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Diario El Argentinomartes 23 de abril de 2024
Opinión

Un mundo malhumorado

Un mundo malhumorado

Por Plauto Cardoso (*)  


 

 

Detengan los relojes, apaguen los teléfonos

Arrojen huesos a los perros para que no ladren

Silencien los pianos, y con tambores en sordina

Saquen el ataúd, dejen paso al cortejo

 

Ya no se necesitan las estrellas

Apáguenlas todas

Empaqueten la luna y desmantelen el sol

Vacíen el océano y barran los bosques

Porque de ahora en adelante ya nada servirá

W.H. Auden, Funeral Blues.

 

“Marcella, ¿él ya vio un negro alguna vez?”, le preguntó de forma jocosa un amigo de mi esposa que vino a visitarla para conocer a nuestro Joaquim en el esplendor de sus siete meses. El comentario fue impulsado por la mirada fija del pequeño infante, reacción normal en esta edad al primer contacto con un desconocido blanco, negro, amarillo, rojo, de cualquier sexo, género, creencia o ausencia pos moderna de algunas de estas marcas. La reacción de Joaquim que le sigue es siempre una gran sonrisa.

El comentario no se me pasó desapercibido. La conciencia de este amigo de su propia epidermis, un personaje que camina con él y que es notado por la seguridad del supermercado cuando él sale de casa de manera un poco más casual un domingo nublado y somnoliento para comprar pan, es insondable para otros seres humanos que caminan por el mundo sin una piel que dice, grita y es forzada a involucrarse en dialécticas indeseadas sin avisos previos.

Les recuerdo a los lectores que, dos de cada tres latinoamericanos elegirán un presidente en 2018. Exactamente eso, UN y no UNA presidente. Esto porque a excepción de Margarita Zavala, en México, y Marta Lucía Ramírez, en Colombia, ninguna otra candidata parece que se presentará como alternativa a un malhumorado y envejecido patriarcado.

“¿Votarías nuevamente a una mujer?” Sylvia Colombo expresa su espanto con la pregunta corriente en una reciente columna del diario Folha de São Paulo. A pesar de los desastrosos gobiernos liderados por hombres, esa jamás sería una indagación hecha: “¿Te animarías a votar a un hombre después del gobierno de Maduro, Chaves, Lula, Temer, Macri, Ortega, Trump, Putin, etcétera?”. Sin embargo, el cuestionamiento se volvió habitual delante de los tropiezos de los recientes gobiernos liderados por mujeres presidentes en América Latina, y en particular en Brasil y Argentina.

Al igual que el negro, la mujer también lleva consigo estigmas “invisibles”, y lo que buscamos, en palabras de Michel Focault, es “(...) no hacer ver lo invisible, sino  hacer ver hasta qué punto es invisible la invisibilidad del visible”.

“¿Votarías a una mujer negra?”, seguramente será la pregunta siguiente en este contexto tan “ilustrado”.

Tal vez por eso el mundo ande tan malhumorado. Apunto para la espantosa reducida presencia de mujeres en el escenario político y jurídico como parte de la razón de la acritud que percibo actualmente en el mundo. Imagínate ¿cuál sería el final, hoy en día, de la divertida banda Village People y sus vestimentas conscientemente estereotipadas? “Indio no es un disfraz”. ¿Mecánico se puede?  ¿Enfermera está prohibido o es sexista? Imagínate si se sugiriese en el Carnaval de Gualeguaychú, en medio al intolerante y generalmente ignorante y fútil activismo cibernético, que disfrazarse de indio es apropiación cultural, que indio no es disfraz. Sí, ese fue el debate que permeó al carnaval brasileño, impulsado por el disfraz de una actriz carioca.

Le faltaron clases a quien demanda que una fiesta popular con una tradición que data de milenios, fundada en la subversión jocosa de papeles, siga los parámetros de un museo etnográfico. Le faltó, también, humor. ¿Que un hombre se disfrace de mujer en el carnaval ahora es sexista? ¿Es porque nos vemos terriblemente desarreglados que sería un escarnio, una humillación a propósito que le imponemos a la mujer durante los días de fiesta?

El nivel de superficialidad es tan alarmante que no se ultrapasa el nivel de la epidermis. ¿Cómo se salva una generación que se convenció de que el límite de un texto es 140 caracteres?

¡Ah, Darcy Ribeiro! No te hicieron caso cuando vaticinaste en los años ’80 que nos faltarían recursos para construir presidios si no construyésemos escuelas. Tristemente te cuento que Brasil es hoy un lugar muy peligroso para quien defiende que la dignidad es algo ontológico, intrínseco al simple hecho de ser humano. Somos el cuarto país más peligroso del mundo según un estudio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Tres de cada cuatro asesinatos de militantes del área de los Derechos Humanos en el mundo están concentrados entre Brasil y Colombia. En 2016 hubo un asesinato cada cinco días, de acuerdo con el Comité Brasileño de Derechos Humanos.

Que aprendamos a dialogar con el otro de una manera más femenina y a hacer preguntas más leves, justas, menos sexistas, racistas, xenofóbicas y misóginas. Espero poder enseñarle a mi pequeño Joaquim a continuar sonriendo segundos después de un primer encuentro, sea cual fuera la piel o forma de su interlocutor. Espero que aún nos sobren trazos de dignidad y humanidad que él pueda reconocer.

Feliz 8 de marzo. Feliz 8 de todos los meses. Feliz todos los meses. Todos los años y todos los días. Todos los días son días de las mujeres.

Gracias Marcella, María, Marina, Lola, Marisa, Mónica, Rose, Solange, Vera, Verónica, Azul, Ángela, Ju, Carol, Eleonora, Grazi, Babi, Bete, Carmelita, Claudia, Flor, y tantas otras, por el buen humor, fortaleza y levedad. Gracias Marielle.

 

(*) Plauto Cardoso es escritor, docente, investigador y abogado en las áreas de Derecho Constitucional, Derecho Procesal Civil, Derechos Humanos, Derecho & Política y Derecho & Literatura/Cine. Ama Gualeguaychú.

 

 

 

 


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