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La economía de Don mercado
Desgraciadamente la influencia de Don Mercado, como siempre, es de temer. Cada vez es más vigorosa y truculenta.
Por Luis Alberto Dalcol
(Colaboración)
Pandemia mediante, observó que no había interés por el petróleo. Faltaba consumo y los tanques estaban llenos. Mágicamente convenció al vendedor a entregar gratis el barril al comprador. Lo obligó además a que le pague. Sí, el vendedor le regaló el producto al comprador y aparte le prodigó U$S 37,63 por unidad cuando hace poco tiempo se lo vendía alrededor de U$S 100 cada uno.
Por nuestra casa
Por similar causa detectó a la empresa privada parada, sin ventas y sin rentas. Entonces empujó a empresarios y sindicatos a acordar nuevos salarios. Aunque vio que el gobierno los asistió con recursos, razona que a futuro la empresa y los obreros deberán reponérselos. Más ajustes al sector privado, antes en forma presente, ahora en versión de futuro.
Por nuestra casa mayor
En el orden nacional mira con atención el inicio formal de negociación sobre la parte crítica de la deuda (bonos de privados bajo legislación extranjera). Espera un acuerdo que evite el default. Le preocupa la ausencia de un plan que haga consistente la oferta.
Igualmente lo desvela que no se hable de ajuste en el Estado. Está tentado intervenir. Aunque representa el proceder de la mayoría de los operadores económicos no lo hace porque aumentaría su desprestigio popular. De última piensa que las circunstancias harán suceder lo pertinente.
La reforma natural
Como con el petróleo o con la empresa privada, Don Mercado cree que cuando el abultado financiamiento por emisión produzca sus efectos y las empresas no aporten los impuestos por el receso económico la reforma se presentará de manera natural.
Comenzará la preocupación por los impuestos no ingresados por evasión; y, se atenderá con firmeza que los impuestos ingresados no se escapen por corrupción.
Comentó que empleo seguro no es lo mismo que seguro de desempleo, y concluyó: será inevitable congelar vacantes y recortar en toda la masa salarial pública; de los tres niveles de administración y en los tres poderes de la República. Desde el Presidente hasta el portero que supere el ingreso límite de base. Insinuó que la reducción no podía ser inferior al rango entre 5 y 20 veces el salario mínimo vital y móvil (es de $ 16.875). Hasta 5 sin ajuste.
La remuneración máxima pública no podía superar por 20 el parámetro citado y desde allí adecuar en proporción a trabajo y responsabilidades.
¡Stop¡ le dije. Me saludó y en forma seca me expresó: es mi visión de la economía, si querés podés cambiar libertad por autoridad y emplearse todos en el Estado. Como estamos con el petróleo me agregó: YPF puede ser un buen lugar, aunque presenta fuertes pérdidas, remunera por más de 40 S.M.V.M. a los que la dirigen.
(*)-Salario mínimo vital y móvil: $ 16.875.