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Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
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La marcha más multitudinaria acompañó a las Madres en el 41 aniversario del golpe

 La marcha  más multitudinaria  acompañó a las Madres en  el 41 aniversario del golpe

La Plaza de Mayo es presencia, ronda, pañuelos, Pirámide, conciencia y memoria, una sumatoria de factores emocionales que congregaron hoy a una multitud sin precedentes, para recordar que fueron 30 mil los desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar y que los reclamos por "memoria, verdad y justicia" seguirán vigentes aún cuando ya no quede con vida ninguna de las Madres que dieron vida a ese espacio.


La masiva presencia en la marcha por el 41 aniversario del  golpe de Estado convocó a la mayoría del arco político opositor, con preeminencia de las agrupaciones kirchneristas, y de los organismos de Derechos Humanos, pero también una inédita presencia de gente que fue por las suyas y buscó refugio en la inmensa bandera azul con la imagen de los desaparecidos que, como es tradicional, recorre la Avenida de Mayo desde 9 de Julio hasta la Plaza donde se instaló el palco.   
Hombres y mujeres con sus criaturas en brazos o en cochecitos, otros a caballito para que los chicos pudieran ver la marcha desde arriba y coloridos espectáculos callejeros se reprodujeron a lo largo de la caravana, así como la presencia de personas de edad  avanzada acompañados por sus familiares que expresaban con carteles su adhesión a la marcha.
"Aquí está la pesada herencia-Agarrate Macri", consignaba un cartel en manos de Eve Jiménez, una octogenaria que se desplazaba en una silla de ruedas que empujaban sus dos nietas adolescentes. Desde hora temprana se pudo medir el calor de la convocatoria a pesar de las gotas amenazantes que cayeron después del mediodía. Tal el caso de una formación de la línea A del subte que al llegar a Plaza Miserere se colmó de militantes, en su mayoría chicos y chicas que entonaban lo que se convirtió en los últimos tiempos en un "grito de guerra K": "A volver, a volver, vamos a volver!". Un nene de no más de 6 años gritó desde un rincón del vagón donde lo había protegido su padre "Viva Perón", pero la sonrisa que provocó se convirtió en ahogada emoción cuando una mujer expresó a los gritos: "Treinta mil compañeros desaparecidos presentes" y en tres ocasiones la totalidad de los que allí estaban respondieron "presente","ahora y siempre".
El mismo ritual que se repetiría cuando culminó su discurso, Estela de Carlotto, la emblemática dirigente de las Abuelas de Plaza de Mayo.  Carteles con los rostros de los desaparecidos llevados por sus familiares y amigos tuvieron una fuerte presencia como es habitual, pero convivieron con los que expresaban su oposición al Gobierno. "Macri gato", "Yo no lo voté", acompañaban cánticos como "Macri basura, vos sos la dictadura". Decenas de siluetas de colores diseminadas en las calles adyacentes de la Plaza de Mayo, varias de ellas en la puerta del tradicional y centenario Café Tortoni, y en los edificios públicos fueron colocadas desde hora temprana por las Madres de Plaza de Mayo que responden a Hebe de Bonafini. Las imágenes fueron colocadas recordando la histórica forma de representar "la presencia de la ausencia" de los miles de detenidos desaparecidos durante la última dictadura militar en los años 80, cuando comenzaron a visibilizarse los reclamos de las Madres y los organismos.
Otro de los reproches al gobierno fue el reclamo por la  libertad de la dirigente jujeña de la agrupación Tupac Amaru Milagro Sala, con cientos de carteles con su rostro. Una dirigente de esa agrupación rememoró desde el palco sus días en cautiverio en la provincia gobernada por Gerardo Morales,  tras lo cual se difundió un mensaje Sala desde la cárcel.  
Desde algún lugar del histórico paseo suena la voz de la mexicana Amparo Ochoa: "¿Quién tiene la voz después de todo?", interpela. "Abril en Managua", asocia el cronista. La voz de el expresidente Néstor Kirchner suena nítida pidiendo "perdón en nombre del Estado argentino" por los crímenes de la dictadura y son miles los que responden con aplausos. 
Los rostros de los desaparecidos eternamente jóvenes, eternamente vivos desde su dar la vida, se reflejan desde la bandera ya entrada en la Plaza, precedida por el grupo de madres, varias de ellas en sillas de ruedas.
Cientos y cientos de carteles desafían al Gobierno: "Fueron 30.000". Quién tiene la voz, me pregunto.

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