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Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
Policiales

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En la jurisdicción se registró la octava condena del año por violencia de género

En la jurisdicción se registró la octava  condena del año por violencia de género

En la jornada de ayer se registraron dos condenas por violencia de género, lo que elevó a ocho en lo que va del año vinculado con ese delito.


En la primera se condenó a Sebastián Beltrán Alcoba (de 39 años, sin antecedentes), a la pena de dos años de prisión de ejecución condicional, por los delitos de lesiones leves agravadas por la relación de pareja y por violencia de género (tres hechos), amenazas simples, lesiones leves y daño.

Alcoba admitió ante el juez de Garantías y Transición N° 1, Tobías Podestá, su responsabilidad en los hechos imputados, y tanto la fiscal Natalia Bartolo como el defensor oficial Pablo Ledesma, hicieron expresa sus renuncias a los plazos de impugnación y, en consecuencia, la sentencia quedó firme.

Para que se tenga por “no pronunciada” la condena, Alcoba no deberá cometer delitos por cuatro años. Si comete un nuevo delito, cumplirá los dos años de prisión de manera efectiva, más el tiempo que se fije por el nuevo hecho delictivo de acuerdo al Artículo 27° del Código Penal.

 

Los hechos

 

El 20 de abril de 2019, aproximadamente a las 8, al momento de encontrarse junto a su pareja en la vía pública sobre calle Irazusta al Sur y a pocas cuadras de su domicilio de calle Rosa Regazzi al 2300, comienza a discutir, y en un momento dado le propina un golpe en el rostro con su mano, tomándola del cuello y arrojándola al piso.

Minutos después, en forma separada, vuelven a su domicilio. Una vez allí, la empuja, y le propina golpes de puño en la nariz, en la zona izquierda, provocándole sangrado. Luego la tiró arriba de la cama, y la pateó en sus piernas, en la espalda, además de propinarle trompadas en la cabeza.

Seguidamente, la víctima volcó el vino que estaba dentro de una jarra, lo que enfureció a Alcoba y le volvió a propinar un golpe de puño en el lado derecho del rostro, lo que le produjo un fuerte dolor, y el desvanecimiento, todas lesiones constatadas por el médico policial, Gini Cambaceres.

Así también, en el momento de las agresiones, tomó el celular de su pareja, un Samsung Chat, y lo tiró contra el suelo, dañándolo. Todo ello en un claro contexto de violencia de género.

La segunda agresión se registró el 11 de noviembre del año pasado, aproximadamente a las 21:20, cuando Alcoba se hizo presente en el domicilio de la nueva pareja de la mujer contra la que cometió el primer hecho (en Soldado Mosto y Clavarino).

Con la intención de lesionar al hombre, le propinó un puntazo con un elemento punzocortante en la zona del tórax, además de producirle un corte en la zona del cuello y espalda.

El tercer hecho se produjo cerca de las 14 del 20 de diciembre de 2019, en el interior de la vivienda que había vuelto a convivir con la mujer de la primera agresión, ubicada en calle Jujuy al 400. Tras mantener una discusión con ella, ejerciendo violencia de género comenzó a golpearla por diversas partes del cuerpo y a propinarle finalmente un golpe de puño en el ojo izquierdo.

El último hecho de agresión fue aproximadamente a las 19 del 29 de abril pasado, cuando tras mantener una discusión con su pareja, reiteró la violencia de género cuando le propinó golpes de puño por todo el cuerpo, manifestándole -con el fin de infundirle temor- “si seguís gritando te voy a matar”. Seguidamente, tomó una cuchilla de cocina y comenzó a golpearla con el mango en diversas partes del cuerpo, y luego a realizarle pequeños cortes en la zona del cuello, en la nuca y en los hombros.

En el forcejeo entre ambos, la mujer logró empujarlo y huir. Alcoba, con el fin de infundirle temor, le llegó a gritar “no vuelvas a pisar acá porque te voy a matar”. Las consecuencias de la golpiza fueron contusiones múltiples en el rostro, en la región nasal, en los pómulos, en las mejillas, en los labios y en la zona frontal; además de excoriaciones múltiples en la nuca, en el cuello y hombro izquierdo; contusiones múltiples en el cuero cabelludo y contusión en el muslo izquierdo.

Además de la pena de dos años de prisión de ejecución condicional, a Alcoba se le impusieron una serie de reglas de conductas por el término de dos años.

