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Diario El Argentinomartes 16 de abril de 2024
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Una temporada con campings casi vacíos y poca gente en la playa

Una temporada con campings casi  vacíos y poca gente en la playa

Mientras la ciudad vive un fin de semana largo con ocupación plena y campings que poco a poco se van llenando, detrás de esta pantalla está la cruda verdad: la temporada para los prestadores de camping está “siendo desastrosa”, y esto repercutió negativamente en la toma de personal. Enero y la primer quincena de febrero “fue para el olvido”.


POR DIEGO ELGART

(EL ARGENTINO)

 

La actividad balnearia dentro de la industria turística, es la de mayor riesgo en la actividad. El clima, el comportamiento del río y una adecuada estrategia de marketing son esenciales para la sustentabilidad del negocio.

A su vez los balnearios campings son los mayores empleadores de mano de obra estacional en la industria sin chimenea.

El exceso de regulaciones por parte de la Municipalidad que termina encareciendo los costos, errores en la promoción turística, y la crisis económica comenzaron a pasarle factura a los prestadores desde el inicio de la temporada.

Cuando el telón del verano cierre durante el fin de semana del 29 de febrero (el último del carnaval) los prestadores deberán estar agradecidos si “terminan empatados”.

EL ARGENTINO habló con Maxi Miño, uno de los encargados de BKN, concesionarios de la playa del Tiro Federal; con Hugo Oscar Baus de Ñandubaysal y Nicolás Calabrese de Solar del Este para preguntarle sobre varios aspectos de la temporada.

Maxi Miño es uno de los encargados de la playa BKN, y es su primer año en la actividad.

Contó que: “Tenemos una capacidad de acampe para 700 carpas, pero en enero y lo que va de febrero apenas tuvimos seis carpas y hoy (por el sábado) apenas llenamos la mitad de la superficie destinada a camping.

Creo que en conjunto Gualeguaychú, hace rato que dejó de venderse y esto es una crítica tanto al Estado como a los privados. Nos hemos encargado de vender nuestros atractivos turísticos desde nuestra ciudad y no afuera. La gente dejó de venir los días entre semana y por el factor económico, su estadía se concentra solo el fin de semana, más que nada el sábado y domingo”.

Remarcó que: “Cuando inauguramos la playa en enero, la concurrencia de público fue muy buena, pero luego comenzó a decaer y no tuvimos gran concurrencia de público ni siquiera en los fines de semana de inicio de febrero. El clima nos ayudó, no llovió ningún fin de semana, tenemos playa porque no tuvimos un repunte del río, pero la temporada esta siendo floja”.

Y agregó: “Como crítica constructiva puedo decir que no veo una coordinación entre Provincia y la Municipalidad, es insólito que en la Fiesta de la Artesanía en Colón, se promocionaran todos los destinos turísticos de la provincia y Gualeguaychú no haya estado. 

Allí se entregaba una bolsa con folletos de los principales destinos turísticos de la provincia, y no había ninguno de nuestra ciudad, ni del Carnaval de Gualeguaychú, creo que eso fue una falla importante en la promoción”.

“Es complicado mantenernos, la playa es un rubro que tiene un costo todos los días en seguridad, guardavidas y personal que se necesita de lunes a lunes. Tuvimos que ajustar en mano de obra los días entresemana y reforzamos un poco los fines de semana”, indicó.  

 “Este es el primer año en que estamos en la playa con el parador BKN, invertimos mucho para dejar las instalaciones en condiciones, poder hacer algo distinto y agradable para el turista y el público local. Tratamos de hacer que esto funcione más como un salón de eventos que como playa, es por eso que pusimos mucho énfasis en la promoción de este espacio, pero fueron costos que arriesgamos para poder atraer a un público que no consume como esperábamos, como tampoco el público local nos acompañó”.

Alertó sobre “el resultado de la publicidad negativa que nos provocó los anuncios de la contaminación del río y tampoco el Municipio pudo contrarrestar comunicacionalmente las exageraciones, esto termina perjudicando a varios rubros que dependen de lo mismo”.

Maxi, aseguró que el emprendimiento “puede llegar a emplear a más de 30 personas, hoy estamos en menos de la mitad de la gente que necesitamos para mantener todo esto, porque no podemos hacer frente al costo fijo”.

También las regulaciones y exigencias del Municipio van aumentando año a año, lo que encarece el costo fijo del mantenimiento de las playas.

“Durante el fin de semana largo de Carnaval, nos piden que contemos con ambulancia, enfermeros, el doble de seguridad privada y el doble de guardavidas. También nos perjudicó mucho la franja horaria en el cual podemos tener abierta la playa, no se puede prolongar ningún tipo de espectáculo más de las 20, cuando aún está anocheciendo y en muchos casos nos pasó que la gente comenzaba a ingresar a las 18, y tuvimos que cerrar la playa a las 20, cuando años anteriores el permiso era hasta las 00.

 

Ñandubaysal:

“Tendremos que rever

el esquema de negocios”

 

Este verano, el encargado de Ñandubaysal, Hugo Oscar Baus, se convirtió en una leyenda vivienda en el balneario. Cumple 43 temporadas frente a la administración de la playa TOP de Gualeguaychú.

 Explicó a EL ARGENTINO que: “La temporada viene siendo floja, este año lo nuestro terminó siendo turismo de playa más que de acampe”.

Las instalaciones de acampe son una de las más grandes de la provincia. Se dispone de una superficie de 35 hectáreas, con instalación eléctrica y 15 cuerpos de baños con duchas.

