El recital “Tiempo del hombre, canto y palabra” se presenta este sábado en el Centro de Convenciones
“La partícula cósmica que navega en mi sangre / Es un mundo infinito de fuerzas siderales. / Vino a mí tras un largo camino de milenios / Cuando, tal vez, fui arena para los pies del aire”, son parte de los versos de “Tiempo del hombre” de Atahualpa Yupanqui. Y esas resonancias que remiten a un tiempo anterior al tiempo, a los momentos lejanos pero nunca vencidos, se harán presente este sábado 17 a las 21:30 en el Centro de Convenc
Se trata de una propuesta musical integral que se denomina justamente “Tiempo del hombre, canto y palabra” y sintetiza el nuevo ofrecimiento estético artístico de Ignacio “Nacho” Journé, Lino López y Osvaldo Delmonte.
“Nuestra idea es compartir una propuesta a través del canto y la palabra, que nos permita darle dirección a lo que sentimos. Hemos elegido básicamente textos de Atahualpa Yupanqui y de Gaspar Lucilo Benavento y de Delmonte, porque nos representa en todo su potencial”, destacó Journé en diálogo con EL ARGENTINO.
La poética de Yupanqui sigue invitando a la reflexión: “Entonces vine a América para nacer en hombre. / Y en mí junté la pampa, la selva y la montaña. / Si un abuelo llanero galopó hasta mi cuna. / Otro me dijo historias en su flauta de caña”.
Y Delmonte aclara que en su caso “la idea fue valorar y rescatar la presencia de los pueblos originarios, justamente para beneficiarnos mejor del encuentro y el cruce cultural”, sostuvo Delmonte.
No se trata de mostrar a una cultura para ser observada como si fuera un objeto, sino para que sea percibida como sujeto de derecho. “Tiempo del hombre” que se hace canto y palabra.
“Lo que proponemos lo fuimos pensando de manera armónica. Por eso también incorporamos la danza, el movimiento”, insistió Journé para dar cuenta que hay mensajes que no se visten de palabras.
Journé da cuenta que esta propuesta nació a principio de año como una necesidad de proponer otro formato a las clásicas peñas folklóricas. “Aspiramos a ofrecer otro tiempo, donde cada poesía sea una invitación para explorar otras sensaciones a las cotidianas y que nos permita reconocernos”.
“Yo no estudio las cosas ni pretendo entenderlas. / Las reconozco, es cierto, pues antes viví en ellas. / Converso con las hojas en medio de los montes / y me dan sus mensajes las raíces secretas”, sigue enseñando Atahualpa en Tiempo de hombre, que este sábado regresa convertido en canto y palabras.
“El contacto de los textos de Yupanqui nos permitió construir esta propuesta, donde incluimos a Gaspar Lucilo Benavento, que es un poeta oriundo de Victoria y está bastante arrinconado en el olvido por los entrerrianos”, valoró Delmonte.
Gaspar L. Benavento falleció en Buenos Aires en 1963. Sus restos descansan en Victoria, en una plazoleta en la Costanera, tal como él mismo lo anunció en su poema “Río” al expresar: “Quiero dormir aquí, junto a mi río, / al murmullo celeste de sus aguas: / en él oiré como cuando era niño / la música de amor que me arrullaba”.
El espectáculo también partimos desde un Tiempo del hombre que no tiene lugar, pero llegamos a recorrer el litoral y vinculamos la relación del hombre con la tierra.
“Y así voy por el mundo, sin edad ni destino. / Al amparo de un cosmos que camina conmigo. / Amo la luz, y el río, y el silencio, y la estrella. / Y florezco en guitarras porque fui la madera”, cierra la poesía de Atahualpa para dar inicio al Tiempo del hombre, canto y palabra que el sábado 17 se presentará a las 21:30 en el Centro de Convenciones.
Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO
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