 

La octava condena

 

También ayer se registró una nueva condena –la octava del año por violencia de género- contra Juan Manuel Funes (quien venía cumpliendo arresto domiciliario y de 33 años), a la pena de un año de prisión de ejecución condicional, por los delitos de amenazas agravadas por el uso de arma, robo simple en grado de tentativa (dos hechos), amenazas simples y lesiones leves agravadas por la relación de pareja y por violencia de género.

Funes admitió ante el juez de Garantías y Transición N° 2, Ignacio Telenta, su responsabilidad en los hechos imputados, y tanto la fiscal Lucrecia Lizzi como el defensor Juan José Lazzaneo, expresaron su renuncia a los plazos de impugnación y la sentencia quedó firme.

El 24 de febrero del año pasado, aproximadamente a las 13:50, Funes al llegar a la vivienda de calle Borrajo y Camilo Villagra, adonde convive en relación de pareja con la víctima, le preguntó a su mujer por el arroz y el jabón en polvo que había comprado para los chicos, y el hombre le contestó que los había vendido y con ánimo de infundirle temor le expresó “que si decía algo la iba a dejar en la calle”.

Ella lo empujó y él, ejerciendo violencia de género, la tomó del cuello con las manos presionándola fuerte y luego la tiró sobre la cama, haciendo que la víctima se golpeara la cabeza contra la pared, lo que le ocasionó varias lesiones.

El segundo hecho ocurrió alrededor de las 14 del 1º de julio de 2019, cuando Funes junto a hombre aún no identificado, ingresó sin el consentimiento expreso ni presunto de su propietario al predio donde funciona un desarmadero de autopartes en calle Etchevehere al 800, y se apoderó ilegítimamente de una caja de velocidad de Renault, un motor pequeño con bobina, tres arranques con bendix, tres arranques sin bendix, un alternador, un motor de secarropas y una bobina de arranque. Este accionar lo hizo previo ejercer fuerza y realizar un orificio de 70 centímetros de diámetro en el alambrado que da hacia el punto cardinal Este y causando daño sobre una reja que se encuentra en una de las ventanas que da al fondo de la vivienda.

De todos modos, este accionar ilícito no logra consumarlo por causas ajenas a su voluntad, al ser sorprendido por el dueño del lugar que llegó y lo demoró cuando se encontraba en calle Alberdi -a metros de la propiedad-  con el botín mal habido en su poder; mientras la otra persona, desconocida hasta el momento, se dio a la fuga en una motocicleta.

El tercer hecho ocurrió aproximadamente a las 3:30 del 15 de enero pasado, cuando ingresó sin el consentimiento expreso ni presunto del propietario al predio del salón de fiestas denominado “La casita del puerto”, ubicado en calle San Lorenzo y Buenos Aires.

Una vez en el interior del predio, Funes se dirigió hasta el salón y tras ejercer fuerza en las cosas, dañando la reja de la ventana intentó apoderarse de manera ilegítima de los elementos que en el interior se encontraban: vajilla completa, sillas y una mesa. Este accionar no logró consumarlo por circunstancias ajenas a su voluntad, porque se hizo presente en el lugar personal de Prefectura Naval Argentina, quienes procedieron a su aprehensión.

El cuarto y último hecho se registró aproximadamente a las 20 del 8 de abril pasado, cuando llegó al domicilio ubicado en Borrajo y Camilo Villagra (el mismo del primer hecho), en el cual cohabita con su mujer, comenzó a discutir con ella y la agredió físicamente.

Funes cortó la luz de la casa, la denunciante salió al exterior para pedir ayuda a su hermana, pero el agresor -mediando violencia de género- se lo impidió y le propinó un manotazo, pegándole en el pómulo derecho. Seguidamente, ingresó a la casa y la amenazó diciéndole “que la iba a matar”. El hijo de 11 años le pidió entonces a su madre que se vaya porque Funes la iba a matar con un cuchillo. La mujer salió corriendo con sus cuatro hijos menores de edad por calle Camilo Villagra, siendo perseguida por Funes desde atrás, cuando fue auxiliada por terceras personas.

Además de la pena de un año de prisión de ejecución condicional, a Funes

le impusieron reglas de conductas por el término de dos años.

Para que se tenga por 2no pronunciada” la condena, Funes no deberá cometer delitos por cuatro años. En caso de que cometa un nuevo delito, cumplirá el año de prisión de manera efectiva, más el tiempo que se fije por el nuevo hecho, de acuerdo al Artículo 27° del Código Penal.

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