Ganó por unanimidad y todavía le sorprende ser el creador de la bandera de Gualeguaychú

Francisco es diseñador en comunicación visual y masajista. Desde hace tres años vive en la Isla Libertad junto a Anabella, Federica, Ubaé y Shanti. Con ellos comparte su asombro de estos días, por lo que le genera ser el ganador del concurso por la bandera que después del 20 de junio nos identificará. “Recibo mucha buena onda en la calle”, nos dijo.
¿Cómo ideaste tu bandera? fue la pregunta obligada y Francisco detalló “la idea en sí surgió de mi viejo, que me invitó a participar. Él tenía la idea de trabajar con la leyenda de la fundación y había hecho un bosquejo. A partir de lo que me dio, empecé a jugar con líneas curvas y colores para generar algo que me resultara equilibrado, respetando lo establecido. Quise representar el paisaje en el que vivimos, las cuchillas, las curvas del río, porque para mí, el río es la estampa que más nos identifica, por eso lo tuve tan presente”.
Pero nuestro río es marrón, ¿por qué es tan celeste en tu diseño?
“Fue lo primero que pensé. Pero cuando comencé a combinar colores y hacer pruebas, se complicaba. Soy conciente de que el río es marrón, claro. Pero partiendo de esto, podemos dar un paso más atrás y representar el agua en sí. Entonces opté por economizar colores y representar el agua y el cielo con igual tono y hacer que las líneas atraviesen el paisaje”.
Acerca de las sugerencias que se le hicieron, como incorporar el color rojo o buscar un celeste más intenso, contó “hicimos una prueba y decidimos que el rojo era muy fuerte y terminaba llamando demasiado la atención. En este momento (cuando hacíamos la entrevista) estoy afinando el color de la impresión, para que sea el definitivo”.
¿Cómo fue el momento en que supiste que eras el ganador?, quisimos saber y Francisco dijo “estaba con mi hijo más pequeño y mi mujer. Y al toque empezó a sonar el teléfono, también me llamó el Intendente Bahillo”.
¿Y cómo te ves con la trascendencia?, porque esto te la va a dar y vas a ser nombrado muchas veces...
“Creo que cuando diseñaba, no le dí la trascendencia que esto tiene. A la hora de trabajar, puse todo para hacerlo. Porque sostengo que hay que crear cosas que nos unan. Conscientes o no, necesitamos cosas que nos identifiquen, nos hermanen. Hay tanto mensaje de polarización, que cosas así generan cierta unión...”, y alegría, agregamos.
“La bandera representa algo fresco, dinámico, que va creciendo. Las bandas crecen hacia la derecha simbolizando la fuerza de Gualeguaychú y una esperanza de que todo el crecimiento sea en un marco de sustentabilidad, que vayamos prosperando en la conciencia de ser parte de un mundo que tiene sus recursos contados, que tenemos que cuidarlo y cuidarnos”.
“No es falsa modestia -continuó, inquieto con esto de trascender - pero también hago música y sé que lo más reconfortante es que canten tu canción. Está bueno que te tengan presente, pero eso no es algo que interese. Cuando entregué el trabajo, lo entregué a la comunidad. No la he visto flamear todavía, pero cuando la vea, quisiera hacerlo como todo el mundo...”
Pero no te va a pasar, porque la vas a ver con el ojo de quien la creó, replicamos y Francisco dijo “sí, pero quiero poder fundirme con los demás”.
El 20 de junio, día de la Jura, Francisco estará junto a su familia, compartiendo la alegría de verla mecer, liviana.
Alta, bien alta en el cielo, la Bandera de Gualeguaychú.

Por Silvina Esnaola

De primera mano

Una cosa linda de todo esto que está pasando en torno a la elección de la bandera de Gualeguaychú, es que hace que nos preguntemos con qué nos identificamos como pueblo, como grupo de gente que comparte una ciudad; qué cosas que están o estuvieron nos representan... colores, formas, personas, lugares, hechos históricos, etc. etc... El camino que elegí para este concurso fue basado en el río, que es la fuente de nuestra ciudad. De él viene el agua que bebemos y nos lava; nuestra ciudad está aquí porque el río estaba aquí. Como país compartimos el cielo y el sol, representados en nuestra Bandera. Gualeguaychú lleva el nombre de su río, "aguas de andar manso" o "río del tigre grande" según distintas fuentes. A la representación del río, la rivera con sus arenales y el campo -que sería la del ambiente natural donde se asentó la ciudad- le sumé la creación humana, la historia, su voz, la música de las palabras, la leyenda de su origen. Hay cosas que según la época que nos toca vivir nos suenan más importantes como referentes, pero el buscar una síntesis de nuestra identidad me llevó a elegir cosas que trascienden. La leyenda de Fray Mocho sobre la creación de la ciudad tiene, como toda leyenda, múltiples connotaciones que a su vez se van resignificando en los diferentes momentos de la historia. Pero es algo que se ha transmitido de generación en generación y por eso la tomé como un ícono fuerte. Son pocas las ciudades con una leyenda en su historia... Da para seguir largo... Es lindo el mundo de los símbolos.

Francisco Melchiori