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Diario El Argentinojueves 18 de abril de 2024
Policiales

Imputaron al ex marido de Villarruel por homicidio triplemente calificado

Imputaron al ex marido de Villarruel  por homicidio triplemente calificado

    El fiscal Martín Gil, quien lleva adelante la Investigación Penal Preparatoria por la muerte violenta de Susana Villarruel, ayer imputó al ex marido de la víctima, Ramón de la Cruz Ortiz, bajo la figura de homicidio triplemente calificado.


La declaración indagatoria se realizó aproximadamente a las 13:30 en presencia del defensor oficial, Martín Clappier, y luego de presentarle las pruebas y la imputación, el principal sospechoso de este femicidio se resguardó en su derecho de no declarar.

Entre las pruebas objetivas que presentó el fiscal Gil se encuentra el celular de Susana Villarruel, que fue encontrado ayer.

Ortiz residía en una precaria vivienda del asentamiento de calle Ayacucho y Tropas, que pertenece a un hermano de Susana. Fue este hermano quien encontró el celular escondido en el baño de la vivienda y lo entregó a la policía, antes de ordenarse el allanamiento donde también se secuestraron diversos elementos de interés para la causa.

En el celular de Ortiz había un mensaje fechada a media mañana del lunes emitido por el de su ex mujer, en la que le avisaba que se iba a demorar y que pasara por los chicos. Por eso tanto el Ministerio Público Fiscal como los investigadores esperan con expectativas la autopsia que se realizará hoy al cuerpo de la víctima, dado que la hora de la muerte será clave: la hipótesis que sostienen es que ese mensaje fue auto enviado por el propio Ortiz, dado que Villarruel ya estaba fallecida y en consecuencia el celular lo tenía él.

El cuerpo de la víctima fue encontrado el miércoles a las 11:10 en inmediaciones del puente sobre el Arroyo El Cura e Irazusta, en la margen derecha en dirección al Sur. Estaba cubierto de ramas y bolsas y presentaba heridas de arma blanca, además de rasgaduras en la vestimenta y en el cuerpo producto de una maniobra de arrastre. Al momento del hallazgo, Susana Villarruel llevaba casi 48 horas de desaparecida.

Ortiz, a quien hoy seguramente se le dictará la prisión preventiva, tenía un hijo de corta edad con la víctima y estaban separados, iniciando el trámite de divorcio.

Las heridas de arma blanca, una en la zona del cuello del lado derecho y otras dos en el pecho, da cuenta que la agresión se hizo de frente y también se abona la teoría que pudo haberla cometido un zurdo, característica que coincide con el principal sospechoso.

Testigos

En la Investigación Penal Preparatoria el fiscal ya tiene incorporado al menos seis testigos que escucharon gritos desgarradores de auxilio y que provenían de una voz femenina en la misma zona donde fue hallado el cuerpo sin vida de Susana Villarruel.

Hay testigos que escucharon esos gritos porque vivían en domicilios vecinos al lugar y otros que estaban más lejos, por ejemplo, en calle Tropas e Irazusta.

Otro testigo aseveró ante el fiscal que cuando pasó por inmediaciones del Arroyo El Cura observó gran cantidad de sangre.

También hay una testigo que asegura que llamó al número de emergencia dando cuenta de los gritos que había escuchado. Al respecto, el subjefe de la Departamental de Policía, comisario inspector, Cristian Alejandro Hormaechea, explicó a EL ARGENTINO: “En la Sala de Tráfico del Comando Radioeléctrico no tenemos registro de esa llamada. Pero de ningún modo desmerecemos ni ponemos en tela de juicio el testimonio dado. Todo lo contrario. Por eso me he comunicado con la superioridad y le he transmitido al fiscal Martín Gil que ordene un pedido a la empresa de telefonía para que nos brinde el listado de llamados efectuados al Comando y así despejar toda duda. Y si hay algo que se tiene que corregir, lo haremos sin dilación alguna”.

Imputación y pruebas

El fiscal imputó a Ortiz el delito de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y femicidio. El Artículo 80° del Código Penal expresa que “se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el Artículo 52°, al que matare (…) a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia”; mientras que el inciso segundo agrega: “Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso”.

Como se indicó, el hallazgo del celular de Susana ha sido determinante, además del informe preliminar forense para que el fiscal Martín Gil reuniera pruebas objetivas para realizar la imputación al principal sospechoso.

Ayer por la tarde, el Ministerio Público Fiscal dispuso de otras medidas probatorias: determinar el tiempo que demanda realizar el trayecto a pie desde la casa de la víctima hasta las inmediaciones del Arroyo El Cura; la planimetría del lugar del hallazgo y una prueba de luminol para encontrar posibles manchas de sangre invisibles, teniendo en cuenta al testigo que aseveró haber observado sangre en la zona.

El luminol es un producto químico utilizado por Criminalística en la escena del crimen. Se trata de una luz que brilla intensamente y se presenta de color azulada cuando entra en contacto con sangre. Incluso reacciona con rastros de sangre que pueden tener varios años adheridos a cualquier superficie. Es considerado un producto químico extremadamente sensible, porque puede detectar sangre en una porción por millón. Es decir, una gota de sangre en 999.999 gotas de agua, por ejemplo.

La coartada de Ortiz se derrumbó porque no pudo probar que se tomó un remis aproximadamente a las 7 del lunes (cuando supuestamente había despedido a su ex mujer en la parada de colectivo), además de otros detalles de su declaración inicial que también fueron contradictorios e inconsistentes.

Seguramente hoy el fiscal solicitará la prisión preventiva para Ortiz, teniendo en cuenta además que intentó desviar la investigación al ofrecer pistas falsas y que no pudieron corroborarse en la realidad.

Por eso y por otras pruebas objetivas, Ortiz está imputado bajo la figura de homicidio triplemente calificado por este grave crimen que se inscribe en la historia local como el primer femicidio registrado este año en Gualeguaychú. 


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