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Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
Columnista Invitado

La realidad siempre supera los discursos

La realidad siempre supera los discursos

 Por Enrique Benvenaste (*)


El Gobierno de Macri transita su octavo mes de gestión y atraviesa varios conflictos que debe resolver. Una de las principales promesas de campaña electoral fue que bajarían la inflación pero en el 2016 será mayor a la del 2015. Los riesgos de un discurso para generar expectativa que podría terminar siendo adverso.
Hace casi cuatro meses el Gobierno de Mauricio Macri lograba que el Congreso Nacional le aprobara el endeudamiento para acordar con los fondos buitre. Esto fue también gracias a que varios gobernadores del PJ les pidieran a sus legisladores que apoyen la iniciativa bajo el convencimiento de que traería grandes beneficios para todos los ciudadanos argentinos.
Es cierto que era importante darle un cierre a un conflicto que le ponía a la Argentina el rótulo de “país en default”. Pero se eligió un discurso que se traducía en “Acuerdo con los holdouts o imposible salir de la crisis”. Para eso, tanto ministros del gobierno nacional como legisladores del Frente Cambiemos, explicaban en cada entrevista que con el “acuerdo” se podría bajar la inflación y generar fuentes de empleo.
Julio trajo consigo aumentos en algunos productos de la canasta básica que superan el 20 por ciento. Esto implica un nuevo golpe al bolsillo sumado a los que viene soportando la gente desde febrero cuando llegaron los primeros tarifazos.
A todo esto se suma que la generación de mayor empleo no aparece. La reactivación de la obra pública a nivel nacional es casi todavía una promesa que los gobernadores le reclamarán a Frigerio cuando vuelvan a verse las caras en la provincia de Chubut, más allá de que el tema central de ese encuentro será el reparto de dinero a las provincias.
Entonces aparecen naturales preguntas: ¿Era necesario plantear que el acuerdo con los fondos buitre traería algo que hasta el momento no aparece el menor indicio? ¿Hasta donde arriesgar con un discurso que queda abatido por la realidad y que por ende genera más desconfianza en la gente? ¿Por qué no reconocer que ha fallado hasta aquí una política de acuerdo con los formadores de precios en Argentina y que este es uno de los temas urgentes a resolver para detener la inflación?
Para calmar los ánimos y llevar un mensaje esperanzador el Gobierno Nacional comenzó a plantear a fines de mayo que en el segundo semestre se verán los resultados positivos y que los cambios favorables comenzarán a notarse sustancialmente. Pero ya han admitido que la inflación del 2016 será superior al 40 por ciento y que se ha vuelto difícil ponerle un freno. ¿Es necesario arriesgar nuevamente con un discurso “extremo” y que la credibilidad se pueda deteriorar aún más? Ojalá que no, pero el mes de julio no trajo buenas noticias en ese sentido
Los “tarifazos” siguen siendo un gran dolor de cabeza para el Gobierno Nacional. La judicialización de los mismos manifestaría que la frase utilizada por el primer mandatario y algunos ministros “Nos equivocamos” podría transformarse en un lema que la gente se cansaría de escuchar. Porque nadie pone en duda que las tarifas estaban atrasadas y que debían actualizarse pero el problema fue como eligió la administración de Macri para hacerlo.
El presidente ha dado entrevistas personales con importantes periodistas de medios nacionales para mostrar un perfil de diálogo y apertura que no tuvo Cristina Kirchner. Pero más allá de eso, su gestión deberá dar claras señales de cuales son los planes que tiene para solucionar conflictos medulares y demostrar que hay mucho más que “buenas intenciones”.

(*) Enrique Benvenaste es periodista de Radio 360 e Infoner.
 

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