Secciones
Diario El Argentino
Secciones
Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
Información General

Las relaciones con China, "en una fase positiva", según el Vaticano

Las relaciones  con China, "en una fase  positiva", según  el Vaticano

  "Actualmente, estamos en una fase positiva, hay señales de las dos partes sobre la voluntad de continuar el diálogo y encontrar juntos soluciones al problema de la presencia de la Iglesia católica en ese inmenso país", declaró monseñor Parolin en una entrevista con la revista San Francesco, retomada por el diario Corriere della Sera este miércoles. 



Esta revista, publicada por los hermanos franciscanos de Asís, y su traducción en mandarín, estarán disponibles a finales de este mes en China.
"Personalmente, me atrevería a decir que las perspectivas son prometedoras y esperamos que estas semillas germinen y den buenos frutos por el bien de China y del mundo entero", agregó el cardenal italiano.
Monseñor Parolin, sin embargo, recordó que el diálogo entre el Vaticano y China "es un largo camino que ha conocido altibajos, que todavía no ha concluido y que se completará cuando Dios quiera".
Los contactos entre los responsables de la Santa Sede y el gobierno chino son regulares y discretos, incluso a pesar de que algunos católicos chinos acusen al Vaticano de querer sacrificar sus intereses en aras de una reconciliación.
Las decenas de millones de católicos chinos están divididos desde hace décadas entre una "asociación patriótica", cuyo clero es elegido por el partido comunista, y una Iglesia clandestina, cuyos obispos nombrados por Roma no están reconocidos por Pekín.
El Vaticano y China rompieron sus relaciones diplomáticas en 1951.

Muestra

Las "bulas", o documentos oficiales, con las que los papas anunciaban el número de jubileos ordinarios, desde la primera, en 1300, hasta la última, en 2000, saldrán este miércoles de los archivos del Vaticano para ser expuestas en Roma durante unos meses.
El nombre de este documento oficial emitido por el Papa proviene del latín "bulla", que designa al sello de plomo que las autentifica.
Desde la que anunciara el primer Jubileo en 1300, iniciado por Bonifacio VIII, hasta la que firmó Juan Pablo II en 2000, todos estos preciosos manuscritos, algunos todavía decorados con los cuños pontificales, están celosamente conservados en los archivos secretos del Vaticano.
Sólo son accesibles a través de una solicitud debidamente argumentada, "y únicamente por razones de investigación histórica", precisa el "prefecto" de los archivos, monseñor Sergio Pagano.
El Vaticano sólo ha accedido a que salgan de su recinto para ser expuestos en un palacio del siglo XV de su propiedad, cerca del Panteón, en el centro histórico de la ciudad eterna.
El papa Bonifacio VIII (1294-1303) decretó, siguiendo el modelo de los Jubileos hebraicos, el primer "Año Santo" en 1300, otorgando a sus sucesores la misión de celebrar uno cada 100 años.
Este primer Jubileo tuvo un gran éxito: el Papa había prometido indulgencia plenaria a los peregrinos que acudieran a Roma.
Para darles más regularidad, los papas siguientes decidieron organizar dos por siglo, luego tres y finalmente, cuatro, que es el ritmo actual de los Jubileos "ordinarios", que tienen lugar cada 25 años.
A éstos se añadieron algunos Jubileos "extraordinarios", como el que decretó el papa Francisco para este año.
Esta tradición queda manifiesta a través de los documentos expuestos en Roma hasta el 31 de julio.
"Doce de esos documentos son bulas, seis, grabados antiguos, incluyendo un precioso incunable, y el resto son copias de manuscritos", precisa monseñor Libero Andreatta, vicepresidente de la Oficina del Vaticano para los Peregrinajes.
 

Este contenido no está abierto a comentarios