Recordatario - Jorge Ramón Piccini
Gracias a la vida, gracias Chorch.
Por tu vida… gracias a Dios por haberte puesto en mi camino, así quiso el destino que fuéramos amigos.
La vida nos juntó y nos separó una y otra vez, pero cuando la amistad se transforma en hermandad, la comunión es la fiesta inquebrantable de cada encuentro.
Al vernos comprendíamos por el parecido y el saber, quien era el uno y el otro, qué nos alegraba y entristecía, como hace ya un tiempo yo te veía…
No imaginé nunca que fuera esa tristeza “tu despedida”.
Arrebatándote la vida tan repentina, me destroza el corazón tu partida, con tu ausencia tan inmensa, pero así es la vida.
“Mi querido amigo Chorch”, hoy en la distancia, tu recuerdo acompaña mis días con tu alegría, tu ternura, la simpleza, tu tenacidad y tu sinceridad.
Quiero, deseo que con Dios, hoy seas feliz y con tus ángeles tu alma descanse en paz.
Te extraño
Tu amigo Daniel
Por tu vida… gracias a Dios por haberte puesto en mi camino, así quiso el destino que fuéramos amigos.
La vida nos juntó y nos separó una y otra vez, pero cuando la amistad se transforma en hermandad, la comunión es la fiesta inquebrantable de cada encuentro.
Al vernos comprendíamos por el parecido y el saber, quien era el uno y el otro, qué nos alegraba y entristecía, como hace ya un tiempo yo te veía…
No imaginé nunca que fuera esa tristeza “tu despedida”.
Arrebatándote la vida tan repentina, me destroza el corazón tu partida, con tu ausencia tan inmensa, pero así es la vida.
“Mi querido amigo Chorch”, hoy en la distancia, tu recuerdo acompaña mis días con tu alegría, tu ternura, la simpleza, tu tenacidad y tu sinceridad.
Quiero, deseo que con Dios, hoy seas feliz y con tus ángeles tu alma descanse en paz.
Te extraño
Tu amigo Daniel
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