“Este año cometimos el error de haber preparado todo. La temporada fue mala este año y tenemos que hacer frente a los costos de personal. Es por eso que comenzamos a pensar en achicar la superficie de acampe y cerrar algunos cuerpos de baños para reducir gastos y solo ampliar el servicio durante el fin de semana largo del Carnaval”, dijo.

El camping tiene capacidad para 1200 carpas y “el máximo que llegamos a tener durante el mes de enero y la primer quincena de febrero fueron 326 carpas, mientras la media fue de 200 carpas los fines de semana. Los días entresemana teníamos 60 unidades de acampe” (en promedio).

“Tuvimos casi el 70 por ciento de la superficie de acampe ociosa durante todo enero y parte de febrero”, remarcó.

Esta merma de público afectó a las contrataciones de personal en los últimos años.

“Para el funcionamiento del camping se contrataban entre 60 a cien personas en los años buenos. Aparte hay 13 concesionarios que a su vez cada uno tiene su personal pero no sé cuanto tiene cada uno en los bares, supermercados, paradores, heladerías, y actividades recreativas de equitación. En temporadas anteriores eran más de 200 personas que trabajaban entre el camping, y en los prestadores de servicios que están en la playa.

En esta temporada solo estamos trabajando con 30 personas para el mantenimiento del camping y la playa”, reveló.

Al consultarle a qué atribuye semejante merma de público, Baus manifestó: “Esto se da por distintos factores, ya la gente no sale a acampar. Antes teníamos a personas acampando durante un mes, ahora es de fin de semana. También la cantidad de complejos de bungalows que tenemos sobre el camino a Ñandubaysal ayuda a cambiar las preferencia a la hora de acampar, prefieren más los hoteles o bungalows”, indicó.

“Esta fue una temporada atípica, todos los fines de semana nos acompañó el tiempo, no tuvimos un solo fin de semana con lluvia y no hubo inundaciones como las últimas cuatro temporadas, pero vamos a tener que rever todo el esquema de negocio, porque tenemos un costo de mantenimiento importante que no lo podemos cubrir por la poca gente que está llegando”.

   

Solar del Este: “Es una

temporada para el olvido”

 

Nicolás Calabrese, está a cargo de la playa más popular de los jóvenes hace 7 años y recordó: “El primer año que estuve como gerente (temporada 2013-2014) Solar del Este generaba de forma directa e indirecta 280 puestos de trabajos.

Éramos el mayor empleador de la temporada y teníamos un promedio de 700 a 800 carpas todos los fines de semana. Disponemos de 13 hectáreas destinadas para el acampe, pero este verano, los días entresemana hemos llegado a tener entre tres a cuatro carpas, los fines de semana entre 80 a cien carpas, es una temporada para el olvido.

El promedio de estadía es un día y medio, la mayoría se van a Colón, por aquí pasan, llegan el sábado a la tarde, aprovechan que hay bandas en vivo en el balneario, se quedan una noche y el domingo a la tarde ya se van. Nos hemos tomado el trabajo de ver cómo está la actividad turística en Colón. Le está yendo muy bien, mientras aquí no hay nadie.

Durante esta temporada solo tomamos a 80 personas y esto se debió también a que nos redujeron la superficie de la playa. Hoy por hoy el principal problema que vemos para el desarrollo de nuestra actividad es el Municipio. El Estado Municipal se convirtió en nuestro enemigo.

Sufrimos una persecución todos los fines de semana. Nos controlan permanentemente el sonido y la capacidad de público durante 12 horas diarias, llega un momento en que nos acosan tanto que tenemos que restringir servicios por miedo, como también acosan al turista. Una cosa es la presencia preventiva sobre el consumo de alcohol y los controles, y otra cosa ya es el acoso.

Los otros días salí de la playa di una vuelta para comprar mercadería y me hicieron tres controles de alcoholemia, el primero en calle Rivadavia, luego me hicieron otro control en calle Bolívar y Chacabuco, y cuando regresaba a la playa por Del Valle me hicieron el tercero en Del Valle y 3 de Febrero”.           

Nicolás dijo que: “Dentro de la playa concientizamos a los turistas sobre el conductor designado, les damos folletos y avisamos en el escenario sobre los peligros que acarrea conducir alcoholizado”.

Por otro lado Nicolás se quejó porque: “El Municipio nos redujo la superficie de playa en un 30 por ciento, esto significó 3 mil personas menos. El complejo está preparado para soportar una capacidad de 10 mil personas y poco a poco nos fueron bajando la capacidad a la mitad, hoy solo pueden ingresar 5600 personas entre el camping y la playa y nos ponen un inspector para controlar el ingreso durante toda la jornada”.

En tanto adelantó que: “Haremos un recurso de amparo, porque nos hicieron un acta para reducirnos la capacidad sin ningún tipo de argumento.  Presentamos los papeles para que nos habiliten la playa en agosto, pero recién nos habilitaron el 15 de enero, cuando la temporada se inauguró el 8 de diciembre. El año pasado trabajamos sin habilitación.

Aquí hay otro tema, nos quieren ahogar financieramente, de hecho el Municipio nos hizo una propuesta de alquiler de la playa. Vamos a presentar un recurso de amparo y luego una demanda por daños ante el Juzgado Civil y Comercial, porque el Municipio no puede fundamental o motivar en el acta la reducción de la capacidad de gente, cuando un arquitecto nos hizo un estudio y constató que en las instalaciones podríamos tener más de 10 mil personas.

Nuestra playa fue habilitada hace 20 años con el doble de la capacidad, que tenemos ahora  con la misma ordenanza con la que ahora nos reducen la capacidad. Con esta disposición nos hicieron perder 10 millones de pesos durante la temporada”, concretó.

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