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Diario El Argentinojueves 25 de abril de 2024
La Mujer

Mujeres que hacen cosas....

 Mujeres que hacen cosas....

Una misma valija y un equipaje diferente


Diana Goycochea es licenciada en Psicología, Psicoanalista y master en mediación intercomunitaria, grado que alcanzó  en España, luego de egresar de la Universidad de Buenos Aires y radicarse allí  junto a su compañero Rafael.
“Él tuvo una oportunidad de trabajo (es odontólogo) y decidimos probar. No había nada para perder y allá fuimos. Vivimos casi dieciséis años,  hasta mediados de 2008. Fue una experiencia muy linda que marcó nuestras vidas”, resumió.   
“En España hay mucha mediación a través del trabajo voluntario. Hice un master en mediación intercomunitaria, con especialización en mediación social  e intercultural. Trabajé  nueve años en una experiencia muy linda de la Universidad Autónoma de Madrid, a través de su Fundación, para el área de servicios sociales del Ayuntamiento, con gente de veinticinco países distintos, con experiencias de vida impresionantes” contó.
En esto de experiencias, Diana cuenta de la suya, la de la emigración. “Te marca, te divide, en el sentido de que es algo en lo que uno entra, pero no se sale. Hoy creo que no tengo un lugar, sino más de uno. Soy de acá y de allá también. Es un viaje, pero no tiene que ver con lugares físicos”.  
Allá nacieron sus tres hijas, que tienen nombres vascos: Edurne (Blanca o Nieves)    Mirari (Milagros)  e Izaskun (flor de los Pirineos), elegidos en un libro comprado en San Sebastián, bastante antes de que las nenas llegaran.
Como habló de la mediación,  le preguntamos cómo sería aplicarla en Gualeguaychú, y nos dijo “se hace en los colegios, centros de salud, en lugares donde la gente se nuclea. No he visto tantos conflictos aquí, aunque la comunidad ha tenido su problema papelera-puente, una cuestión más económica que cultural. En la mediación se produce con docentes, los padres, los chicos. Se trata de trabajar lo común que hay, a pesar de las diferencias, aún con ellas. Se construye desde el consenso, porque la única manera de que los acuerdos perduren es que haya un consentimiento real de las partes, lo que implica un compromiso. Tiene que ver con perder para ganar. Es maravilloso”.
¿Es cierto que en Argentina la gente se psicoanaliza más que en otros países, al punto de que se nos conoce como dependientes de esto?, preguntamos y Diana respondió “no sé si dependientes o que tenemos la capacidad de preguntarnos o dirigirnos  a otro  para hacer esa pregunta. El psicoanálisis es la posibilidad de hacer alguna otra cosa con aquello que a veces nos resulta insoportable. Y Buenos Aires es uno de los lugares donde primero y más prendió el psicoanálisis y de hecho, es donde más psicoanalistas hay por habitante, y hay grande escuelas, una de ellas, la que traemos con el grupo de compañeras, el Instituto Oscar Massotta. Estamos encantados de traer a estos psicoanalistas que saben muchísimo, para escucharlos una vez al mes y también  en el seminario clínico anual, que auspicia la Escuela de Orientación Lacaniana de Buenos Aires, con respaldo  del Instituto del campo freudiano de París y la Universidad de París 8”. 
¿Es snob psicoanalizarse?, probamos para escucharla decir “puede que lo sea para algunas personas. A otros, es algo que les permite hacer, no sólo sufrir y pasarla mal”.
¿Encontraste en Gualeguaychú lo que esperabas cuando volviste?, “Al principio no, porque uno siempre vuelve siendo otro, porque pasó el tiempo, porque los lugares no permanecen iguales ni tampoco las personas. Todos somos otros con el paso del tiempo. 
Este es un lugar   donde uno puede tener una vida  más familiar que en una ciudad grande, más en contacto con la naturaleza y una vida social distinta, a veces, demasiada”, acotó riendo, para rematar “este es un lugar bastante privilegiado donde criar hijos”.
¿Estás contenta con la vuelta? Sí, y creo que no me iría como me fui, sino de paseo. Comprendí que es muy costoso y que era muy inconsciente. Además, estamos con proyectos...” 
Esos proyectos tienen que ver con una apuesta en común, otra más con su pareja.
“Encontré en Rafael a un compañero fabuloso, porque es alguien que siempre tiene un plan. Eso me encanta. Está bueno tener un plan”, dijo con convicción y casi como consejo.
Y nos quedamos con esto para poner fin a la entrevista, para que quede esta idea suya dando vueltas, de manera de repetirla  y tomarla como consigna...
Silvina Esnaola
 

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