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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
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Las flores no pueden llegar a destino y la actividad está en riesgo

Las flores no pueden llegar a destino  y la actividad está en riesgo

Marta Álvez es la responsable de la Florería Monimar, que como todas en el país, padecen la cuarentena al no haber producción y tampoco estar abierto el Mercado de flores.


En diálogo con EL ARGENTINO, Álvez dijo “una florería del interior del país que no tiene la posibilidad de proveerse como quisiera, recibe flores una o dos veces por semana, según volumen de venta y número de intermediarios que visiten su ruta”.

Ampliando esto, consignó “hay mercados de flores en Barracas, La Plata y Rosario, desde allí se hace el reparto para todo el país. Los días de trabajo del mercado son lunes, miércoles y viernes y atiende primero a los intermediarios que compran al por mayor y luego al público en general”. 

“En mi caso particular recibo flores los días viernes por lo que el Decreto de Necesidad y Urgencia decretado justo un viernes impidió el último viaje a buscar flores. Ese fin de semana que cesaron las actividades estábamos atendiendo dos fiestas de boda, lo que implica hacer los centros de mesa, los ramos de las novias, la ornamentación de la iglesia...Y todo quedó sin efecto, lo que nos significó una pérdida total. Las fiestas se suspendieron y nosotros quedamos con todo hecho y sin más posibilidad que obsequiar las flores a nuestros clientes”, relató.

Pero si se suspendieron fiestas en general, también se agregó la imposibilidad de realizar ceremonias funerarias o velatorios, como sabemos.

“Con el negocio cerrado, las ceremonias funerarias cada vez más cortas y el cese de actividades normales, nuestro ingresos pararon y no hay ingenio que   haga funcionar el negocio, ya que  el mercado de Flores está cerrado y no hay posibilidad de transporte. No hay mercadería fresca porque lo que se consiga -en caso de conseguirse- tiene frío de cámara desde hace días, tantos como de cortado”, explicó Álvez.

“Si bien en un principio seguí trabajando a puertas cerradas para eventos funerarios, los materiales se agotan, las calidades bajan, y es imposible continuar sin poder reponer mercadería”.

“Desde la Cámara Argentina de floricultores, productores, viveristas y floristas estamos tratando de conseguir un permiso para poder trabajar a puertas cerradas y conservar más de 100.000 puestos de trabajo en todo el país”, expresó, aludiendo a un pedido que las entidades que nuclean la actividad están llevando adelante.

En medio de la situación que vivimos a nivel país, cabía preguntarles por sus perspectivas, a lo que Álvez dijo “hoy no tengo ninguna. Creo que tenemos que reinventarnos. Estoy inventando nuevas modalidades que se adapten a la moda impuesta ya no por el coronavirus, sino porque el tiempo de los velatorios venían acotándose y el mayor ingreso de una florería son las ofrendas florales para los sepelios. Los ramos que se pueden vender en el día no suman para cubrir los gastos de un negocio”.

“Antes, por ejemplo, un sepelio demandaba un mínimo de diez coronas, lo que para nosotros era un ingreso de importancia”, agregó, “pero a partir de la cuarentena, los cuerpos no están más de cuatro o cinco horas en la empresa y se deja asistir un máximo de diez personas”.

-Cuando decís reinvertarte, ¿cómo sería?

“Haciendo arreglos funerarios más leves, más chicos. Ya no pensar en una corona sino en una cruz ornamentada, por ejemplo, o cubre ataúdes, elementos que acompañen, pero más livianos y económicos que una corona que lleva sesenta crisantemos”.

-Esto sería reinventarte para cuando pase la cuarentena…

“Sí, porque no tengo manera de conseguir flores frescas ...” dijo al despedirse.

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