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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
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La experiencia de ser periodista a través del diario en la escuela

La experiencia de ser periodista a través del diario en la escuela

Los alumnos de cuarto año “A” del turno mañana del Instituto Luis María Bettendorff, vivieron la experiencia de cómo se trabaja en una redacción periodística y fundamentalmente cómo se transforma un dato en una información y una información en una noticia.



Fueron tres clases –los miércoles 8, 15 y 22 de junio- más una visita a EL ARGENTINO que se concretó el jueves pasado, que permitieron acercarse al umbral de esta profesión.
La experiencia de ser periodista por un día, el vivir el diario en la escuela también facilitó establecer el diálogo como un eje central en toda comunicación.
A continuación se comparten dos artículos, cuyos temas fueron de libre elección de los alumnos, que permiten dimensionar mejor una de las preocupaciones de este grupo escolar integrado por jóvenes entre 15 y 16 años, pero también cómo ellos invitan a reflexionar a los adultos.

El bullying no es una broma ni un juego

Por Ana Paula Butteri (*)

Tal vez algunas personas toleren o acepten el bullying como un comportamiento normal o como parte del crecimiento. Incluso pueden existir padres de familia y educadores que tal vez sientan que frente a esta realidad no hay nada para hacer. Frente a una situación de violencia, el sólo decir “¡basta! ya es un gran paso.
Frente al bullying hay muchas cosas que se pueden hacer para detener esas agresiones. Los adultos, por ejemplo, deben involucrarse con diálogo, pero también aprendiendo estrategias efectivas y afectivas.
Los niños y adolescentes necesitan saber que los adultos están para guiarlos y protegerlos. Por eso se necesita de adultos que puedan reconocer rápidamente el bullying e intervenir con seguridad y coherencia.
Otro ejemplo: se debe aprender a escuchar a los niños; los padres deben estar atentos al comportamiento de sus hijos y especialmente a esos mensajes que no siempre se pueden expresar con palabras. Frente a una situación de violencia no se puede responder con el tradicional “defiéndete dando golpe por golpe”, porque eso no hace más que generar más violencia. El “defiéndete” es saludable; el “golpe a golpe” es nocivo.
Hay que entender que muchas veces cuando un grupo se burla de un niño, la víctima puede sentir que le pasó eso por su culpa e incluso no saber qué hacer para detener esa agresión. A veces se responde con retraimiento y se deja de tener vida social justamente por miedo a las humillaciones. Es evidente que se está frente a un daño psicológico y a un daño no sólo en el presente sino con repercusiones para el futuro, porque se es más propenso a abandonar los estudios o adoptar conductas de “desquite”, utilizando la violencia como descarga hacia otras personas.
El bullying merece más atención. Siempre es oportuno ponerse en movimiento para ayudar a un niño o adolescente. Y es cierto que en los últimos tiempos los padres y educadores han entendido mejor esta problemática, aunque todavía no se la pueda eliminar del todo.
Por eso desde el hogar es importante la motivación en los valores, pero también en la escuela, en el club, en la parroquia, en fin, en todos los demás lugares deben estar más involucrados y crear un ambiente en donde todos puedan ser aceptados tal cual son.
Todos son diferentes, pero tienen los mismos derechos. La diferencia no es desigualdad. Y todos tenemos algo de especial.
Se debe inculcar en la sociedad la cultura del respeto, la de los valores y la de integridad de todos por igual. Se deben dar más oportunidades para conocernos, para que lo desconocido no sea discriminado. La sociedad de la tolerancia es la sociedad de la paz: y un camino para ese horizonte es comprender que el bullying no es una broma ni un juego, sino una forma de violencia.

(*) Ana Paula Buterri es alumna de Cuarto Año “A” del Instituto Luis María Bettendorff.

El bullying: cada vez afecta más nuestras vidas

Por Florencia Caballlero (*)

Cada año se suicidan en el mundo alrededor de 600 mil adolescentes entre los 14 y 28 años de edad, cifra que, por lo menos la mitad, tiene alguna relación con el bullying.
El 78 por ciento de los adolescentes que se suicidan han sido acosados en la vida real como en internet, a través de las redes sociales.
La mayoría de las personas suelen hacer bullying por el solo hecho de tener diferentes opiniones frente a un determinado tema; o porque alguien es de una manera diferente.
Incluso alguien en estos momentos puede estar leyendo estas líneas y pensar que el bullying ya no se manifiesta en las escuelas. No es así. Nunca nada es suficiente. Es más, el bullying va aumentando cada vez más. Cada vez hay más suicidios. ¿Quién o quiénes son capaces de generar tanta violencia física o verbal para hacer que una persona se suicide? Son gente común, como todos, jóvenes, alumnos.
El abogado Javier Miglino, presidente de Bullying sin fronteras de Argentina, sostiene datos elocuentes: “Si consideramos que en las escuelas cada mes tiene un máximo de veinte días de clases, es posible estimar que en Argentina se producen siete casos al día de bullying”, al tiempo que consideró preocupante la situación “porque a la vez que tenemos más casos denunciados, también hay más violencia en los chicos. Hace un tiempo una chica de 16 años fue golpeada en Córdoba por el sólo hecho de ser ´linda´. Lamentablemente esta tendencia crece”, sostuvo el especialista. Y esas declaraciones fueron formuladas en diversos medios de comunicación en septiembre de 2014, con lo cual si esa tendencia crece hoy la situación es mucho más grave.
Frente a esta realidad, cada padre debería concientizar a su hijo de manera que esto no tenga que pasar. Lo mismo en las escuelas, donde deberían existir campañas permanentes dirigidas a todos los cursos tanto primarios como secundarios.
Una manera de concientizar sobre el bullying es la marcha que se realiza en Argentina, Chile y Uruguay todos los 3 de junio y que trasciende como “Ni una menos” y se convoca para eliminar la violencia contra las mujeres.
Gualeguaychú también se manifestó en esa oportunidad. Incluso el 3 de junio pasado, desde la Municipalidad se intervino el almanaque de la Plaza San Martín con la frase “Ni una menos” y pintada de color rosa.
Los estudiantes y adultos se tomaron fotografías en ese lugar, había música, poesía, dramatizaciones. El arte ayuda a tomar conciencia de lo que nos pasa.
Entre los reclamos prevalecieron: “Eliminar la discriminación”, “el derecho de hombres y mujeres a vivir una vida sin violencia”, “el desarrollo de políticas públicas” y “la remoción de patrones socio culturales que promueven la desigualdad de género”, entre otros.
Es imperioso que se tome conciencia sobre la gravedad del bullying, sea en el colegio, en el barrio. Erradicar la cultura de la violencia es lo que nos convertirá en una sociedad mejor.

(*) Florencia Caballero es alumna de Cuarto Año “A” del Instituto Luis María Bettendorff.
 

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