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Diario El Argentinomiércoles 17 de abril de 2024
Opinión

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Treinta años de la Revista: la verdad, siempre

Treinta años de la Revista: la verdad, siempre

La labor periodística de Daniel Enz a través de sus investigaciones en la Revista Análisis fueron reconocida a nivel nacional e internacional.


 

Por Nahuel Maciel

EL ARGENTINO

 

El 6 de abril de 1990 salía a la calle la Revista Análisis, fundada y dirigida por el periodista y escritor Daniel Enz.

Este año celebró treinta años de vida, pero fundamentalmente hay que celebrar la existencia de una forma de hacer periodismo que ha cambiado la vida de los entrerrianos y de gran parte del país, al defender a la verdad como una condición innegociable para ser libres. “Solo la verdad nos hace libres” enseña La Biblia, marcando claramente el camino del anuncio, pero también de la denuncia.

Porque si algo caracteriza a Análisis es su carácter de denunciar aquellas distorsiones que las personas hacen con el poder: el poder ocasional que tienen cuando llegan a alguna responsabilidad de Estado; el poder institucional cuando están al frente de organizaciones señeras de una comunidad como una Iglesia e incluso una escuela; el poder económico en el sector privado, que a una escala mayor de riqueza nunca se priva de escándalos y corrupción.

Quienes han tenido la oportunidad de trabajar de manera permanente u ocasional al lado de Daniel Enz, habrán aprendido que el esfuerzo en equipo es lo que debe prevalecer justamente para potenciar los talentos individuales; y lo otro: a mayor libertad, mayor responsabilidad.

La Revista Análisis –reflejado también en el portal Análisis Digital- ha marcado un “antes” y un “después” en el periodismo entrerriano: no sólo por la elección de los temas que iluminó y que antes estaban ocultos; sino por la forma de hacerlo.

Las investigaciones periodísticas fueron y son una marca distintiva que tiene Análisis y es la forma que transmite el ejercicio de la profesión. Periodismo e investigación son dos conceptos redundantes en esta experiencia que ha marcado a generaciones de periodistas a lo largo de estos treinta años.

En el caso específico de Gualeguaychú y su zona de influencia, esa concepción periodística permitió romper “un silencio a voces” que existía en la región.

En el caso de Urdinarrain, con los abusos a menores cometidos por Javier Broggi, condenado con sentencia firme y que permitió un camino de sanación para las víctimas.

En el caso de Gualeguaychú, romper con abusos a menores por parte del abogado y referente deportivo, social y cultural de la ciudad como fueron los de Gustavo Rivas, también condenado, aunque en primera instancia, sin condena firme.

Esos solo dos hechos de los últimos años, reflejan como pocas investigaciones periodísticas, la necesidad y oportunidad de la existencia de Análisis. Y que ha tenido no solo “espaldas” para contar y desnudar estas historias, sino “alma” y “corazón” para que la verdad haga libres a esas comunidades.

Lo mismo puede decirse de los sacerdotes de la Iglesia Católica entrerriana que fueron condenados también por abusar de menores o el caso del convento de las Carmelitas Descalzas de Nogoyá, que también permitió conocer otra clase de tormentos.

Son todas investigaciones periodísticas que difícilmente hubieran salido a la luz sin Análisis; más allá de que luego de su publicación, no hubo medios que no hicieran referencia a esas situaciones que ofenden la condición humana.

Ni qué hablar de los casos de corrupción política y empresaria.

¿Solamente en Entre Ríos hay casos de corrupción al nivel que denunció Análisis? ¿No los hay en otras provincias? Por supuesto que sí. La diferencia es que en Entre Ríos existe la revista Análisis bajo la conducción de Daniel Enz para denunciarlas.

La Entre Ríos rodeada de narcos con nombres y apellidos, incluso con sus conexiones políticas como en el último caso y que involucró a Sergio Varisco; una provincia que todavía exhibe los surcos hirientes en sus cuatro costados que deja el narcotráfico y la trata en todas sus expresiones, también pudo ser visualizada gracias a la labor de la Revista Análisis. Antes no se hablaba de drogas ni de trata.

Y todas estas historias, cada una con sus dolores permanentes, con sus daños inimaginables, luego fueron corroboradas en la labor de la Justicia. No fueron solo historias periodísticas. En todo caso, una investigación periodística se convirtió primero en una alarma en la conciencia de los lectores; luego en la actuación de la Justicia, con el resultado de una condena y con la renuncia del funcionario; y más tarde –en muchos casos, no en todos- en un cambio de sistema: con nuevas leyes y disposiciones para evitar que esa historia se repita en la administración pública.

El propio Daniel Enz reflexionaba en una columna de Opinión titulada “Tres décadas de periodismo” del siguiente modo: “Fueron 30 años de muchos sinsabores, pero también de silenciosos reconocimientos, primero en la provincia; luego en el resto del país y también en el exterior. Hubo momentos muy difíciles, pero supimos afrontarlos. Fueron desde la amenaza hasta la intimidación concreta; desde el comunicado hasta la solicitada gentilmente recibida y abonada con creces. Desde la operación absurda y reiterada hasta las denuncias en Tribunales, para luego soportar juicios orales y públicos, en el banquillo de los acusados, donde los abogados acusadores le exigían al juez de turno penas de prisión y limitaciones en el ejercicio profesional. Pese a esos intentos del poder contra este medio nadie pudo comprobar, judicialmente, que se actuó de mala fe o que se publicaron supuestas infamias como muchas veces se intentó instalar en la opinión pública. Existió el apriete, la mala leche de muchos (lamentablemente demasiados), la extorsión, los intentos de soborno, los golpes bajos y la soberbia. Pero también existió el aliento, la comprensión, el afecto, el abrazo generoso, el saludo anónimo, la carta emocionante y la solidaridad. Y los corruptos terminaron presos y los abusadores sentenciados, después de las investigaciones de este medio y el accionar de la justicia, que terminó confirmando lo publicado”.

Bien lo señala el lema de la Revista Análisis: la verdad, siempre.

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