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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Colaboraciones

El Oeste también existe

El Oeste también existe

Por Jorge Pedro Jurado (*)

(Colaboración)

No hace mucho realizamos un reportaje a la escritora Milagros Casanova a propósito de su primer libro sobre “Jano del Oeste”, pero como la actividad de nuestra apreciada escritora es incesante y a raíz de su nuevo lanzamiento, tuve la chance de entrevistarla nuevamente lo que desde ya le agradezco.

Dice Milagros que el 28 de junio pasado la Biblioteca Francisco López Jordán celebró con alegría la presentación del segundo libro de Jano del Oeste, junto con la presencia de autoridades de instituciones educativas y culturales de Gualeguaychú, docentes, alumnos, vecinos y amigos de la Biblioteca.

Recordemos que la biblioteca surgió por iniciativa de don Alejandro Denegri, que tuvo la inquietud de dotar al barrio del oeste de Gualeguaychú con una institución cultural que homenajeara al gran maestro de la zona, nos referimos a Francisco Hernández López Jordán.

Explica Milagros que esta fue una oportunidad significativa ya que los congregó en el salón que se inauguró el año pasado como “Jano del Oeste” en honor al seudónimo de su fundador don Alejandro Denegri por lo que en agradecimiento la biblioteca quiso perpetuar su nombre.

Preguntamos acerca del nuevo libro y nos relató Milagros Casanova que también se dio a conocer el legado de Jano en la segunda entrega de su libro denominado “Jano del Oeste. El cieguito y otros personajes suburbanos de Gualeguaychú a principios del XX “.

Con el primer libro que escribió ella junto con Silvia Razzetto, titulado “Recuerdos de Jano del Oeste. La casa ciega y otras vivencias suburbanas de Gualeguaychú de fines del XIX “, El Censor recuerda a sus lectores que conocimos algunos relatos fundacionales y personajes pero nos quedamos con ganas de más y por eso en este nuevo libro hay muchos más relatos.

Hemos accedido detenidamente al texto y les aseguramos que volvemos a disfrutar de su forma particular de escribir y dar cuenta del pasado. Su estilo nos atrapa y nos conmueve. Nos pinta un suceso, el personaje y su marco, de manera clara y precisa.

Esto lo confirma la profesora Leticia Mascheroni cuando en el resumen de la contratapa expresa: “Jano percibe la situación y el personaje con facilidad, capta sus rasgos y el ambiente que lo rodea y los muestra sin rodeos. Esto es lo que distingue a Jano de otros investigadores, entre los que me incluyo: sabemos investigar, pero no todos podemos escribir la historia de esa manera tan sencilla y atractiva a la vez.

Según el comentario crítico que realiza Milagros Casanova como epílogo de la obra, explica que estos relatos al igual que los del primer libro, oscilan entre la historia y la literatura y mantienen la visualidad como procedimiento por excelencia. Nos dice que cuesta definir si son cuentos, anécdotas o cuadros costumbristas, traen imágenes del pasado, los personajes, las tradiciones, el paisaje de monte y de la costa, el barrio del oeste, el gaucho, el pícaro y como siempre el infaltable comisario.

Más adelante en la crítica nuestra entrevistada nos explicó el contexto cultural y social en el que Jano se nutrió. Nos dijo que era la Argentina de entre 1880 y 1910 donde se llevaron a cabo procesos de política liberal como la creación de escuelas, campañas de alfabetización y la profusión de títulos y contenidos así como diarios y revistas caso el semanario Caras y Caretas fundado en 1898. Agrega Milagros que Jano no quiso abstraerse de esta influencia de época. No fue un escritor de academia, pero como lector ávido de producciones locales y patrióticas, fue un autodidacta movido por la curiosidad, el saber y el nativismo que impregnó su tiempo.

Continúa nuestra entrevistada describiendo a Jano como un memorioso que se hizo camino a través de lecturas y experiencias y una participación activa en la comunidad cultural de su ciudad; y por sobre todo un observador que penetró la realidad y supo sumarla al cúmulo de recuerdos que desde su infancia venía atesorando para las generaciones venideras.

De ahí que incursionó en escritos en forma de apuntes para registrar todo lo que investigaba o recordaba, como así también en el periodismo con notas del pasado local.

En una aproximación al paisaje como texto, por su parte, afirma Milagros que su par en la construcción de este libro la profesora Silvia Razzetto, en la introducción nos habla del “viajero que vuelve al camino”. Con el segundo libro de Jano, se da la oportunidad de iniciar un nuevo viaje y vuelve a la sencilla escritura de don Alejandro Denegri.

Se advierte claramente que el territorio observable desde el suburbio Oeste de la ciudad de Gualeguaychú se presenta como un rompecabezas diverso y complejo. Los personajes muestran el silencio de Mangacha, las picardías de Jacinto, Medianoche o Romualdo; la guapeza de Eusebio Olmedo; la tristeza de Rudecinda o la valentía de Paulino Fontanarrosa.

Se aprecian los lugares donde ocurren los hechos sea la zona del Cementerio Viejo, la costa brava del Gualeyán, las poblaciones dispersas como Parera, Perdices, Ceibas, Holt, Ibicuy, Dos Hermanas, etc. Con estos materiales, con los que aquí vivieron en el umbral del siglo XX, afirmó la entrevistada que se construye un paisaje inédito, rico en experiencias y aspiraciones.

Gracias Milagros y a Silvia por traernos nuevamente a Jano para deleitarnos con su obra que recomendamos fuertemente su lectura.

(*) El autor de este artículo es abogado, periodista, escritor de varios libros: “Poesías desde el alma”, “Don Pedro”, “Mi río, mis poesías, mis recuerdos”. También conductor del programa de radio “Tres por Semana “en la FM 91.3 de la Ciudad de Buenos Aires, columnista en LT 41 y director de El Censor Online, periódico que se publica todos los domingos en el grupo de Facebook denominado “ El Censor Online”.

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