Pese a ser condenado hace dos semanas, volvió a estar vinculado con las drogas
Lo condenaron por regentear una “cocina” de cocaína. Los operativos realizados el jueves en seis localidades están vinculados.
Alfredo Wagner tiene 72 años de edad y nunca estuvo en la cárcel, pese a que hace sólo dos semanas lo condenaron a cuatro años y medio de prisión por regentear una “cocina” de cocaína en la zona de Basavilbaso.
Es que por su edad le otorgaron el beneficio de la prisión domiciliaria.
Lo que Wagner no tuvo en cuenta es que el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, junto a la Delegación de Toxicología de la misma ciudad, seguía sus pasos. El jueves, en un megaoperativo en distintos Departamentos de la provincia, desbarataron la banda que seguía liderando, junto a un interno de la Unidad Penal N° 4 de Concepción del Uruguay.
Antecedentes
El 8 de octubre de 2014 se allanó el campo de Wagner, y una vivienda en Urdinarrain, donde hallaron los materiales y precursores para la fabricación de cocaína. El hombre y su ladero, Rubén Collins, quedaron implicados en la causa y fueron llevados a juicio el 7 de julio pasado y al día siguiente los condenaron, publicó el diario Uno de Paraná.
El Tribunal Oral Federal de Paraná, integrado por Roberto López Arango, Noemí Berros y Lilia Carnero condenó a cuatro años y seis meses a Wagner y a cuatro años a Collins, pero ninguno quedó en una cárcel: el primero por ser mayor de 70 años y el segundo por problemas de salud. El fiscal general José Ignacio Candioti había pedido una pena más dura: seis años y medio, por la gravedad del hecho.
Pero mientras tanto, la Justicia y la Policía siguieron investigando distintas pistas que surgieron de aquella primera causa. Y las mismas derivaron en los múltiples allanamientos que comenzaron en horas de la madrugada del jueves.
Si bien no se halló una gran cantidad de estupefacientes, sí se encontraron pruebas importantes que probarían la actividad de comercialización de estupefacientes, como balanzas con restos de cocaína, muchos recortes de nylon para el armado de las dosis, teléfonos celulares, una prensa para armar los paquetes de la droga, armas de fuego, municiones y una importante suma de dinero en efectivo.
Asimismo, se requisó un auto Toyota Corolla en el que iba una pareja de nacionalidad paraguaya, donde se secuestró dinero y celulares, ya que el vehículo y estas personas estaban en la mira de los investigadores.
Wagner, que gozaba de la prisión domiciliaria “seguía moviendo los hilos de la distribución de la cocaína”. Ahora sí quedó detenido, se le borró la sonrisa del rostro y habrá que ver si la Justicia lo manda de nuevo a la casa o lo deja tras las rejas.
EN FOCO
Desde la cárcel. Una de las líneas de la investigación llevó directo a la Unidad Penal N° 4 de Concepción del Uruguay, específicamente a un interno de apellido Coronel que está preso por distintos delitos, entre ellos el narcotráfico. Al parecer, el encierro no le evitaba manejar el negocio de la droga a través de un celular, pero también venderla dentro de la propia unidad penal. En la requisa le encontraron marihuana compactada (unos 200 gramos) y un celular con el que operaba con la red narco.
Es que por su edad le otorgaron el beneficio de la prisión domiciliaria.
Lo que Wagner no tuvo en cuenta es que el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, junto a la Delegación de Toxicología de la misma ciudad, seguía sus pasos. El jueves, en un megaoperativo en distintos Departamentos de la provincia, desbarataron la banda que seguía liderando, junto a un interno de la Unidad Penal N° 4 de Concepción del Uruguay.
Antecedentes
El 8 de octubre de 2014 se allanó el campo de Wagner, y una vivienda en Urdinarrain, donde hallaron los materiales y precursores para la fabricación de cocaína. El hombre y su ladero, Rubén Collins, quedaron implicados en la causa y fueron llevados a juicio el 7 de julio pasado y al día siguiente los condenaron, publicó el diario Uno de Paraná.
El Tribunal Oral Federal de Paraná, integrado por Roberto López Arango, Noemí Berros y Lilia Carnero condenó a cuatro años y seis meses a Wagner y a cuatro años a Collins, pero ninguno quedó en una cárcel: el primero por ser mayor de 70 años y el segundo por problemas de salud. El fiscal general José Ignacio Candioti había pedido una pena más dura: seis años y medio, por la gravedad del hecho.
Pero mientras tanto, la Justicia y la Policía siguieron investigando distintas pistas que surgieron de aquella primera causa. Y las mismas derivaron en los múltiples allanamientos que comenzaron en horas de la madrugada del jueves.
Si bien no se halló una gran cantidad de estupefacientes, sí se encontraron pruebas importantes que probarían la actividad de comercialización de estupefacientes, como balanzas con restos de cocaína, muchos recortes de nylon para el armado de las dosis, teléfonos celulares, una prensa para armar los paquetes de la droga, armas de fuego, municiones y una importante suma de dinero en efectivo.
Asimismo, se requisó un auto Toyota Corolla en el que iba una pareja de nacionalidad paraguaya, donde se secuestró dinero y celulares, ya que el vehículo y estas personas estaban en la mira de los investigadores.
Wagner, que gozaba de la prisión domiciliaria “seguía moviendo los hilos de la distribución de la cocaína”. Ahora sí quedó detenido, se le borró la sonrisa del rostro y habrá que ver si la Justicia lo manda de nuevo a la casa o lo deja tras las rejas.
EN FOCO
Desde la cárcel. Una de las líneas de la investigación llevó directo a la Unidad Penal N° 4 de Concepción del Uruguay, específicamente a un interno de apellido Coronel que está preso por distintos delitos, entre ellos el narcotráfico. Al parecer, el encierro no le evitaba manejar el negocio de la droga a través de un celular, pero también venderla dentro de la propia unidad penal. En la requisa le encontraron marihuana compactada (unos 200 gramos) y un celular con el que operaba con la red narco.
FOTO
Rubén Collins y Alberto Wagner fueron condenados el 7 de julio por tener una “cocina” de cocaína en la zona.Este contenido no está abierto a comentarios