Los rotarios hicieron su feria de vinos y bocados gourmet
El viernes a la noche los integrantes del Rotary Gualeguaychú Oeste convidaron, por segunda vez, con su Feria de vinos y bocaditos gourmet. Esta vez, fue a beneficio del grupo de voluntarias de Pelucas de Esperanza.
El encuentro fue ameno y permitió el reencuentro con la excusa de la feria de vinos y al mismo tiempo, dar una mano solidaria al grupo que desde hace ya un tiempo confecciona pelucas que entregan a pacientes oncológicas.
Como es de suponer, sirvió también para que Evangelina García Blanco contara acerca de su trabajo y la razón que las impulsa a adquirir una máquina de fabricación coreana, valuada en 8 mil euros, con la que podrán hacer más pelucas porque lo que hacen ha trascendido y tienen pedidos de distintas ciudades del país.
Las mesas preparadas por el Chef Sergio Mosto, que también cocinó lomo y pollo en salsa Strogonoff -platos exquisitos que la gente aceptó gustosa- se complementó con la presencia de varias bodegas, que ofrecieron sus vinos y recomendaciones.
Y mientras se hacían los sorteos los rotarios, con rigurosos delantal y bandana, pasaban bandejas con más preparaciones y pizzas y más tarde, con los bocaditos dulces.
La noche de viernes se prestó para este programa poco usual y la gente coincidió en ponderar el trabajo de estos voluntariados: el de los rotarios, que colaboraron así con Pelucas de esperanza y el de las integrantes de esta ONG, que hasta el momento, se ayudan con máquinas comunes de coser para lograr su cometido.
Como es de suponer, sirvió también para que Evangelina García Blanco contara acerca de su trabajo y la razón que las impulsa a adquirir una máquina de fabricación coreana, valuada en 8 mil euros, con la que podrán hacer más pelucas porque lo que hacen ha trascendido y tienen pedidos de distintas ciudades del país.
Las mesas preparadas por el Chef Sergio Mosto, que también cocinó lomo y pollo en salsa Strogonoff -platos exquisitos que la gente aceptó gustosa- se complementó con la presencia de varias bodegas, que ofrecieron sus vinos y recomendaciones.
Y mientras se hacían los sorteos los rotarios, con rigurosos delantal y bandana, pasaban bandejas con más preparaciones y pizzas y más tarde, con los bocaditos dulces.
La noche de viernes se prestó para este programa poco usual y la gente coincidió en ponderar el trabajo de estos voluntariados: el de los rotarios, que colaboraron así con Pelucas de esperanza y el de las integrantes de esta ONG, que hasta el momento, se ayudan con máquinas comunes de coser para lograr su cometido.
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