El teatro vocacional se muestra en el Magnasco

Y si a ese itinerario se lo transita con pasión y profesionalismo, con responsabilidad y compromiso, entonces lo vocacional aparece como una disposición que inspira porque es una aptitud, es decir, una capacidad, una destreza, una disposición para alimentar el alma de los demás.
El Instituto Magnasco anoche abrió sus puertas (y sus corazones) para apreciar la muestra sobre el teatro vocacional denominada “Teatrófilos del ayer” y que permanecerá hasta el 12 de junio.
Se trata de una mirada a manera de homenaje a quienes orientaron una de las expresiones más fértiles que tiene Gualeguaychú y que ha permitido otras derivaciones en ese diálogo fecundo de la estética con las convicciones.
La muestra convoca a través de la fotografías a la mejor memoria local y que ha hecho historia en la cultura de la ciudad. No es casual vincular y captar en esta muestra dos apreciaciones: “memoria” y “cultura”, puesto que las comunidades se movilizan a partir de su cultura, nunca en contra de ella.
Amigos del Teatro de Gervasio Méndez, Juventud y arte, Teatro estudiantil, el portento de Amigos de Arte, son también algunos de los elencos y grupos que de alguna manera vuelven a exhibirse en esta muestra que atesora una de las expresiones artísticas más vibrantes y se ha arraigado como parte de la identidad local.
La representación –como término y concepto- está muy vinculada con el acto teatral… pero no es el único vínculo. La representación también está ligada a la fotografía. Y el teatro y la fotografía a la cultura de la imagen. Por eso volver a ver los rincones de la muestra “Teatrófilos del ayer” implica reencontrarse con aquellos que han hecho de una historia literaria, la representación de un sentimiento y también han mostrado sus convicciones a manera de un espejo para la vida.
El Instituto Magnasco propone entonces que la búsqueda se haga encuentro y que el encuentro no encierre una despedida; justamente para que cuando se diga teatro, no opere el olvido para aquellos que han construido en el pasado este fecundo presente.
Un homenaje, de eso se trata… y ahora espera –hasta el 12 de junio- del público. El telón se ha subido y la memoria y el reconocimiento aparecen protagonizando la escena de esta muestra tan necesaria, tan impar, para aquellos que han hecho de la palabra el deleite del semejante.