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Un año de prisión condicional por varios delitos contra la propiedad
El 16 de junio pasado, la vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones, Alicia Vivian, condenó a Julio César Rey (de 25 años, sin condenas anteriores), a la pena de un año de prisión de ejecución condicional por los delitos de hurto simple, robo simple en grado de tentativa, hurto agravado por escalamiento, violación de domicilio y robo simple.
Rey admitió su responsabilidad en los hechos imputados, y tanto la fiscal Lucrecia Lizzi como el defensor oficial Pablo Ledesma, renunciaron a los plazos de impugnación y, en consecuencia, la sentencia quedó firme.
Corresponde aclarar que el 29 de julio del año pasado, a Rey se le había otorgado la probation en las dos primeras causas; al renunciar a dicho beneficio; dos hechos se incluyeron en la sentencia de la semana pasada.
También se le impusieron reglas de conducta por dos años, entre las que se destacan la prohibición de mantener todo tipo de contacto, sea personal o por interpósita persona, y por cualquier medio, y obviamente de ejercer actos molestos o perturbadores, respecto de los damnificados de los distintos hechos delictivos.
Para que se tenga por “no pronunciada” la condena, Rey no deberá cometer delitos por cuatro años. Si comete un nuevo delito, cumplirá los doce meses de prisión de manera efectiva, más el tiempo que se fije por el nuevo hecho, de acuerdo a lo establecido por el Artículo 27° del Código Penal.
Los hechos
El 12 de mayo del año pasado, aproximadamente la hora 8:15, con otros dos hombres, sin ejercer fuerza sobre las cosas ni violencia sobre personas, Rey se apodera ilegítimamente de un motor fuera de borda marca Mercury de 125 HP; un rollo de cable de color blanco y tres cajas soporte de aluminio de cosechadoras, las que se encontraban sobre uno de los laterales de un galpón ubicado en el Acceso Sur a la altura del 3000.
Para ello, minutos antes había ingresado al predio (el cual tiene libre acceso) en un automotor Toyota Etios, blanco, dominio colocado NRO-226, y en el baúl cargaron el botín, para darse luego a la fuga, siendo luego de unos minutos perseguidos por personal policial y aprehendidos en bulevar Pedro Jurado a metros de su intersección con calle 10 de Junio.
El segundo hecho se registró aproximadamente a las 5:20 del 27 de julio de 2019, cuando ingresó sin el consentimiento expreso ni presunto del propietario a una vivienda ubicada en inmediaciones de calles Laxague y Rébori, ejerciendo fuerza en la puerta trasera (“barreteándola”) y en la ventana contigua, dañando una de las bisagras. Una vez en el interior, se apoderó de una bolsa de cemento y de un calefón marca Volcán, el cual desinstaló de la pared, ejerciendo fuerza, arrancando los caños de agua y gas. Este accionar no llegó a consumarse porque fue sorprendido por personal de la Comisaría Sexta en el interior de la finca.
El tercer hecho ocurrió alrededor de las 23 del 20 de septiembre de 2019, cuando previo escalar un muro de aproximadamente dos metros de altura y sin ejercer fuerza en las cosas ni violencia sobre las personas, ingresó a una propiedad ubicada en Martínez Paiva al 2300 (sin autorización expresa ni presunta de su moradora), y se apoderó ilegítimamente de una garrafa de 10 kilos, que se encontraba instalada en el patio trasero de la vivienda.
El cuarto hecho fue aproximadamente a las 22 del 21 de octubre del año pasado, cuando sin autorización expresa ni presunta de su propietario ingresó a otra vivienda ubicada en Martínez Paiva y Lisandro De La Torre, previo ejercer fuerza sobre una puerta de chapa, para apoderarse ilegítimamente de una garrafa de 10 kilos.