Una zona ubicada en medio de la opulencia y la indiferencia

Se trata de un barrio que es vecino de una de las zonas más opulentas y pujantes en materia turística, que posee los principales balnearios de la ciudad (casi todos ubicados al Este), que tiene continuidad con la Costanera Norte y de ahí al Parque Unzué con una más amplia oferta en materia de alojamientos y esparcimientos.
El barrio San Francisco también es vecino del centro histórico de la ciudad; donde se referencia la plaza principal “General San Martín” que suele ser centro de los actos institucionales más importantes para conmemorar las fechas más sensibles vinculadas con la construcción de la Patria. Además, está rodeada por los edificios públicos más emblemáticos que hacen a la organización en sociedad como el Palacio de Tribunales, la Jefatura Departamental de Policía, la Catedral, el consulado de la República Oriental del Uruguay, el Colegio de Abogados, sanatorios privados e instituciones educativas con fértil arraigo en la comunidad.
Pero si se relaciona la zona de desarrollo turístico y la zona de referencia histórica, se puede concluir que el barrio San Francisco está en medio de la opulencia ajena y la indiferencia.
El Centro de Atención Primaria de la Salud (Caps); la Escuela privada San Francisco de Asís; el Instituto Lidia Carmen Leissa y la propia parroquia San Francisco de Asís, acaso sean (aunque no los únicos) los faros que mejor iluminan la necesidad de caridad y simultáneamente iluminan el horizonte hacia donde se debe encaminar la promoción humana integral.
La Comisión Vecinal del Barrio San Francisco nuclea a cincuenta manzanas y tiene una población estimada en poco más de cuatro mil personas, lo que da una dimensión de las múltiples necesidades que tienen los vecinos. Esas necesidades son crónicas y abarcan desde el acceso a mejoras y servicios como cordón cuneta y pavimento, hasta solucionar los problemas de contaminación urbana con los basurales a cielo abierto, pasando por el gran déficit de Gualeguaychú en materia de viviendas y su otra cara: erradicar los asentamientos.
En diálogo con EL ARGENTINO, un grupo de vecinas lo describieron de manera directa. Susana Ocampo, Patricia Ledesma y Noemí Gutiérrez, coincidieron en que las mujeres padecen mucha violencia en general, además de la discriminación de género. Al momento de exponer un ejemplo, Ocampo marca que el “bullying por la pobreza” es uno de los principales. Y de inmediato Gutiérrez propone (y reclama) la necesidad de implementar trabajos de integración con otros barrios que permitan una mejor inclusión social.

“El otro problema grave y serio que tenemos está relacionado con el consumo de drogas y también el de la inseguridad”, enfatizó Patricia Ledesma. Y las tres mujeres se dirigieron a la imagen del Cura Gaucho Luis Jeannot Sueyro para hacer una oración y recrear la esperanza. Ellas saben que para que algunas cosas cambien… se requerirá de un milagro.

Por Nahuel Maciel

Nota completa: Edición papel.