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Columnista Invitado

¿Puede una espiritualidad ser inútil?

 ¿Puede una espiritualidad ser inútil?

 (*) Por Monseñor Jorge Eduardo Lozano 




La respuesta es categórica: no. La espiritualidad siempre es un bien y hace bien. Claro que puede haber desviaciones o burdas caricaturas. Me acuerdo que una vez alguien me dijo: Fulano tiene “cara de estampita”, como mostrando una especie de impostación exterior de un rebuscado corazón.
Jesús nos advirtió fuertemente en el Evangelio acerca de los que rezan para ser vistos por los hombres pero están lejos del querer de Dios (Mt 6, 5-8). Y Francisco es claro cuando nos dice que “no sirven ni las propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los discursos y praxis sociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón” (EG 262). No debe haber compartimientos estancos. La vida no es así.
El amor a Dios y a los hermanos sigue siendo la clave de discernimiento de una auténtica vida cristiana.
Podemos cuestionarnos acerca del tiempo que dedicamos a estar delante de Jesús en el Sagrario, o meditando su Palabra, y alentarnos a profundizar en la relación de intimidad con Él. Pero debemos reconocer también que “a veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás” (EG 270).
Es importante caer en la cuenta de que “cuando un evangelizador sale de la oración, el corazón se le ha vuelto más generoso, se ha liberado de la conciencia aislada y está deseoso de hacer el bien y de compartir la vida con los demás” (EG 282).
Nos recordaba Francisco que “una auténtica fe —que nunca es cómoda e individualista— siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo” (EG 183).
A la “cara de estampita” hay que agregarle las “manos a la obra”, sin lo cual corremos el riesgo de suponer que todo está bien, y vivir en una nube de falsas ilusiones.
Este ser discípulos misioneros de Jesucristo se alimenta de la Eucaristía y se expresa en la celebración. “En la Eucaristía ya está realizada la plenitud, y es el centro vital del universo, el foco desbordante de amor y de vida inagotable. Unido al Hijo encarnado, presente en la Eucaristía, todo el cosmos da gracias a Dios. En efecto, la Eucaristía es de por sí un acto de amor cósmico: «¡Sí, cósmico! Porque también cuando se celebra sobre el pequeño altar de una iglesia en el campo, la Eucaristía se celebra, en cierto sentido, sobre el altar del mundo» (San Juan Pablo II). La Eucaristía une el cielo y la tierra, abraza y penetra todo lo creado. El mundo que salió de las manos de Dios vuelve a él en feliz y plena adoración.” (LS 236)
Continúa Francisco: “La Eucaristía reclama la integración en un único cuerpo eclesial. Quien se acerca al Cuerpo y a la Sangre de Cristo no puede al mismo tiempo ofender este mismo Cuerpo provocando escandalosas divisiones y discriminaciones entre sus miembros” (AL 186).
San Pablo reprochaba a los cristianos de Corinto porque mientras los ricos comían en abundancia manjares excelentes, los pobres se quedaban mirando sin tener qué comer, y esto en el ágape que acompañaba la celebración de la Eucaristía: “uno pasa hambre, el otro está borracho. ¿No tienen casas donde comer y beber? ¿O tienen en tan poco a la Iglesia de Dios que humillan a los pobres?” (I Cor 11, 21- 22). Realmente una vergüenza.

Benedicto XVI enseñó que “la ‘mística’ del Sacramento tiene un carácter social” (Deus Caritas est, 14).
La verdadera espiritualidad cristiana no escinde la vida. Nos enfrenta al Evangelio y nos compromete con el Plan de Dios que busca el bien y la felicidad de cada uno de nuestros hermanos.
Durante esta semana que comienza y hasta el domingo 31 de julio los jóvenes procedentes de todo el mundo se darán cita en Cracovia, Polonia, en la Jornada Mundial de la Juventud de la que participará (y muy activamente) el papa Francisco. Muchas diócesis polacas serán sede de catequesis en varios idiomas, actividades artístico-culturales, ferias vocacionales y habrá encuentros de oración y evangelización. Rezamos junto a ellos por lo que vivirán y los frutos que irán llegando de esta experiencia tan rica para la vida.
El viernes que viene, 29 de Julio, a las 15.30 hs se realizará un panel con el fin de concientizar y visibilizar el flagelo de la trata y tráfico de personas. Van a exponer expertas en trata laboral, niñez y trata infantil, y en violencia contra niños y adolescentes. El evento se desarrollará en el auditorio Hugo del Carril, Avda. de Mayo 930, de la Ciudad de Buenos Aires. Lo organiza el equipo “No a la Trata” de la Comisión Nacional Justicia y Paz. Si podés participá, e invitá a algunos amigos.

(*) Lozano es obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social

 

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