeguaychuense cuya foto salió en el Suplemento de ayer. Bandera importante, camisetas de Central mezcladas con gente de Racing y Neptunia, grandes y chicos disfrutando juntos la misma emoción.
Sin embargo, el chambón del periodista se olvidó de uno de los integrantes de la foto, ni más ni menos que el “Doc” Manolo, con quien vengo manteniendo charlas de este Mundial desde no menos de dos meses. Entre la emoción y el apuro por escribir, me olvidé de mencionar a mi amigo que aceptó gustoso las disculpas y seguramente se estará matando de risa al leer este Diario de Viaje.
Espero sinceramente no cometer más macanazos, no al menos de esta índole. No todos tendrán la buena onda de Manolo para bancarse semejante macanazo.