Laura vivió violencia física y psicológica, pero pudo salir de ese círculo enfermo

Si logró disimular muchas situaciones ante sus padres, incluso decirles que la sutura en el labio que debieron hacerle  tras lo ocurrido en la noche del 13 de abril de 2019  fue a raíz de una caída, sus esfuerzos chocaron con la decisión de sus amigas que los pusieron al tanto de todo apenas ella tomó el colectivo para regresar a capital federal, donde estudia.

Además, su caso se conoció en la ciudad porque  la agresión fue vista por muchas personas que festejaban en ese momento en el Neptunia (Jorge Schaff, su novio hasta entonces, era jugador de este Club que esa noche ganó el campeonato de la  Liga Entrerriana de básquet), por lo que fue imposible querer seguir tapando algo que había estado a la vista de todos.   

Ahora, tras la sentencia dictada el viernes pasado por el Tribunal Unipersonal presidido por el Vocal Mauricio Derudi, que condenó al basquetbolista Schaaf por lesiones leves agravadas, con 9 meses de prisión condicional y dos años  de tratamiento psicológico, además de restricciones de acercamiento personal o en redes, Laura siente que se liberó y que puede contar en primera persona no sólo lo que padeció sino también unirse a grupos de ayuda para que otras mujeres no pasen por lo mismo.

Pero para llegar aquí, fue vital el acompañamiento de su familia y amigos.

Loly Piaggio, su mamá, contó a EL ARGENTINO “no me esperaba algo así,  aunque había cosas que me llamaban la atención, como que Laura llegara de Buenos Aires (donde estudia el Profesorado de educación física)  y él enseguida venía a buscarla, sin darle tiempo para estar con nosotros. Con el tiempo vimos que de ser muy coqueta pasó a usar ropa que no tenía nada que ver con ella, pero no nos contaba por qué lo hacía”.

“La noche de la agresión en el Neptunia, después que sus amigos la llevaron al hospital, nos dijo que se había caído, porque tenía miedo de decirnos la verdad.  Y se fue a Buenos Aires. Pero sus amigas vinieron a casa y nos contaron la verdad de lo que sucedió y otras cosas  más que nos horrorizaron.  Enseguida fuimos a buscarla y la trajimos, la llevamos a varios médicos y después le pregunté si quería hacer la denuncia. Me dijo que sí, que nunca había querido contarlo, pero lo que ocurrió esta vez la decidió”.

También, le dijimos, el hecho de verse acompañada, escuchada, que su familia le creía y que sus amigas estaban ahí para sostenerla.

 

# Laura quiere ayudar

Laura Prefirió el juicio  oral y público para hacer justicia, en lugar de aceptar la propuesta de uno abreviado.

“Lo preferí para que se viralice y enfrentarme a Jorge, para escucharlo.  Me costó un montón estar ahí  el viernes (día de la audiencia en la que su agresor fue condenado) pero venía preparándome, haciendo mucha terapia. También tengo el apoyo de mi familia y amigos. Me costó porque hacía mucho no lo veía…, pero quería hacerlo y termina con esa etapa”.

- ¿Tuviste lástima por él viéndolo allí?

“No”, dijo Laura segura.

 Y en cuanto a su pedido de disculpas de Schaaf durante el juicio, Laura dijo “le creí. No lo esperaba de él”.

Ya se sabe que le costó mucho contarlo, hasta la noche terrible del 13 de abril del año pasado, cuando todo salió a la luz.

“Siempre digo que era una relación muy enfermiza y que no es fácil hacer una denuncia y salir a contarlo, queriendo tanto a alguien. Tras cada agresión, siempre había un pedido de perdón. Él es manipulador, yo estaba muy enamorada y creía que podría cambiar. Le di muchas oportunidades hasta esa noche, que decidí hacer la denuncia”

 

-Hoy sabes que era una relación enfermiza, con la terapia; ¿por entonces también lo sabías?

“Sí. Y tan enfermiza era que cuando me hacía estas escenas o sufría violencia física o psicológica y después me pedía perdón, terminaba volviendo, porque lo quería y no podía salir de ese círculo”

-Ahora que saliste, tu testimonio tiene un valor inconmensurable para mujeres que pasan por esto…

“Yo que lo viví sé que es muy difícil. Estuve año y medio en esta relación, que a los dos meses comenzó a ser tóxica. Y me costó un año salir. Escuché miles de comentarios del tipo “¿por qué no lo dejaste?, ¿por qué no hablaste?” pero no es fácil hacerlo y tampoco, denunciar a alguien a quien querés tanto”.

 “Fue muy difícil, pero quiero decirles a quienes pasan por esto que se animen a contarlo, porque haciéndolo y con la terapia, pude salir adelante. Y que también se animen a denunciar, porque   estamos todas juntas en esto”.

Laura quiso destacar a todas las personas que estuvieron con una palabra, “porque es muy importante saber que tenés gente apoyándote. Recién me estoy animando a hablar, y me encantaría acercarme a esos grupos de mujeres que ayudan a otras que están en situaciones así”.

Esta Laura de hoy puede hablar de lo que sufrió y quiere que quienes viven lo que ella vivió sepan que hay una salida y que se animen, como hizo ella.

Que tiene la marca de la violencia en su boca y también en el alma.

Pero que aún así, siente que se liberó de un infierno.

Contando con el apoyo incondicional de su familia,  sus amigas, amigos y la terapia que la fortaleció.