Un nuevo desafío

Es que la ciudad de Gualeguaychú se asocia de manera natural con los carnavales, su cultura está intrínsecamente ligada a este festejo y en el país y el mundo lo saben… Y son sobre todo los jóvenes, los que no dudan en rumbear para estos pagos en este receso. Al menos esto es lo que se viene registrando desde que se impuso este feriado carnestolendo.
Si bien el primer año fue una locura, con una ciudad que se vio desbordada por la cantidad de visitantes, año a año el número ha ido bajando adaptándose un poco más a las posibilidades reales que tiene la ciudad para dar respuesta a esta gran demanda, que sin duda redunda en beneficios económicos para prestadores y comerciantes que no la vienen pasando nada bien.
Ya el año pasado, este receso se vivió de manera más “normal”, aunque siempre con un desborde de visitantes…
Y esta fecha en particular será importante para observar si realmente surtieron efecto las campañas que desde el municipio, a través de diferentes áreas, se vienen desarrollando para evitar excesos y descontroles que no suman sino que restan.
Hay que reconocer que el Ejecutivo ha iniciado, sobre todo desde la llegada de la actual gestión aunque ya el ex intendente comenzó a dar lo primeros pasos en este sentido, una campaña para atraer a un tipo de turismo más bien familiar que pueda disfrutar de los diferentes atractivos naturales que ofrece la ciudad y, en los feriados y vacaciones –al menos en enero- esto se pudo observar.
Tanto en Gualeguaychú como en Pueblo General Belgrano, ciudad vecina con la que se comparten actividades, se registró una mayor presencia de familias y grupos de familias que alquilaban complejos completos para compartir un receso de varios días. Y esto es a lo que se apunta.
Si bien a diferencia de enero, el mes de febrero históricamente se ha caracterizado por atraer a un público más joven a la ciudad, se ha trabajado mucho para comenzar a revertir esto y, sin dejar de lado esta franja etaria que sin duda es bienvenida, que al menos coexistan con las familias de manera armónica, sin desmanes y sin que éstos últimos se sientan afectados por los accionares de los primeros.
Como se mencionó el feriado de Carnaval atrae a los jóvenes y es mucho el debate que se ha dado sobre las cosas que han ocurrido en nuestras playas, costanera, en el Corsódromo, boliches y diferentes espacios públicos.
Ya el año pasado, se incrementaron los controles de inspectores municipales, agentes de Tránsito, Policía, y también personal de Salud y Hospital, en los principales epicentros, como costanera y playas públicas de la ciudad, además de hacerse campañas concientizando sobre la prohibición de consumir alcohol en los espacios públicos, manejar alcoholizados y demás… Por eso, habrá que observar este año qué ocurre. Si estas campañas han dado resultado o no y si finalmente se logra una diversión sana, en el marco de la cual puedan convivir los jóvenes que vienen de festejo, con las familias y los vecinos de la ciudad, a quienes tampoco les agrada observar los comportamientos inadecuados que se han visto en otras oportunidades.