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Diario El Argentinomiércoles 17 de abril de 2024
Opinión

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Una expropiación que cambió el clima y pone en riesgo relaciones

Una expropiación que cambió el clima y pone en riesgo relaciones

Las cifras son el dato que desvela a  las autoridades, fundamentalmente lo que sucede en el AMBA.


 

Por José Angel  Di Mauro

 

Sin estridencias, más bien con tono calmado pero rasgado por el dolor, el actor Marcelo Mazarello detalló en el programa de Alfredo Leuco, por TN, la crónica de una muerte anunciada: la de su padre. Octogenario, producto de un accidente doméstico quedó en coma durante 18 días. Al despertar, lo trasladaron a una clínica de cuidados intensivos, adonde él iba todos los días para participar de su proceso de recuperación, algo clave según coincidían los médicos. Pero a los dos meses, ese proceso se vio interrumpido por la pandemia, ya que se activaron los protocolos y él no pudo entrar más.

Ya se sabe que el Covid-19 se ensaña particularmente con las personas mayores, sector donde uno de cada cuatro contagiados muere, según ha descripto el jefe de Gobierno porteño. Por eso en los geriátricos y centros de salud se han tomado medidas tan extremas como la de aislarlos, para reducir la posibilidad de contagios. Sin tener en cuenta las consecuencias mentales para aquellos que, puestos a elegir, preferirían arriesgarse a tener que pasar meses -que para ellos son años- alejados de sus afectos.

Mazzarello terminó sacando a su padre de la clínica: ya estaba muy disminuido y solo vivió una semana más. Pero no murió de coronavirus; las estadísticas no lo sumarán. ¿Ese es el objetivo de una cuarentena tan severa?

Las cifras son el dato que desvela las autoridades, fundamentalmente lo que sucede en el AMBA, donde progresivamente ya se ha iniciado la curva ascendente. En una semana se duplicaron los casos y todos hemos aprendido en este tiempo que ese era el dato esperado para activar las alarmas. Por eso el Presidente llegó a advertir la necesidad de volver a la fase 1.

Que no es algo que esté pensando seriamente en implementar, según admiten hasta los epidemiólogos que lo asesoran. Sería muy grave después de tantas semanas de aislamiento volver a cerrar todo. En rigor, los protocolos están funcionando, por ejemplo en las industrias, cuyos directivos se ocupan de garantizar el transporte de sus empleados. Los episodios que han desencadenado rebrotes son en general producto de gestos de desatención individual, rayanos en la estupidez. Como la ronda de mate que hizo retroceder a fase 1 a Colón, Entre Ríos; o el baby shower de Necochea.

En función de la cantidad de asintomáticos, el número de contagiados siempre es mucho mayor que el que señalan las estadísticas oficiales.

Lo de Alberto sonó entonces más como revulsivo ante una flexibilización de hecho que se está dando en el ánimo de quienes llevan 3 meses de aislamiento. No es el caso de las autoridades bonaerenses, sobre todo las sanitarias, convertidas en talibanes de la cuarentena. El ministro de Salud y aún más su segundo no pasan día sin alertar sobre la gravedad de lo que se viene, y echar culpas hacia la Ciudad de Buenos Aires. Saben del riesgo enorme que se corre en la provincia, donde ahora se testea más y en consecuencia se detectan más casos. Y donde los barrios populares son un factor de peligro muy serio e inédito: como ya hemos dicho, los países que han atravesado esta pandemia no han tenido que lidiar con semejante componente.

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