El fastidioso don mercado

 

Es insoportable y molesto. Insufrible por demás. Después de cada monólogo es inevitable la descarga. Se suma a este embarazo, el interés de algún lector, alejado de CEOS y científicos, que  alienta a comentar el resuello. Sin más traslado sus decires en busca del  alivio.
El viejo esta vez comenzó muy fuerte. Dijo sin tapujos: menos la muerte, todo tiene solución. Para remarcarlo, con extrema frialdad  recordó la respuesta de Solón a la pregunta de un desubicado ante el fallecimiento de su hijo: “ ¿para qué lloras así, sí eso de nada sirve? “, y que sabiamente le contestara: “ Por eso sencillamente, porque no sirve ”. Consciente de que llorar le servía de bálsamo, de consuelo. Era lo único que le podía servir.
Advertí que empezaba muy duro. Porque él es así, no disimula ni ficciona. Retornó a lo terrenal a lo que tiene  solución (¿?), a la economía.

 

Deuda externa 

Sobre la deuda señaló con pena: se pintó la novena mancha al tigre y se dispararon los seguros. No obstante, agregó, mi esfuerzo  de poner los bonos entre el 30 y 40% del valor nominal  ayudará para un arreglo algo superior al 50 % con nuevos plazos. Estará bien, siempre es mejor acordar. Esa diferencia debes tomarla como el costo de legalizar la conciliación de la realidad que existía. 

Sobre el regreso de activos 
Con ironía apuntó: comentar sobre imponer al que repatrió capitales resulta útil para espantarlo. Así no se crea confianza al que regresó ni se allana el camino para futuras venidas por eventual nuevo perdón. Tus compatriotas continúan con tenencias en el exterior por alrededor de  400.000 millones de dólares. No es bueno agredir al que se precisa  más cuando se necesita de su capacidad y  de su creación. Por el contrario hay que seducirlo y cautivarlo. 

Actividad financiera, relaciones externas y otras yerbas
Los cambios se van a postergar un poco, prosiguió. Varias administraciones no entienden la situación, quedaron con colocaciones financieras. Con ello podrán maquillar la realidad presente. Es stock, si no se toman las medidas correctivas se consumirán y el flujo se reducirá en forma significativa; porque disminuirá el monto de dicha reserva y también las tasas, culminó. Le desconcierta la quema de campos, el corte de silo bolsa o recorrer caminos de “intervención” en empresas con proceso de concurso judicial. Por otra parte no encuentra razones a la relación económica con el exterior. La pandemia trajo el aislamiento para la salud y se   extiende a la economía internacional. Tu ciudad sigue de fiesta (con pescado y con vino); no es gratuito, hay recursos (tasas) que egresan.

Pronosticado

Agrandado, hizo referencias a algunos matices del proceso natural que anticipara (1). Luego del acuerdo U.I.A.- C.G.T., dirigentes próximos a U.P.C.N. alertaron: “Si vienen con recortes o con despidos en el Estado, primero tendrán que bajarse el sueldo los cargos políticos … 
“Al instante expresó: sí, claro, ambos. No interesa el orden. Pueden hacerlo de manera contemporánea y lo más pronto posible;  emulará sacrificios privados y ayudará a ordenar las cuentas públicas concluyó.

Que pasará con la economía

A esta pregunta no dio respuesta. ¿Cuál es el plan? Se repreguntó. 
El silencio fue enorme, en hondura y en tiempo. Aunque alentó que los planes no se anuncian. Se elaboran y se ejecutan, más en situaciones como las reinantes. Apostó al plan natural al que marque la realidad. ¿Y lo social? De eso no habló, solo habla de lo que balbucea, que es la economía. No obstante considera, que si la economía es fuerte el  Estado tiene más  chance de atender el problema social; así lo señaló con firmeza.
Por último me dijo que si uno sabe donde está parado, si conoce y hace conocer a sus ordenados los límites y hacia dónde los lleva - con el ejemplo como estandarte de lo que exige -, es probable que se consiga atraer a todos por el camino posible. Obvio que esto empieza por la cabeza y  debe pegarse en todo el cuerpo. Solo son necesarias cosas simples, que todos conocemos.  Luego se marchó.
Tomé el diario y leí del Papa Francisco: “no seamos narcisistas, victimistas ni pesimistas”.  Estas palabras me ayudaron a reubicarme, animarme en la esperanza y a continuar con la vida. 

(1)La economía de don mercado. “El Argentino” 25.04.2020