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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
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¿Cómo será la política exterior del presidente electo Alberto Fernández?

¿Cómo será la política exterior del   presidente electo Alberto Fernández?

Es una pregunta que intenta responder el ingeniero y licenciado en ciencias políticas Diego Labbozzetta, quien trabaja en la Cancillería Argentina desde el 2003 en el área de negociaciones comerciales internacionales.


POR DIEGO ELGART

(EL ARGENTINO)

 

El ingeniero y politólogo Diego Labbozzetta, fue funcionario de la Municipalidad desde el 2016 al 2018 en el área de Producción y Empleo, además de haber gestado el polémico Buro Productivo. Hoy se desempeña en el área económica en Cancillería.

A rasgos generales intentó describir cuál será la política exterior del gobierno de Alberto Fernández a partir del 10 de diciembre.

El principal problema que deberá enfrentar el nuevo gobierno es la situación económica del país. El presidente Mauricio Macri heredó un país quebrado que no logró levantar, y tras el crédito que tomó ante el Fondo Monetario Internacional de 57 mil millones de dólares lo dejó peor parado que antes y con perores indicadores económicos y sociales que en 2015.

Es en este contexto sumado a la convulsión que se vive en América Latina en Chile, Bolivia, Ecuador, Venezuela y las constantes intromisiones del presidente de Brasil Jair Bolsonaro que amenaza con irse del Mercosur, todo indica que los próximos cuatro años la política exterior de Alberto Fernández deberá tener una gran cintura política.

“Los estándares de políticas públicas en nuestro ámbito no son muy modificables. Está la  asistencia consular hacia el exterior, el relacionamiento con la diversidad de culto y lo que puede llegar a ser más pragmático es el tema de las negociaciones comerciales que es en el área en que yo me desenvuelvo”.

 

-Vemos que Alberto está dando ciertas señales de política exterior. Anunció que Argentina podría salir del Grupo de Lima, se acercó mucho al Grupo de Puebla y al Foro de San Pablo ¿Cómo cree que ese giro a al izquierda de Argentina, puede llegar a interpretarse en el comercio internacional?

-Es un acercamiento claramente. Me parece que va a tener una agenda a la comunidad internacional, mucho más en lo bilateral que multilateral. Será una relación de país a país y de ir vinculándose con todas las economías de fronteras que es la matriz por la cual predomina la producción argentina.

 

-¿Ese giro a la izquierda no generará preocupación en los inversores externos, en cuanto a que la propiedad privada pueda estar en peligro y se cambien las reglas de juego?

-Para nada. Los inversores van a llegar con flujos de capital externo cuando la macroeconomía se acomode, que hace tiempo que la economía tiene desajustado. Cuando eso ocurra los inversores comenzarán a ver al país como una plaza para la inversión.

 

- ¿Cuál es la ventaja comparativa que tiene el país para poder consolidar su comercio exterior?

- Es todo lo relacionado al valor agregado a los productos agroindustriales. La cadena más desarrollada es la vinculada a la agroindustria de la soja. La Argentina es el tercer productor de granos en el mundo y es el segundo productor y exportador de harina y aceite del mundo. Es en ese punto va peleando su puesto con Brasil en estos términos,

 

-¿Cómo cree que será la relación del nuevo Gobierno con el campo, a sabiendas que las agroexportaciones representan el 60 por ciento de los dólares que ingresan al país? ¿Habrá aumento de retenciones?

 -No creo que vaya por ahí el nuevo ejercicio de las políticas públicas del gobierno entrante, será un gobierno de consenso mucho más de lo que todos creen.

 Será de trazabilidad en término de dirigencia, que creo que es lo que se prevé, en el cual va a buscar los consensos que sí necesita, porque de esta situación muy difícil en la que estamos, solo no sale nadie, se necesita de la colaboración de todos. 

En cuanto a la necesidad de dólares que tiene la economía, es mucho más eficiente para el corto plazo negociar tanto con los acreedores privados como con los organismos multilaterales de crédito, básicamente con el FMI, y lograr un buen acuerdo para el peso que significa un vencimiento a corto plazo en dólares, antes que salir a realizar un ajuste para reducir el déficit fiscal o salir a aumentar impuestos a los sectores que generan dólares. Me parece que la estrategia del gobierno entrante va en ese sendero.

 

-¿Cree que la industria del conocimiento como la creación de software o el Invap es competitiva para generar riqueza en el país?

 -En término de recursos humanos y conocimiento somos totalmente competitivos. Lo que le falta al país es poder articular mucho más con el INTI, el INTA, con el CONICET, universidades y el sector privado. Son en las universidades donde se genera conocimiento, que en conjunto con los organismos estatales de articulación y el capital privado genera un círculo virtuoso para la investigación y el desarrollo.

Esto también implica mucha inversión a largo plazo, y para que una empresa pueda pensar en una inversión a largo plazo, lo que necesita es una economía estable. Entonces nos queda mucho por recorrer para lograr ese camino virtuoso, los recursos están y la articulación con los organismos estatales tecnológicos vinculados tanto para la industria como para el campo también está.   

 

-¿Cómo cree que afectará la relación bilateral entre Brasil y Argentina, la relación tirante que se vive entre Fernández y Bolsonaro?

-Los discursos políticos son muy laterales a la conversación que tengan ambos países. La relación es muy buena para ambas naciones, mucho más lo es para Argentina, por ser su socio estratégico y el primer destino de sus exportaciones. El flujo y el intercambio comercial que hay entre ambos países son muy profundos y va más allá de las declaraciones de uno u otro presidente. Lo que sí está claro es que el liderazgo de Bolsonaro no colabora con un gobierno entrante en una etapa de construcción de legitimidad, como lo necesita cualquier mandatario entrante, para poder sacar al país de esta especie de pantano económico que va a poder superar.

 

-¿Cómo ve el futuro del MERCOSUR?

- Lo que no funciona en el MERCOSUR es más el ámbito político, que el técnico, legal, burocrático, económico y comercial, porque el MERCOSUR no deja de ser una unión de aduanas imperfectas. No se deben confundir los ámbitos, la dinámica en términos técnicos administrativos es muy buena, hay mucho conocimiento y años de interacción. Ahora, desde lo político si está costando y hay cuestiones de vinculamiento político que podrían profundizar la relación entre los países y es lo que está generando la debilidad.

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