La Policía Rural impidió que cazadores furtivos siguieran matando animales silvestres
En Islas interceptaron un vehículo con tres vecinos de Gualeguaychú que estaban cazando cerdos salvajes. Además de infringir la veda de caza, tenían armas no declaradas y carecían de permisos para cazar.
Tres cazadores furtivos oriundos de nuestra ciudad fueron interceptados por efectivos de la Brigada de Abigeato de Islas del Ibicuy que los encontró con ejemplares de cerdos salvajes que habían cazado con armas irregulares y sin los permisos de caza correspondientes.
El procedimiento se realizó cuando los policías rurales patrullaban la zona de Mazaruca, observando una camioneta Jeep, modelo Estanciera, ocupada por tres individuos que, al ver el patrullero, giraron bruscamente para evitar enfrentar a los brigadistas, que los siguieron.
Cuando fueron alcanzados, los policías vieron dentro del vehículo media res de un chancho salvaje, que los individuos dijeron que se les había cruzado en el camino, y lo mataron, cosa que no creyeron los rurales puesto que uno de los ocupante de la Estanciera era un ‘reconocido’ cazador furtivo, detectado en procedimientos anteriores.
Al inspeccionar más detenidamente el vehículo se encontraron en él seis cerdos salvajes muertos, que estaban disimulados en la caja trasera.
Se procedió a la identificación de los cazadores furtivos, a quienes se les encontró que llevaban camuflado entre los asientos un rifle calibre 765 PLG, marca Bolivia. Sospechando que podrían llevar más armas se los interrogó al respecto, recibiendo una respuesta negativa de parte del trío. Pero cuando los brigadistas comenzaron a retirar del rodado los ejemplares porcinos muertos, divisaron oculta otra arma, escondida detrás del panel de un costado de la caja, tratándose de una escopeta calibre12 mm., sin numeración visible.
Además de carecer de la documental que determine las procedencias de las armas, tampoco tenían licencia de caza y no eran legítimos usuarios de la escopeta y el rifle. Como si esto fuera poco, estaban depredando la fauna silvestre en una zona donde la caza está vedada.
Por ello se procedió al secuestro de las armas, aplicando la Ley Provincial de Caza N 4841, y se decomisó la carne despostada de los seis animales silvestres.
El procedimiento se realizó cuando los policías rurales patrullaban la zona de Mazaruca, observando una camioneta Jeep, modelo Estanciera, ocupada por tres individuos que, al ver el patrullero, giraron bruscamente para evitar enfrentar a los brigadistas, que los siguieron.
Cuando fueron alcanzados, los policías vieron dentro del vehículo media res de un chancho salvaje, que los individuos dijeron que se les había cruzado en el camino, y lo mataron, cosa que no creyeron los rurales puesto que uno de los ocupante de la Estanciera era un ‘reconocido’ cazador furtivo, detectado en procedimientos anteriores.
Al inspeccionar más detenidamente el vehículo se encontraron en él seis cerdos salvajes muertos, que estaban disimulados en la caja trasera.
Se procedió a la identificación de los cazadores furtivos, a quienes se les encontró que llevaban camuflado entre los asientos un rifle calibre 765 PLG, marca Bolivia. Sospechando que podrían llevar más armas se los interrogó al respecto, recibiendo una respuesta negativa de parte del trío. Pero cuando los brigadistas comenzaron a retirar del rodado los ejemplares porcinos muertos, divisaron oculta otra arma, escondida detrás del panel de un costado de la caja, tratándose de una escopeta calibre12 mm., sin numeración visible.
Además de carecer de la documental que determine las procedencias de las armas, tampoco tenían licencia de caza y no eran legítimos usuarios de la escopeta y el rifle. Como si esto fuera poco, estaban depredando la fauna silvestre en una zona donde la caza está vedada.
Por ello se procedió al secuestro de las armas, aplicando la Ley Provincial de Caza N 4841, y se decomisó la carne despostada de los seis animales silvestres.
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