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Diario El Argentinojueves 18 de abril de 2024
Policiales

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Historias del hampa: siguen cayendo “soldados” de Daniel “Tavi” Celis

Historias del hampa: siguen cayendo “soldados” de Daniel “Tavi” Celis

Facundo Martín Burdino tiene dos condenas en la justicia provincial por tenencia de armas, amenazas y otros delitos vinculados con el narcotráfico; y otras tres condenas por tráfico de estupefacientes.


 

El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó recientemente a Facundo Martín Burdino, un personaje de bajo perfil, pero con una intensa historia criminal en la capital provincial. Del crimen de Laurita Espíndola a los vínculos con el narco Daniel “Tavi” Celis. Un repaso de su historial en seis juicios.

 

Laurita Espíndola encontró la muerte de manera absurda el 20 de abril de 2003, mientras esperaba el colectivo con su mamá, en la esquina de las calles Vicente del Castillo y 3 de Febrero de Paraná. Fue una víctima colateral de una disputa que arrastraban dos bandas del barrio.

Casi veinte años después, aquel crimen impune vuelve a la escena por la condena que recibió Facundo Martín Burdino, uno de los protagonistas de aquella balacera fatal, pero esta vez por delitos de narcotráfico.

La muerte de Laurita Espíndola, de seis años, no tiene responsables. Gustavo Romanutti y Juan José Retamar, las personas que iniciaron la balacera, fueron acusadas por un delito de abuso de armas y resolvieron su situación con una Probation: Burdino, por su parte, fue acusado por homicidio en riña (sic) y terminó absuelto luego de que un testigo que primero lo había señalado como el autor del disparo fatal se desdijera en el juicio. El periodista José Amado del diario Uno de Paraná reconstruyó minuciosamente los avatares de esa causa y describió al detalle las impericias policiales y judiciales que acabaron en la impunidad de los asesinos.

Burdino tenía entonces 22 años y ese fue el inicio de su carrera criminal. Tuvo dos condenas en la justicia provincial por tenencia de armas, amenazas y otros delitos vinculados con el narcotráfico; y otras tres condenas por tráfico de estupefacientes.

Recientemente, sumó un nuevo capítulo en su historial penal, ya que el Tribunal Oral Federal de Paraná lo condenó a seis años de prisión como jefe de una organización dedicada a la venta de drogas al menudeo que tenía como zona de influencia al barrio Consejo, pero con puntos de venta en Villa Hermosa y revendedores en Strobel, Departamento Diamante. La estructura de la banda se apoyaba en su pareja y otros familiares e incluso se comprobó que utilizaba a su hijo de 12 años en esa tarea.

Burdino dice ser pescador y changarín, sin una actividad determinada, pero cuando la Policía allanó su casa, el 2 de marzo de 2018, encontró 297.164 pesos y se determinó que tenía a su nombre una camioneta Ford Ranger último modelo y una Ford F-100.

Aquella investigación se había iniciado dos años antes, primero sobre Sergio Alberto Lencina, uno de los revendedores de Burdino en Paraná; pero a partir de las intervenciones telefónicas, filmaciones y seguimientos de algunas personas se comprobó la existencia de una pequeña organización dedicada a la comercialización de cocaína y marihuana. Burdino aparecía en la punta de la pirámide, asistido por su pareja, Verónica Noemí Lucero; tenían un kiosco de droga en su casa y utilizaban a su hijo de 12 años en el negocio. Se sospecha que su hermano también participaba del negocio. Además, tenía revendedores en otros barrios de Paraná y en Strobel, publicó el diario Uno.

Las intervenciones telefónicas también permitieron llegar hasta el proveedor de la organización:

–Che, papi, mañana capaz que me voy a ir a pasear yo –se le escucha decir a Salvador Ramón Taborda, el hombre a quien Burdino le compraba los estupefacientes.

–Ajá –responde Burdino.

–Así que… ¿vos vas a necesitar algo de material?

–Sí –le responde escuetamente el ahora condenado narcotraficante, que unos días después recibió en su casa el “material” que luego colocaría en las calles.

–Bueno, dale papito entonces.

 

Taborda, que antes había sido condenado en otra causa por narcomenudeo, recibió una pena de cinco años de prisión.

¿Pero era Taborda el único abastecedor que tenía Burdino? Un registro de visitas de la cárcel de Federal permite aventurar una hipótesis que vincularía a Burdino con Daniel Andrés “Tavi” Celis.

 

Vínculos

 

En prisión, una de las principales preocupaciones de Celis era que algunas visitas no quedaran registradas y entonces implementó un ingenioso sistema de comunicación: se presentaban dos personas en la unidad penal y pedían por dos internos, Celis y otro, y una vez en el salón de visitas, cada uno hablaba con quien quisiera. Así, por ejemplo, en los libros de la cárcel, los allegados a Celis aparecen registrados en distintos momentos visitando a otros internos, pero al mismo tiempo el jefe narco recibía a personas que se anunciaban como “amigo”, “amiga” o “pastor”.

En su momento, el portal Página Judicial reveló que Burdino visitó a Celis el 31 de enero de 2018, un mes de ser detenido. Se presentó como “amigo” y llegó acompañado de Analía Belén Heinze, sospechada de integrar la organización que encabezaba Burdino, quien dijo ser “sobrina” de Celis.

El motivo de aquella visita no ha quedado claro, pero sí se logró establecer que gran parte del poder de “Tavi” Celis radicaba en que había logrado convertirse en proveedor de los principales emergentes del narcotráfico en Paraná, y Burdino lo era. Esto revela, además, una estrecha vinculación territorial y logística que existe entre los referentes del negocio del narcotráfico y las figuras en crecimiento y tal vez constituya una punta para nuevas investigaciones sobre un negocio que está lejos de haber sido desarticulado.

 

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