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Diario El Argentinomiércoles 24 de abril de 2024
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No esperar la pregunta

No esperar la pregunta

Desde hace unos años y por disposición de ministerio del Interior  los empleados de la oficina de identificaciones del  Registro Civil no pueden preguntar a quienes realizan el trámite  para obtener el DNI sobre su voluntad de donar órganos.


Esto hizo que en la página del INCUCAI  se explique que cada uno debe hacer expresa su voluntad al momento del trámite, para que ésta sea incluida en el documento.
El hecho de que no pueda preguntarse hace que mucha gente, que quizá ha decidido ser donante, no lo exprese considerando que no es el lugar o el momento de hacerlo.
Y esto supone una considerable pérdida de potenciales donantes registrados.
De acuerdo a lo que pudimos saber, la medida dispuesta por la anterior gestión en el ministerio del Interior obedeció a la idea de no hacer sentirse presionadas a las personas al momento de hacer la gestión por la renovación de su documento de identidad.
Entonces se presenta la situación de que la persona no sabe si puede expresarse y el empleado estatal no puede preguntarle.
Esto podría resolverse con la colocación de cartelería en estas oficinas, en las que se informara, como hace el INCUCAI en su página web,  “No esperes que te pregunten,   decí #SoyDonante”, así como “cada vez que renueves tu Documento Nacional de Identidad en todas las oficinas del Registro Civil,   es importante que vos manifiestes tu deseo de decir #SoyDonante, porque no te lo van a preguntar. De este modo, tu decisión será incluida dentro del Registro Nacional de Expresiones de Voluntad para la Donación”.
Con esta medida se podrá llevar claridad a los ciudadanos acerca de por qué no se les pregunta y al mismo tiempo, se estará realizando una campaña constante a favor de la donación.
 En nuestro país asistimos a este tipo de contradicciones: por un lado, se realizan campañas a favor de la donación, para permitir  con esta decisión altruista una mejor calidad de vida a otras personas o simplemente, posibilitarles que sigan viviendo.
Por el otro, al impedir formular una pregunta que no tendría por qué molestar a nadie, se niega a mucha gente la posibilidad de expresarse en este sentido.
La solución, insistimos, podría llegar colocando leyendas en espacios estratégicos como las propias oficinas donde se realizan estos trámites, para informar debidamente a los ciudadanos poniéndolos en condiciones de decidir libremente.


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