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Diario El Argentinomartes 16 de abril de 2024
Editorial

Otro año sojero

Otro año sojero

El 2015 será otro año más de sojización en la Argentina ya que los productores no se encuentran tentados de sembrar trigo y maíz debido al elevado costo de la implantación, lo que conspira contra la rotación de los cultivos.


La soja será finalmente predominante en los campos del país una vez más en este 2015, un año cruzado por una fuerte incertidumbre entre los productores por las elecciones generales de octubre próximo.
El país sigue así en la ruta de la soja que en el actual ciclo 2014-2015 ya ocupó 20,4 millones de hectáreas, según fuentes de la consultora Oil World, mientras que de trigo fueron 4,2 millones y de maíz 5,5 millones.
"La ecuación no cierra", dijo el técnico Adolfo Guerrico, "porque son aproximadamente 5 hectáreas de soja por cada una de maíz y esto no es sustentable en el tiempo por distintos motivos: pérdida de fertilidad física del suelo, extracción de los mismos nutrientes durante años sobre todo calcio y fósforo con cada vez más baja reposición".
Este asesor y productor agropecuario suma a las consecuencias de la sojización, el "aumento de géneros de malezas resistentes a herbicidas y a sus combinaciones y plagas de insectos desequilibradas".
Desde el Gobierno viene un doble mensaje: por un lado el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) insiste con la rotación de cultivos para preservar los agotados suelos argentinos, pero las políticas agropecuarias desde el Ejecutivo no incentivan la siembra de otros granos.
"Desde el Instituto de Suelos y desde el Programa Nacional de Suelos del INTA se está preconizando una agricultura más intensiva que aproveche mejor los recursos y que atienda, fundamentalmente, a diseños de rotaciones más eficientes de cultivos, aseguró Miguel Taboada, director de ese instituto.
Más aún los técnicos del INTA pregonan la importancia de efectuar rotaciones intensivas con trigo, centeno, cebada y maíz, porque mejoran el contenido de carbono y la estabilidad estructural y protegen al suelo de la erosión por el agua y el viento.
Nada de esto se cumple y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en tanto, mantuvo su previsión de una cosecha récord de 57 millones de toneladas de soja apuntalada por las elevadas productividades registradas en las regiones núcleo donde se concentró la mayor actividad de cosecha en los últimos días.
Ocurre que la soja es "la caja" de divisas para el Estado con 35 por ciento de retenciones que pocos candidatos electorales están dispuestos a borrar de un plumazo.
Para los productores, la soja ya no es lo que era antes, según el economista Juan Manuel Garzón del Ieral de la Fundación Mediterránea, quien afirmó en un reciente estudio que el poder adquisitivo de la oleaginosa en el mercado interno cayó al nivel de fin de los 90, pese a que el precio internacional duplica al de entonces.
Pero no son los productores pequeños y medianos los únicos que están en problemas, los contratistas, se dice, se encuentran al "límite de la supervivencia" como afirmó el ingeniero agrónomo Ezequiel Pezzoni en una revista del sector.
Los diagnósticos coinciden, el desafío del próximo gobierno será el de rever la forma de producción del agro argentino mediante políticas de Estado acertadas tendientes a mejorar sustancialmente la ecuación económica, social y ecológica.


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