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Sociales

Mujeres que hacen cosas....

Enseña a patinar con el respaldo de ser campeona

 Enseña a patinar con el respaldo de ser campeona

Magalí Galle vino a vivir a Gualeguaychú hace cinco años. Dejó La Plata para formar aquí su familia junto a su esposo gualeguaychense.


“Al decidir formar la familia, quisimos hacerlo aquí”, contó para agregar que en la familia ahora son cuatro, tras la llegada de Juan Francisco y Candelaria.
Magui, como le dicen, es entrenadora de patín, disciplina que practica desde los cinco años, que la llevó a integrar el seleccionado argentino en dos ocasiones.
Cuando vino a Gualeguaychú, empezó a enseñar en el Club Defensores, pasó a Sudamérica, luego la familia se instaló en Mercedes (ROU) y ella debió hacer un paréntesis.
De vuelta en Gualeguaychú desde octubre del año pasado, ahora las clases son en Independiente, tres veces por semana.
En la charla explicó que para hacer patín artístico se necesitan los patines clásicos, los de siempre, los de cuatro ruedas. Y nada de protecciones, porque hay que aprender a patinar... y a caer.
“Tengo grupos de nenas, desde los tres años y adultos, varones y mujeres por igual, sin límite de edad. Y la gente grande me ha sorprendido”.
¿Cómo es la primera clase? ¿Asistís a la persona que se sube por primera vez a los patines?
“Para las nenas, somos tres profesoras y cuatro ayudantes. A la nena chiquita, la primera clase la llevamos de la mano. También acompañamos a los adultos que de a poco, van caminando arriba de los patines. No es fácil y si van pensando que no se van a caer, mejor es que no vayan”, advirtió.

¿Qué pasa con la caídas?, preguntamos y la profesora dijo “hay ciertas edades que no está bueno que se caigan. No es lo mismo una nena que un adulto. Hay que saber que se puede caer y esperar la caída. Por eso tengo que enseñarles a caer. Además, dentro de la pista, hay que estar concentrados en lo que están haciendo. De igual modo, no mezclo las edades”.


Hablando de caídas, ¿patinan con casco, protector bucal, rodilleras, coderas...?, preguntamos y Magalí dijo “les pido que no se pongan nada, porque las chiquitas se van a golpear. No sirven estas protecciones, porque se aprende a caer y además, cuando compitan, no van a llevar toda esa coraza. Por eso me interesa quitarles el miedo y enseñarles de la manera más natural posible”.
Aún así, como dijo, “las peores caídas son los días de humedad, porque brota agua del piso y la pista se pone como jabonosa. Por eso cuando hay humedad no se patina”.

¿Cuáles son los beneficios del patín artístico?
“Es muy amplio el patín: ayuda a todo el cuerpo... y la cabeza”, dijo riendo, para agregar “cuando patinás, estás en otro mundo. Y trabaja todo el cuerpo. Me dí cuenta cuando estuve embarazada y tuve que dejar por un tiempo. Cuando volví a subirme a los patines me dolía todo. Trabajás piernas, cola, panza y brazos, porque inevitablemente tenés que hacer equilibrio. Por eso hago hacer una preparación física para fortalecer abdominales, para contrarrestar el peso”.
Además de esto y dependiendo si se hace patín libre, patín escuela, disciplina show y precisión, está claro que la buena postura es lo que más se nota. “Es increíble la postura que adquieren las chicas. Muchas se agobian en la pubertad y les enseñamos la posición correcta, bien femenina”.
También se puede educar la motricidad, cuando es un tanto torpe, porque como dijo Magui “nada es imposible”.
Y algo ha de saber de esto, porque así como se subió a los patines a los cinco años, desde los 15 enseña a patinar.
“Competí en libre hasta los 17. Y a los 15 empecé a enseñar para solventar los gastos, porque seguí hasta integrar el seleccionado argentino. Participamos de los mundiales de Italia (2005) y de Australia (2007). En Italia quedamos cuartos entre veinte países y en Australia salimos campeones entre 17.”
“Y las competencias son muy costosas, porque los patines profesionales y los trajes son muy caros. Y todo sale del bolsillo propio.”
“Igual, siempre digo que más allá de lo que puede tener como premio un torneo, el premio está en el viaje con amigas, la experiencia, llegar a un estadio que conocés en ese momento y es grandioso... Porque lo viví, priorizo el esfuerzo y las vivencias del torneo, más que los premios”.
Y en cuanto a los errores, la tiene clara “de ellos se aprende”.

Silvina Esnaola


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