Secciones
Diario El Argentino
Secciones
Diario El Argentinojueves 25 de abril de 2024
Opinión

Una semana difícil que reduce el margen de error del Gobierno

Una semana difícil que reduce  el margen de error del Gobierno

  Por José Calero (*)




El Gobierno atravesó una semana difícil, obligado a dar marcha atrás con iniciativas clave como el viscoso acuerdo por el Correo Argentino y el fallido intento de aplicar una "corrección" al cálculo de la siempre sensible movilidad jubilatoria.
Hay quienes arriesgan que lo peor tal vez ni siquiera hayan sido estos traspiés, sino una indisimulable falta de coordinación en las políticas públicas, ausencia de pericia en miembros del Gabinete y hasta un aflorar de internas palaciegas, siempre potenciadas cuando se profundizan los problemas.
En una Argentina acostumbrada a un presidencialismo a veces sobredimensionado, Mauricio Macri corre el riesgo de que esos errores terminen complicando su liderazgo y minando la alianza Cambiemos que lo catapultó al poder.
Un ejemplo: la voz de alarma sobre el cambio que el golpeado jefe de la ANSeS, Emilio Basavilbaso, intentaba hacer para ajustar la "matemática" en el cálculo de los ajustes en jubilaciones, pensiones y la asignación por hijo no la dio la oposición, sino que recibió el “fuego amigo” de Elisa Carrió. Los gritos e insultos de "Lilita" por ese tema en la Cámara de Diputados, al final de la trabajosa aprobación de la ley de ART, sorprendieron a propios y extraños.
En el núcleo duro del macrismo se encendieron las alarmas, se dio marcha atrás a la velocidad del rayo con la medida y hubo llamados de Macri y Basavilbaso a "Lilita" para calmar las aguas.
Enseguida se diseñó una estrategia de contención de daños: recordaron que fue este gobierno el que impulsó la reparación histórica de la deuda con los jubilados que el kirchnerismo se negaba a cancelar, y que se utilizó la plata de un blanqueo de capitales que todo indica llegará a los 140.000 millones de dólares, según cree el jefe de la AFIP, Alberto Abad.
Este episodio sirvió también para desnudar celos e intrigas en la alianza de gobierno: la otra pata política de Cambiemos, el radicalismo, no se quedó atrás en los cuestionamientos, y un grupo de referentes, encabezados por Mario Negri, cuestionaron lo que calificaron de política de "ensayo y error". Aludían a la recurrente estrategia oficial de admitir equivocaciones y rectificarlas, una práctica sana en cualquier
actividad, pero riesgosa si se la empieza a utilizar a repetición en la impiadosa arena de la política.
El radicalismo desempeñó un rol decisivo en la provincia de Buenos Aires, porque su despliegue territorial potenció el “huracán Vidal” y permitió lograr el triunfo menos pensando en el distrito más grande del país, que terminó empujando a Macri a la presidencia.
Por eso el jefe de Estado no puede darse el lujo de hacer crecer la zozobra en su alianza con el partido de Alem, y tal vez eso explique que no haya hecho lugar a quienes le recomendaban eyectar del gobierno a Oscar Aguad, el ministro de Comunicaciones cuestionado por el manejo que se hizo en el caso del Correo Argentino.
Que por ahora continúe en el cargo no borra cierta impericia de Aguad, cuyas declaraciones sobre el conflicto no habrían caído demasiado bien en la Jefatura de Gabinete. "Yo se lo informé a Marcos Peña", dijo el ministro cuando le consultaron por el “affaire” Correo. La respuesta del poderoso jefe de Gabinete pareció un latigazo y sugiere que el tema no quedó ahí: "Sí, él me lo contó al pasar", dijo Peña.

Milani disparó más cruces

La detención del ex jefe del Ejército durante el kirchnerismo César Milani reavivó los cruces entre Cambiemos y sectores que impulsan la candidatura a senadora de Cristina Kirchner en las próximas elecciones, aunque con matices.
Como casi siempre, Carrió lideró la embestida del oficialismo y subió la apuesta, al sostener que Milani -acusado por secuestro y torturas de tres personas durante la última dictadura- fue "partícipe necesario en la muerte de (Alberto) Nisman".
Por el lado de la ahora oposición, el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno, socio de Milani en un emprendimiento gastronómico, sugirió que todo se trata de una persecución y un tiro por elevación a la ex presidenta, aunque no usó el énfasis acostumbrado. "Supongamos que Milani está bien detenido, ¿y Magnetto cómo está libre?, lo ha acusado el Estado argentino", disparó Moreno.
Pero no fue la única lectura proveniente de los ultra K: el diputado por el Frente para la Victoria y nieto recuperado Juan Cabandié dijo en cambio haber recibido "con alegría" la detención de Milani y negó que sea un hombre cercano a Cristina. Incluso, afirmó que el arresto se produjo "gracias a la política de derechos humanos que impulsaron Néstor y Cristina Kirchner".
Quedó claro que la detención generó incomodidad en el kirchnerismo, y también que en Cambiemos lo observan como la posibilidad de correr de la agenda temas que complican.
Es que la política argentina es puro vértigo. ¿O a esta altura alguien se acuerda del caso que incomodó al jefe de la AFI, Gustavo Arribas?

(*)Jefe de la Sección Economía de NA
 

Este contenido no está abierto a comentarios