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Torrada: “Hay que ponerse en los zapatos de la mujer golpeada en vez de juzgarla”

Torrada: “Hay que ponerse en los zapatos de la mujer golpeada en vez de juzgarla”

El abogado penalista Julio Torrada estuvo en Gualeguaychú para dar una charla sobre violencia de género, en la que marcó las cuatro etapas del proceso en que la mujer es sometida a un espiral de violencia que finaliza únicamente cuando la víctima corta la relación. En julio la asociación Wanda Taddei dará un curso de capacitación para manejar situaciones violentas en la pareja. “Todo creemos que en la Argentina se habla mucho d


En el marco de la campaña internacional “Ni una menos-el femicidio”, ayer a la mañana en la Corporación del Desarrollo, el Centro de Estudios e Investigación de la Mujer (CEIM), brindó una jornada de concientización sobre violencia de género.
En el encuentro, estuvieron presentes el ex intendente Emilio Martínez Garbino, el precandidato a intendente (UCR) Dario Carrazza, representantes de ACIVERJUS, alumnos del Instituto “María Inés Elizalde”, el grupo “Las Juanitas” que trabaja en nuestra ciudad en la contención de mujeres víctima de la violencia de género al igual que el CEIM con 22 años de trayectoria en esta problemática social.
El doctor Julio César Torrada es abogado penalista especializado en violencia de género, el maltrato y el abuso infantil. Fue uno de los denunciantes de los jueces Piombo y Sal Llargues quienes redujeron la pena de un violador por considerar que la víctima, de seis años, “es gay”.
Actualmente es presidente de instituto de políticas de género Wanda Taddei en honor a una mujer brutalmente goleada por su pareja.
Lo que impulsó la creación de este instituto comenzó en la madrugada del 10 de febrero de 2010, cuando Wanda fue atacada por su esposo, en el marco de una discusión que se venía extendiendo desde la noche anterior, Eduardo Vázquez, quien luego de rociarla con alcohol sobre el cuerpo, le prendió fuego con un encendedor, causándole gravísimas quemaduras. Inmediatamente después Vázquez apagó con una manta el fuego sobre Wanda y la llevó al Hospital Santojanni de Buenos Aires, donde recibió los primeros auxilios. Horas más tarde fue derivada al Hospital de Quemados donde falleció once días después, a causa de las quemaduras sufridas.
“A partir de lo que ocurrió con Wanda hemos introducido en la política nacional la difusión de las cuestiones de género y los derechos de la mujer. Este caso fue emblemático porque puso arriba de la mesa un flagelo que ya estaba instalado, pero no se hablaba, a partir de lo que de Wanda se comenzó a hablar sobre los hombres le pegan y matan a las mujeres”, explicó Torrada.
Este caso marcó un punto de inflexión en el país al lograrse avances en la reforma del nuevo Código Procesal Penal al incorporarse la figura del feminicidio.
“Hay que ponerse en los zapatos de la mujer golpeada en vez de juzgarla. Todo creemos que en la Argentina se habla mucho de violencia de género pero se hace poco y nada, de hecho tenemos una Justicia machista y patriarcal, tenemos una Policía machista y patriarcal y leyes machistas y patriarcales”, dijo.
Consideró que: “Tenemos un choque de intereses, por un lado aparece la figura de Nancy Dupláa, Javier Mascherano, Lionel Messi y Pablo Echarry con una tarjeta roja que invita a las víctimas a denunciar, a través de campañas publicitarias financiadas por el Estado, entonces la mujer dice: parece que estos referentes sociales tienen todo resuelto, y cuando la víctima va a denunciar termina impidiendo que esa denuncia se concrete”.
Alertó que “no podemos ayudar a una mujer ni en la comisaría, la fiscalía o el juzgado si antes no entendemos lo que le ha pasado a la víctima dentro de su casa”.

Los cuatro pasos
del violento

Torrada definió en cuatro pasos el comportamiento de un agresor, que introduce a la víctima en un espiral de violencia interminable, que puede llevarla a la muerte.
“La mujer golpeada padece de un proceso no un suceso por que un día su pareja se levantó con el pie izquierdo. Al violento se lo toma como si fuera un loquito, pero el violento no tiene un pelo de zonzo. Para el violento la mujer no es su amor, no es su vida, para el violento su mujer es un pedazo de carne. Cuando hablamos de la cosificación tenemos que entender que la mujer no es sujeto de derecho, la mujer es un objeto para el agresor”, remarcó.
“El violento tiene una estrategia desde el minuto cero desde que se comienza la relación, el sujeto sabe que va a golpear a su pareja y para eso tendrá que desarrollar una estrategia de aislamiento, doblegamiento y ninguneo de la integridad emocional de la mujer”.
En las cuatro etapas diferenciadas del proceso del agresor emplea la violencia simbólica, psicológica o testimonial, en la que empieza a denostar a su pareja a través de violencia verbal y “una acción desenfrenada que sienta las bases de la paliza que vendrá”.
Luego comienza la etapa de aislamiento de la víctima, en la que el violento hará que la mujer deje su trabajo, de sus amigas y de sus familiares más cercanos. “En esta etapa la mujer resigna su independencia económica, pierde muchos contactos y vínculos sociales pata tener a la mujer las 24 hora entre cuatros paredes con el fin de ningunearla y bastardearla”, dijo.
En la tercera etapa ya comienzan los golpes y luego de la agresión viene “el discurso donde el violento le explica los motivos e intenta justificar el por qué le pegó y la mujer cargada de culpa acepta ese discurso” que “tiene plafón y eco en una mujer desvastada”.
En la cuarta etapa es la luna de miel, la reconciliación, “él genera el problema y genera una solución” para evitar denuncias o otros problemas legales, le pide a la mujer que reanude las relaciones con sus amigas, familiares le hace regalos y viajes entre otros.
Torrada manifestó que estos ciclos se repiten y cada vez son más violentos y es una de las causa de la muerte de 300 mujeres por año por violencia de género y 350 denuncias en el mismo periodo.
“Cuando la mujer llega a una comisaría a denunciar en promedio ya lleva entre tres a cuatro años de ser sometida a la violencia y ya viene con la autoestima muy baja”, consideró.
“Las leyes que tenemos de violencia familiar tanto en nación como en las provincias son de neto sesgo machista” y agregó: “Las leyes que tenemos hoy lo único que hacen es judicializar a la mujer víctima. La mujer es la que debe denunciar, esquivar todas las barreras que le ponen en la comisaría o la fiscalía, tiene que ir y ratificar la denuncia, tiene que pedir la exclusión del hogar (del agresor) tiene que pedir la perimetral, tiene que pedir la cuota alimentaria, que no la molesten por las redes sociales, tiene, tiene y tiene mientras el violento sigue tranquilo caminando por la calle. Este es el escenario que tenemos, el Estado que invita a la mujeres a denunciar las espera con una emboscada y la mujer se termina desanimando a denunciar”, concluyó.


 

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