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Diario El Argentinomartes 23 de abril de 2024
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Otro herbicida en suspenso para la Organización Mundial de la Salud

 Otro herbicida en suspenso para la Organización  Mundial de la Salud

 Una agencia del organismo internacional catalogó como “posiblemente cancerígeno” al 2,4-D, el segundo agrotóxico más empleado en el país. Se utiliza principalmente en la fase previa a la siembra de soja y maíz transgénicos. El caso del glifosato.


La Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que el herbicida 2,4-D, el segundo más utilizado en Argentina, es “posiblemente cancerígeno”.
El agrotóxico se emplea, entre otros usos, en la fase previa a la siembra de soja y maíz transgénicos. En marzo pasado, el mismo organismo internacional había confirmado que el glifosato produce daño genético (antesala de diversas enfermedades) y también lo vinculó al cáncer. El 2,4-D es comercializado por Dow Agrosciences, Nidera y Monsanto.
“Hay fuertes indicios de que el 2,4-D induce estrés oxidativo, un mecanismo que puede funcionar en los seres humanos y existe evidencia moderada de que causa inmunosupresión”, detalla el informe del IARC-OMS, fechado el 23 de junio pasado, publicó el diario Página/12 en su edición de ayer.
El informe resalta que fue clasificado como “posible cancerígeno para humanos” y señala que aún no hay evidencia determinante. El dictamen fue dado a conocer luego de una “revisión exhaustiva” de la última literatura científica disponible, realizada por un grupo de trabajo de 26 expertos de trece países.
El 2,4-D (ácido 2,4-diclorofenoxiacético) comenzó a utilizarse en 1945 para el control de plantas no deseadas (“malezas”, según el lenguaje técnico agrario). Luego del glifosato, es el herbicida más utilizado de Argentina. Se emplea en cultivos de trigo, cebada, centeno, avena, maíz, sorgo, papa, caña de azúcar y arroz, entre otros. No se usa sobre la soja (la mata), pero sí en el llamado “barbecho químico”, para eliminar con venenos las malezas antes de la siembra.
Mercado
El documento del INTA “Evolución del mercado de herbicidas en Argentina” confirma el aumento de agrotóxicos. En 1991 se utilizaron 19 millones de litros. Veinte años después (en 2011) se llegó a 252 millones de litros. Los tres más usados: glifosato; 2,4-D y atrazina.
Frank explicó que, a fines de la década del 70, el 2,4-D se dejó de fabricar en Estados Unidos y Europa, y los principales productores son China, Taiwan, México, Brasil, Indonesia y Argentina. 
“El 2,4-D es muy peligroso para la salud y el ambiente. Y en la actualidad está siendo promocionado para su mayor uso, con el claro impulso de las empresas”, alertó en la publicación de Página/12.
Seis provincias ya prohibieron o limitaron al 2,4-D: Santa Fe, Chaco, Entre Ríos, Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero. En marzo, un grupo de cinco organizaciones sociales solicitaron ante el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) que se realice un proceso de análisis de riesgos y dictamine la prohibición en todo el país del herbicida.
El 17 de abril pasado, en Argentina se aprobó una nueva soja transgénica, de la multinacional Dow Agrosciences. Especialmente diseñada para utilizarse con tres químicos, glifosato, glufosinato de amonio y 2,4-D. El Estado no hizo estudios propios y el expediente de aprobación es confidencial.

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