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Reclamo al IOSPER por una droga oncológica
Un mensaje que ha circulado en las redes sociales cuenta que la señora Raquel Reynoso (83) tiene un carcinoma de piel y necesita con urgencia la droga Vismodegid que le ha sido indicada para su tratamiento oncológico.
La pidió a IOSPER, su obra social (Raquel es docente jubilada) hace un mes, sin respuesta hasta el momento, a pesar de ser imprescindible realizar el tratamiento.
El mensaje también pide colaboración, que puede ser desde compartir en las redes de cada usuario este mensaje, para que las autoridades de IOSPER escuchen este reclamo o bien, si alguien la tuviera, que le dé en préstamo el medicamento hasta que Raquel la obtenga de su obra social y pueda devolverla, según puede leerse.
EL ARGENTINO se comunicó con una de sus amigas, que integra el grupo de maestras jubiladas que fueron compañeras suyas en la escuela La Sagrada Familia y están ayudando a Raquel, como lo hicieron antes y junto a un grupo de la Catedral San José, cuando debió ser intervenida quirúrgicamente en febrero de este año en el Hospital Pirovano. La cirugía fue gratuita, pero debieron pagarse todos los insumos para ésta, que ascendieron a unos cuantos miles pesos.
Al saber esto y conocer a Raquel de tantos años, a su vocación de servicio que entre otras cosas, le hizo cuidar del sacerdote José Luis Gallina y después del sacerdote Néstor González, la gente de la Catedral San José no dudó en acompañar.
EL ARGENTINO se comunicó con Chinina Lapalma, quien ratificó la certeza de este mensaje y dijo “la droga es muy cara. Dos veces le hicieron cirugías, y la última vez, en febrero, la intervinieron en el Pirovano, pero su cara quedó visiblemente afectada”.
También contó que Raquel vive con una hermana, mayor que ella y ahora enferma. Y que el grupo de amigas jubiladas de la Escuela 64 "La Sagrada Familia” la contiene y se ocupa de ella al punto de haber solicitado la presentación de un Recurso de amparo el jueves pasado para que el IOSPER provea la droga, porque la obra social la denegó argumentando que no era la correspondiente.
La situación se agrava cuando se toma conocimiento de que la medicación es muy costosa y la paciente debe tomarla durante varios meses.
Su amiga refirió a este diario “por más que queramos ayudar, no podríamos comprarla. Pero además de ser socia de IOSPER, Raquel paga desde hace años el fondo voluntario creado, justamente, para la provisión de tratamientos que exceden los que cubre la obra social y ni aún así ha tenido respuesta”.
Y completó “hablamos de una mujer que además de su trabajo como maestra, dedicó buena parte de su vida al servicio de los demás”.