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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
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Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades

 Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades

 ''Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades'' es el título del Mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Turismo 2015 (27 de septiembre) publicado hoy por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes. El mensaje, fechado el 24 de junio, está firmado por el cardenal Antonio Maria Vegliò y por el obispo Joseph Kalathiparambil, respectivamente presidente y secretario de ese dicasterio.


El documento, como su título ya indica, se centra en las oportunidades y desafíos que el incremento masivo del turismo representa para la sociedad contemporánea y recuerda que el concepto de turista está siendo sustituido cada vez más por el de viajero, es decir, la persona que no se limita a visitar un lugar, sino que, de alguna manera, se convierte en parte integrante del mismo. A la luz de la encíclica del Papa Francisco Laudato sí', el Mensaje señala que el sector turístico, aprovechando las riquezas naturales y culturales, puede promover su conservación o, paradójicamente, su destrucción y por último invita a hacer del viaje ''una experiencia existencial''. Sigue el texto íntegro.
''Fue en el 2012 cuando se superó la barrera simbólica de mil millones de llegadas turísticas internacionales. Y los números siguen creciendo, tanto que las previsiones estiman que en el 2030 se alcanzará el nuevo objetivo de dos mil millones. A estos datos se deben sumar las cifras aún más elevadas referidas al turismo local.
Para la Jornada Mundial del Turismo queremos centrarnos en las oportunidades y los desafíos planteados por estas estadísticas, y por ello hacemos nuestro el tema que propone la Organización Mundial del Turismo: ''Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades''.
Dicho crecimiento plantea un desafío a todos los sectores implicados en este fenómeno global: turistas, empresas, gobiernos y comunidades locales. Y, ciertamente, también a la Iglesia. Los mil millones de turistas deben ser necesariamente considerados sobre todo como mil millones de oportunidades.
El presente mensaje se hace público a los pocos días de la presentación de la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco, dedicada al cuidado de la casa común. Es un texto que debemos tomar en gran consideración, ya que ofrece importantes directrices a seguir en nuestra atención al mundo del turismo.
Estamos en una fase de transformaciones, en la que cambia el modo de desplazarse y, en consecuencia, también la experiencia del viaje. Quien se traslada a un país distinto del suyo, lo hace con el deseo, consciente o inconsciente, de despertar la parte más recóndita de sí a través del encuentro, el compartir y el intercambio. El turista busca cada vez más un contacto directo con lo diverso en su singularidad.
Se ha debilitado el concepto clásico de ''turista'' al tiempo que se ha fortalecido el de ''viajero'', es decir, aquél que no se limita a visitar un lugar, sino que, de alguna manera, se convierte en parte integrante del mismo. Ha nacido el ''ciudadano del mundo''. Ya no ver sino pertenecer, no curiosear sino vivir, ya no analizar sino unirse. No sin respeto por lo que y a quien se encuentra.
En la última encíclica, el Papa Francisco nos invita a acercarnos a la naturaleza con ''apertura al estupor y a la maravilla'', hablando ''el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo''. Ese es el acercamiento correcto que hay que adoptar ante los lugares y los pueblos visitados. Este es el camino para aprovechar las mil millones de oportunidades y hacerlas fructificar aún más.
Las empresas del sector son las primeras que deben implicarse en la realización del bien común. La responsabilidad de las compañías es grande, también en el ámbito turístico, y para poder aprovechar las mil millones de oportunidades es necesario que sean conscientes de ello. Objetivo final no debe ser tanto el lucro cuanto la oferta al viajero de caminos transitables que le lleven a esa experiencia que está buscando. Y las empresas deben hacer esto desde el respeto a las personas y al ambiente. Es importante no perder la conciencia de los rostros. Los turistas no pueden reducirse a una simple estadística o a una fuente de ingresos. Es necesario poner en práctica formas de negocio turístico estudiadas con y para las personas, invirtiendo en los individuos y en la sostenibilidad a fin de también ofrecer oportunidades laborales desde el respeto a la casa común.

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