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La Mujer

Mujeres que hacen cosas...

Descubrió el comercio y sus condiciones para desarrollarlo

Descubrió el comercio y sus condiciones para desarrollarlo

Mientras hacíamos la entrevista en el local donde funcionó Toribio en los ´70, Cloty Massaferro atendió un llamado para recordarle de una reunión de la Asociación Cooperadora del Hospital Centenario, lo que indica que sabe hacerse del tiempo necesario para dar una mano.


Pero llegamos a ella porque, precisamente, desde aquel Toribio que logró romper algunas reglas hasta hoy, Cloty sigue siendo una referente del comercio local.
“Comencé cuidando la cola de gente que se formaba los lunes, porque se hacía una gran liquidación. Después fui quedando y creciendo, pasando a ser cajera y luego, encargada del negocio, pero mis comienzos fueron bien desde abajo”, remarcó orgullosa de esto, “la colimba” que hizo a pesar de ser hermana de Héctor, uno de los dueños.
Al hablarnos de la cola, de las liquidaciones de los lunes, fue imposible no recordar el “¿Vio? ¿Vio? ¡Toribio está loco!” con el que se encabezaban los avisos de entonces y las propagandas por la radio, con su variante “¿Vio? ¿Vio? Toribio está de liquidación”, a las que se agregaría el juego de radio y teléfono que proponía “No diga hola; diga Toribio”, que fue adoptado como una muletilla en la comunidad.
“También hacían cargadas con esto”, recordó Cloty.
Lo cierto es que con estos mensajes, Toribio pegó fuerte y también, como dijo, “porque siempre se traía mercadería para estas liquidaciones y era muy variada, así como sus marcas, más populares. Y cuando digo que cuidaba la puerta, era porque la cola llegaba a más de una cuadra. Es que había pocos comercios a mediados de los ´70 y eran otras épocas...”
“Después vino una racha económica mala y Toribio cerró. Aquí (al local donde estábamos) vino Expo Confort y mientras, yo estaba en Gurises”, contó, para agregar que tras un paréntesis con este emprendimiento donde estuvo sola, volvió a trabajar con su hermano y regresó como encargada de Don Jeans, donde nos encontramos.
Vos te volcaste al comercio e incorporaste a tus hijos a esta actividad, le dijimos y ella respondió “sí, a dos de ellos, que son apasionados de esto”.
Antes de ser comerciante fue ama de casa, “pero hacía de todo: tejía para afuera, cuidé chicos, porque necesitaba trabajar”
Y con cuatro hijos, inició su carrera comercial y ya a full esto, nacieron los dos más chicos. A esta altura, hay que nombrarlos: Fabián, Daniel, Marcelo, María Eugenia, María Victoria y Agustín.
Ellos saben lo intenso que fue el trabajo cuando desde el Uruguay era incesante la llegada de compradores, que hicieron que se abriera este negocio los sábados a la tarde y los domingos por la mañana.
“Después de esto, en el ´83, quedé sola abriendo Toribio, porque en ese entonces no se trabajaba los sábados a la tarde. Yo lo hacía, y entre cliente y cliente, completaba los libros contables. Lo hice muchos años, y esto hoy se ha generalizado, al punto que los sábados a la tarde es cuando más se vende”.
Y vos lo viste antes, le dijimos para escucharla decir “no sé si fue una visión, sí una continuidad”, y casi como una disculpa, agregar “quizá descuidé un poco mis hijos con tanto trabajo...”
Pero trabajaste porque lo necesitabas, replicamos, sabiendo que lo que Cloty siente es común a muchas mujeres que, aún trabajando por necesidad, sienten culpa por quitarle tiempo a la familia.
“Mis hijos son muy buenos, no me reclaman”, afirmó.
Y desde aquellos tiempos, hoy Cloty sigue al frente de dos comercios.
“Me dediqué tanto que me vieron condiciones, pero mis comienzos fueron desde abajo, lo que es un orgullo para mí. Hoy atiendo a los proveedores, viajo, compro, hago bancos, y me gusta”.
Además, ha debido aggiornarse en varios sentidos, porque antes habló de las anotaciones en los libros de IVA “y con la juventud, veo lo que usan, lo que quieren, y eso es lo que traemos cuando vamos a las presentaciones de las colecciones”.
Con los hijos crecidos, los nietos -que son los únicos que le dicen Clotilde- y sus bisnietos, Cloty sabe que va a seguir trabajando.
¿Y qué te gustaría hacer, además de esto?, preguntamos y ella respondió “me gustaría viajar. Y poder ir a España, de donde son mis ancestros maternos y donde tengo primos a los que podría visitar. Fuera de esto, podría pedir salud, que es tan importante...”

Tanto, como su empuje, dejado al descubierto escuchándola hablar.

Por Silvina Esnaola

EL ARGENTINO



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